Historia de Bodegas Emilio Moro

La historia de Bodegas Emilio Moro es la historia de una familia con una tradición de más de 100 años cuyo origen se remonta a 1891, con el nacimiento del abuelo de la tercera generación de la familia, Emilio Moro, quien comenzó un sueño que sigue vivo hoy, más de 100 años después.

 

Su hijo, también Emilio Moro, nacido en 1932, creció junto a su padre en un entorno vitivinícola rodeado de viñedo en Pesquera de Duero, una localidad vallisoletana ubicada en una zona privilegiada conocida como ‘La Milla de Oro’, en pleno corazón de la Ribera del Duero.

Juntos, padre e hijo, primera y segunda generación, crecieron pisando uva en este pequeño pueblo que tiene el privilegio de contar con un amable terroir que ofrece vinos de calidad y los sitúa entre los mejores de la región de la Ribera del Duero.

Emilio Moro inculcó a su hijo todo el amor por el vino y este, a su vez, supo transmitir esa pasión a sus hijos, quienes forman la tercera generación de la familia y dirigen actualmente la bodega. Aunque con más de 100 de historia, ya son cuatro generaciones de la familia Moro quienes, con amor, respeto y la pasión que les transmitió su abuelo, continúan su sueño de elaborar los mejores vinos.

Bodegas Emilio Moro nació en 1987, pero para entonces su experiencia elaborando vinos era notable y ya entonces Emilio Moro, segunda generación, y sus hijos habían comenzado a comercializar sus productos con etiquetadas dibujadas por ellos mismos.

Dos años más tarde de la fundación oficial, Bodegas Emilio Moro llevó a cabo su primera cosecha bajo la D.O. Ribera del Duero y el vino Emilio Moro empieza a venderse vestido con una etiqueta.

Desde ese momento, gracias al trabajo, el esfuerzo y el tesón de la familia, la bodega comenzó a cosechar éxitos. En 1993 Emilio Moro Crianza 1989 fue elegido como ‘Mejor Vino de España’ por la publicación ‘Vino y Gastronomía’, reconocimiento que sirve como empujón para continuar con el sueño y seguir creciendo.

En 1995 nació la referencia Finca Resalso en honor a la finca que Emilio Moro, primera generación, plantó en 1932.

Y llegó el año 2000, en el que se produjo un antes y un después para la bodega con la salida al mercado de una referencia que supuso un punto de inflexión. Malleolus. Con su aparición, Bodegas Emilio Moro se desmarcó de las clásicas denominaciones de ‘Crianza’, ‘Reserva’ y ‘Gran Reserva’ y se optó por que cada vino tenga el tiempo de envejecimiento que necesite para ser un vino único. El éxito fue inmediato.

En ese objetivo por seguir creciendo y convertirse en una bodega de referencia, en 2009, nació Clon de la Familia, un vino que es la máxima expresión de la tradición, la personalidad, el carácter y la pasión de las tres generaciones de la familia Moro. Un vino creado para ganar, conquistar y encandilar.

Pero Bodegas Emilio Moro no quería quedarse en el terreno nacional, quería conquistar territorios internacionales. Por eso, en 2013, cuando cambió la forma de distribución en Estados Unidos, formó alianzas logísticas que permitieron tener vino almacenado allí. Un movimiento estratégico brillante.

Asimismo, ese mismo año, Emilio Moro es elegido como la Estrella de la Ribera del Duero porla prestigiosa publicación estadounidense Wine Enthusiast.

El año 2013 fue un año especial, ya que la familia se enamora de una nueva variedad de uva, la godello, típica de la zona de Galicia y de León. Y desde entonces se gesta la semilla de un nuevo proyecto que comenzó en 2016 con la salida al mercado de dos referencias de vino blanco, 100 por cien godello, elaborados en El Bierzo a las que más tarde se sumaría una tercera.

Polvorete, El Zarzal y La Revelía se unieron a las otras 8 referencias de tintos elaborados con la variedad tempranillo para completar así un catálogo único.

Además de triunfar en el terreno nacional e internacional, la bodega apostó por el Enoturismo, una forma de dar a conocer la bodega a todo aquel que sienta curiosidad por el mundo del vino y quiera acercarse para ser testigo de primera mano de cómo se elaboran los vinos.

En 2016 Bodegas Emilio Moro fue una de las 10 bodegas más visitadas de la Ribera del Duero, lo que consolida su apuesta este tipo de turismo que, desde entonces, continúa creciendo.

Un año después, la bodega decide presentar una nueva referencia, La Felisa. Un vino homenaje a la madre de la tercera generación y mujer de Emilio Moro, por su entrega, su pasión y por ser el eje de la familia. Además, es el primer vino ecológico de la bodega, reconocido como vegano en la actualidad, que recuerda a los vinos de antes y pretende también ser un homenaje a la tradicional forma de hacer vinos como se hacían antes.

