100% Tinto fino procedente de cepas viejas de más de 60 años con fermentación maloláctica en barrica de roble francés y una posterior crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble Francés.

La magia del vino fue patente una vez más, los comensales asistentes a la cata recrearon en un ambiente expresivo una serie de adjetivos y calificativos que a cada uno de ellos les sugería Torralvo, resultando la siguiente cata colectiva.

La fruta dícese de un paseo entre viñas que derrochan sabiduría, concentración en un pequeño tarro de esencias de cerezas y configuras de frutitas del bosque con un toquecito de melocotón.

La tierra, la > expresión de una bodega, la notamos, la sentimos, húmeda entre sarmientos y musgo se abre paso un señor soberbio, denso, rugoso y con llamativa acidez para deleitarnos con un postgusto de recuerdos terciarios y llenos de especias mediterráneas, nadando entre tomillo y orégano, con sensaciones animales (silla de montar) y cueros nos enseña su complejidad, la de un gran tierra que ofrece grandes vinos, así se mostró Torralvo y así se ha expresado.

Realmente tenía razón Jordi que este Torralvo era muy equilibrado y casi estaba a la altura del Celia Y del Inés. La nariz mucho más radiante que la boca. Color rojo picota muy vivo con ribete morado. En nariz tiene unos aromas muy complejos y fragantes, a madera buena, a fruta negra y minerales. Con el tiempo aparecen incluso aromas dulces. En boca es equilibrado, sabroso, graso y mantiene un buen volumen. Un buen ribera.

No me ha deslumbrado este Ribera, en mi opinión , correcto, equilibrado, uniforme y característico. Criado un 90% en barrica francesa y un 10% en americano, muestra una excelente expresividad frutal, compotado, concentrado, bayas, mermelada de ciruelas en buena armonía con los aportes de la madera. En boca no es agobiante, incluso seco, no excesivo, carnosos, esructurado, algo tánico y secante