Ayer tuvimos una ilustre vista en Madrid, ni más ni menos que Madame Margareth

Ayer tuvimos una ilustre vista en Madrid, ni más ni menos que Madame Margareth Henriquez da Silva, presidenta de la histórica casa de Champagne Krug. Venezolana de nacimiento y con una larga carrera en la parte líquida del grupo LVMH, es una mujer de impecable elegancia y exquisitas formas, como debe ser alguien que representa a una casa legendaria. Nos contó mucho sobre la historia de la bodega (desde 1843) y sobre las cuvées que realizan, algunas de las cuales hemos tenido la fortuna de disfrutar. Además y aunque eso es más trabajo del “chief de cave” nos contó igualmente algún detalle sobre viña y vinificación, algo que siempre ha sido un tanto opaco en la casa.

Pasamos a los vinos y como buenamente me imaginaba, algo está pasando con el otrora más grande del Champagne. Krug Grande Cuvée en el lote actual (añada 2005 de base y mezcla de 134 vinos de reserva desde el año 90 hasta el 2004) resulta fino y delicado, pero carece de la pegada que siempre ha sido santo y seña de esta cuvée. Krug Vintage 2000 es el más Krug de todos, intenso, complejo y barroco, vínico, largo, con esa persistencia de la casa, pero recordamos los últimos Vintages catados (95-96) y la diferencia es grande y no sólo por la calidad de la añada. Por último nos sirven Krug Clos du Mesnil 2000, procedente del famoso “clos” de 1,8 has. Sí, un gran blanc de blancs, directo, definido, complejo, con estilo, aun joven, pero…¿la excelencia? No.

Desde que está en la órbita del grupo LVMH, las producciones han subido y eso se ha hecho a costa de bajar la calidad legendaria que hizo de Krug lo más grande en Champagne, algo que se confirmó un poco en la parte final cuando Margareth indició en el lujo como algo necesario y distintivo, y claro, yo me pregunté…¿es realmente el vino un artículo de lujo? Con los nuevos ricos del mundo, los rusos, los petrolíferos de oriente medio y los chinos tienen todo prácticamente vendido, pero sinceramente creo que se está perdiendo la base de todo esto, y es que no olvidemos que esto es vino y el vino no es un lujo ni debería serlo. Una pena que con Krug me comience a pasar lo mismo que con los grandes riojas clásicos o con Vega Sicilia y es que cualquier tiempo pasado fue mejor.

En cualquier caso hay que agradecer al equipo de Lavinia Madrid el hecho de haber traído a la presidenta de la casa para dirigir esta cata, nos contó cosas muy interesantes. Pero los vinos….