Corcho algo bañado en vino por el interior.

Servido a unos 8-10ºC.

Visual

Amarillo dorado algo oscuro con reflejos crema-ambar claro, limpio, brillante, límpido y de buena lágrima.

Visual bastante más evolucionada que hace 3 años. (8,7)

Nariz

De elevada intensidad a fruta de hueso madura, cítricos maduros también, herbáceos, hierbas y flores algo marchitas, notas cremosas y de ligera pastelería-bollería, miga de pan, monte bajo, mentolado-balsámicos, mineralidad y ligera salinidad.

Curiosa nariz a sus 5 años. Potente pero frutalmente madura y con notas que no aparecían por ningún lado hace 3 años. Se percibe un blanco de albariño pero ya con notable madurez aunque me gusta bastante la olfativa. (8,9)

Boca

El ataque es fresco y con buena acidez, aunque frutalmente maduro ya, seco, sabroso, bastante untuoso, cremoso y graso en el paso por boca, de buen volumen, densidad media alta, cuerpo medio y buena estructura. El paso por boca es equilibrado y elegante con un final de buena longitud, con notas herbáceas, minerales, salinas, especiadas, mentoladas, con fruta blanca de hueso madura, cítricos muy maduros y recuerdos cremosos y panarios en un postgusto y retronasal bastante interesante.

Está muy bueno, pero con 5 años se percibe ya en otra fase distinta a hace 3 años: mucho más complejo, ensamblado, redondo, elegante pero menos fresco y con menos chispa de la que tenía. En cualquier caso, muy buena boca. (8,9)

Era mi última botella de este vino-añada. Excelente RCP para lo que ofrece. 

Botella borgoñona con boca/gollete peculiar; no tiene cápsula, cierre de aglomerado de corcho con tapa de cera de color rojo. El cierre de aglomerado lleva en el lateral la partitura de una cantiga del trovador Martín Codax, probablemente la de Ondas do Mar de Vigo, cuya letra aparece en la contraetiqueta de la botella.

Visual: amarillo dorado pajizo muy bonito con ligeros reflejos verdosos todavía, limpio, brillante y con muy buena lágrima.

Nariz: buena intensidad al inicio que escala a alta si se deja 30-60 minutos descorchado (pero manteniendo el frío de la botella); bastante potente en aromas: cítricos poderosos, fruta blanca de notable acidez, balsámico-mentolados, hierbabuena, manzana verde pero ya no tan verde y con cierta evolución tendente a la compota y a la tarta de manzana (sobre todo con más temperatura), flores blancas, talco, hierbas de monte, hinojo, toques salinos y minerales sutiles, berberechos y ostras. Muy complejo.

Boca: entrada fresca, sabrosa, equilibrada, de buena estructura y densidad y con muy buena acidez; toques cremosos y untuosos en el paso por boca (toques notables a mantequilla y croissant si se toma a más de 10-11ºC). El final es largo, muy largo, con esa manzana ya con algo de madurez, esas hierbas, flores, menta, retronasal a talco e hinojo pero, sobre todo, esas notas de mantequilla de tostada de desayuno, ese croissant y esa bollería que descolocan a cualquiera siendo, como es este vino, un albariño joven sin ninguna crianza en barrica (a ciegas, probablemente, me confundiría y me iría a un blanco con algo de madera, fermentación en madera o, incluso, otra región).

Un vino blanco joven en su segundo año de vida, fresco pero complejo, gastronómico y sabroso, con mucha chicha y enjundia (signo de ser un buen albariño).

Estoy convencido está mejor ahora que hace un año y, EMHO, creo que aunque está genial, puede vivir perfectamente 2-3 años más (ó más) en botella y evolucionando de maravilla (tiene mimbres: acidez y estructura para ello).

Me quedan 2 botellas más. Compradas (aunque parezca geográficamente paradójico y opuesto), en una tienda de Jumilla (Murcia), en un pack de 3 botellas por 20€ (a 6.66€/botella).

Su PVP normal es ligeramente superior (7.5-10€) pero, en cualquier caso, me parece que su RCP es excelente para su tipología (un blanco de uva albariño joven con más calidad que bastantes blancos con crianza en madera de más precio).

Pues eso, que este vino es siempre una referencia segura, de calidad y con la que sabes que vas a acertar.

Es un buen vino, que se presenta con un pajizo con destellos dorados, con una nariz en la que aparece una buena fruta amarilla ácida, manzana verde, cítricos, polvos de talco, piña. herbáceos, flores, ligero olor a mar.

En boca es untuoso, fresco, ácido, vibrante, con esos cítricos y fruta amarilla, mineralidad, toque salino, balsámicos, amargor agradable.

Un vino muy cumplidor.

Pajizo dorado. Nariz de media intensidad, hay toques de manzana verde, intenso matices herbáceos, hay toques balsámicos, algún apunte especiado, delicadas notas florales y un toque de hinojo en el fondo.
En boca tiene buen ataque, pasa fresco y fluido, con notable acidez, suaves amargos y buena persistencia. Notable verticalidad dirigida por su vibrante acidez.
6,1 ac. total en tartárico
40% del vino FML