Blanco de pesos pesados, recuerda a los primeros Allende o al estilo indomable del Trio Infernal. Es un hecho que, con 18 meses, la madera protagoniza la escena; eso uno ya lo sabe solo viendo la contraetiqueta. No sorprende. Notas de cereales, cera, pera madura. Bien integrado. En boca es potente, graso, corpulento. Nuevamente no sorprendre. Ah! y el color poco pajizo, más bien oro tirando a cobre.

Arriesgada opcion de Alejandro Fernandez con una muy personal airén del Paraje la Golosa de donde sale su tempranillo del mismo nombre. De color amarillo pajizo, recuerda al trigo, molinos, arena, sol y Mancha, sorprende con un primer ataque en nariz a cuero, piel, animal, madera, mucha madera, graso, glicerico, complejo en boca, citrico, fruta exotica, y un toque ácido. Complejo, original, personal y sobre todo MADERA, mças y mas madera.