En abril de 2022 se produce un cambio de presidencia en la compañía siendo elegido por el Consejo de Administración, Javier Moro, miembro de la tercera generación de la familia Moro.

En ese momento la cuarta generación de la familia, con Patricia Sánchez como directora general, se involucra más que nunca en la bodega demostrando que la pasión de su abuelo, Emilio Moro segunda generación supo transmitirles su pasión por el vino hasta el punto de que la han hecho suya.

Desde entonces Bodegas Emilio Moro continúa desarrollando ambiciosos propósitos como su objetivo de internacionalización y su proyecto en El Bierzo, donde ya cuentan con su propia bodega desde el año 2023.

La filosofía

Como siempre dice el presidente de Bodegas Emilio Moro, Javier Moro, “hacemos vino para hacer feliz a la gente”.

La única manera de hacerlo es elaborar vinos de calidad y esto se consigue cuidando al máximo la limpieza, respetando la tradición y dedicando el mayor cuidado posible a cada uno de los procesos.

Con un equipo excepcional y unos valores muy presentes, la filosofía de Bodegas Emilio Moro se basa, en una palabra, “familia”. Cada uno de los miembros de la compañía, lleven o no el apellido Moro, forman parte de ella y es lo que se predica desde la bodega.

Solo siendo una gran familia y compartiendo los valores de tradición, innovación, responsabilidad social corporativa y pasión; se consigue continuar hacia adelante cosechando éxitos y siendo una bodega referente.

 

Los viñedos

Para Bodegas Emilio Moro, sus viñedos son su tesoro más preciado. Cuentan con casi 300 hectáreas propias en la Ribera del Duero y otras 70 en El Bierzo y cada pedacito de ellas es un bien que protegemos con sumo cuidado.

Desde que nace la uva, o incluso antes, cuando brota la planta, hay un equipo dedicado en exclusiva a controlar que todo está en buen estado, que las viñas tienen todo lo que necesitan.

Con la vendimia llega el momento más importante, el pistoletazo de salida de una nueva cosecha y es lo que determina cómo va a ser el año. Pero también es el resultado final de toda la evolución de los viñedos, del cuidado con el que se han tratado y del trabajo que se ha llevado a cabo a lo largo de todo el año.

En Bodegas Emilio Moro se toman cada vendimia como una nueva oportunidad para hacer historia elaborando sus vinos.

Los Vinos

Polvorete: 100% Godello, fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable. Un vino alegre, juvenil, divertido y sobre todo fácil de disfrutar.

El Zarzal:  100% Godello, fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable. Es vino con una vocación evidentemente varietal respetando la identidad de la variedad sin renunciar a la frescura.

La Revelía:  100% Godello, fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable con posterior crianza sobre lías en barricas de roble francés. Es la máxima expresión de lo que nosotros entendemos como el carácter varietal de la godello, la complejidad, intensidad y finura dentro de una personalidad única.

Elalba de Emilio Moro: Elaborado con un 60% de Tempranillo y un 40% de Albillo Mayor, destaca por su personalidad que da como resultado un vino fresco y sutil pero complejo y elegante gracias a su paso por barricas de robre francés.

Finca Resalso: Elaborado con Tempranillo de sus viñedos de menor edad. Realiza la fermentación maloláctica durante 30 días en depósitos de acero inoxidable y para finalizar realiza su crianza en roble francés.

Emilio Moro: Elaborado a partir de uvas procedentes de viñas de mediana edad de la variedad Tempranillo. Su fermentación se realiza en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada, con posterior crianza en barricas de roble francés y americano.

Malleolus: Está elaborado con uvas de la variedad tempranillo. Este vino ha permanecido 18 días macerándose con los hollejos. Su fermentación maloláctica se realiza en depósitos de acero inoxidable, posteriormente es envejecido en barricas de roble francés hasta el momento de su embotellado.

Malleolus Valderramiro: Tempranillo que realiza la fermentación alcohólica durante 26 días en depósitos de acero inoxidable de pequeño tamaño a temperatura controlada. Su fermentación maloláctica se realiza en depósitos de acero inoxidable y la crianza en barricas de roble francés.

Malleolus Sanchomartín: Tempranillo. La fermentación alcohólica y maceración se ha realizado en depósitos de acero inoxidable de pequeño tamaño a temperatura controlada durante 28 días. Su fermentación maloláctica se realiza en depósitos de acero inoxidable y realiza una crianza en barrica nueva de roble francés.

Clon de la Familia: 100% Tempranillo. Elaboración: 26 días de maceración en depósito de pequeña capacidad, fermentación maloláctica y crianza en barricas exclusivas de roble francés.

La Felisa: Tempranillo elaborado a partir de uva ecológica prescindiendo del uso de sulfuroso, fermentado a temperatura controlada, macerado durante 15 días con sus hollejos y posteriormente madurado en barricas de roble francés de 225 a 500l.

Vendimia Seleccionada: Tempranillo fermentado a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable y sometido a una crianza en barricas de roble francés.

 

 

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