En el vino, por ejemplo, detectar la presencia de acidez es relativamente

En el vino, por ejemplo, detectar la presencia de acidez es relativamente sencillo. No numéricamente con una calculadora, pero sí la sensación de acidez (que es, al fin y al cabo, lo que importa al que bebe un vino o si, además, quiere armonizarlo con un plato y quiere saber si le irá bien o no al mismo).

Si un vino tiene una acidez baja, después de tragarlo, bajas la barbilla ligeramente y verás que no salivas nada o casi nada. Sin embargo, si la acidez es alta, salivarás abundantemente (correlativamente, si la acidez no es ni alta ni baja, digamos media, habrá un cierto nivel de salivación pero no precisamente abundante).

Por otra parte, y ya centrándonos en tintos sobre todo, si hay una elevada tanicidad sin domar y el tanino no está bien integrado en el vino, el tanino te secará la boca de saliva, es decir, te dejará las encías como una lija (y te aseguro lo notarás). A más tanino (verde sobre todo) en el vino, más sequedad final en mucosa bucal.

Si un vino tinto tiene alta acidez y tanicidad, dependerá del nivel de cada uno de dichos elementos y de su integración, el que salives más o menos después de tragarlo.

En el aceite desconozco si la acidez se detecta de la misma forma (de aceites estoy menos puesto), pero en el vino la acidez, en fase de cata, se detecta de la forma que describo.

Saludos