Hasta la fecha ha sido el mejor vino de Castellón que he probado, y ha tenido que ser una inusual e insólita monastrell. Tiene buena armadura, como ya muestra su intenso color, capa alta y orilla amoratada, con fina y densa lágrima. Los minerales están presentes, mina de lápiz, y vienen a completar las notas amargosas de algarroba y fruta negra, mucho cacao, cuenta además con caramelo y regaliz que confirman su buena elaboración. Esas mismas notas finales se repiten en boca, dándole elegancia, dulzura en el trago, tiene estructura, volumen, frescura, el mismo apunte mineral... rico.
A ver si arranca la zona de verdad. Aquí hay un ejemplo buenísimo.
Comienza con unos aromas muy marcados a notas animales, le doy espacio y obtengo notas de algarroba, madera usada, por debajo salen especias y cueros. Evoluciona a ebanistería, café torrefacto, tostados muy marcados. Al tiempo la fruta se libera y se expresa algo, es fruta negra y roja en compota, pura concentración.
En la boca aparece la fruta, madura, por fortuna no salen las notas de los tostados, dejan espacio al tacto fresco, frutoso y dulce, hay un punto balsámico, grato. El alcohol sale un poco punzante y la acidez se desliga un poco del conjunto, no me acaba de llenar. Y es la tercera botella en quince días, luego no se que pensar. Buscaremos un feliz momento.
Visual: Capa media alta, tono cereza, ribete amoratado, lágrima densa.
Olfativa: Nariz muy intensa, aromas a café, regaliz, mentolados, bosque bajo.
Gustativa: En boca muestra una elegancia tremenda, suave, sedoso, goloso, paso amplio, madera muy integrada y agradable.
Granate de buena capa. Nariz que comienza algo reducida, para dar paso a toques minerales, algo de humo, suaves tostados y fruta confitada. En boca tiene cierto carácter maduro, incluso voluptuoso, fresco no obstante, ligeros amargos, retronasal mentolado. Pasa fluido, taíno dulce, consistente y bien integrado. Bien perfilado.
De color cereza de capa media y menísco rubí-granatoso. Aspecto limpio, con lágrima fina.
Nariz fina con aromas iniciales de frutas de bosque (grosellas negras, arádanos)en confitura y flores rojas, tostados amables con el conjunto, en forma de toffes y especias (canela, clavo), tabaco y pinceladas de tierra.
Boca sabrosa y franca con su nariz, ataque de frutas maduras y dulces, compensadas por una acidez agradable y fresca, notas de cacao, regaliz de palo y flores rojas. Fondo de especias dulces y balsámicos de eucalipto. Tanicidad sedosa y ligera, estructura media y final de boca elegante y redondo. Postgusto goloso de frutas maduras, de longitud media-larga.
Un paso más de Bodega Flors. Nos encantó este Monastrell de Castelló, muy diferente al que estamos más acostumbrados de Alicante o Murcia. El vino lo abrimos mientras rematabamos la cena y no llego a la mesa, tuvimos que sacar otro.
El vino muy redondo, con matices, fresco, mineral, con fruta y con taninos bien pulidos, sin pizca de alcohol, de paso agradable y posgusto más que correcto.
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