Color amarillo pálido. Tiene una nariz de buena intensidad donde la presencia de la fruta es marcada, con unas notas dulces de miel, flores blancas, notas vegetales, un punto cítrico muy exótico y refrescante. En boca es sedoso, de buen recorrido, con una buena acidez una trama ligera pero compacta.

Magnífica cata realizada en Espai Vínic del Celler Vallés de Castelldefels, dirigida por la mismísima hija de Marimar Torres, Cristina que sigue el legado familiar.
Con aspecto amarillo pálido, el vino se muestra afrutado en nariz, con sensaciones cítricas frescas y fruta blanca (pera y manzana fresca), ligero fondo cremoso y dulce. Con muy buena acidez, frescura, fácil y con buena cremosidad y longitud.

Color dorado con reflejos verdosos.
Nariz delicada donde las notas verdosas, hebárceas, se mezclan con tonos más dulces como el almizcle o la miel, tiene un punto de pólvora en un primer momento que asusta, pero que desaparece rápidamente con un poco de agitación de la copa. Las flores blancas están muy presentes y se entremezclan con las notas de vainilla, mermelada de naranja y otros cítricos.
En boca tiene una entrada algo tímida, suave, pero rápidamente la acidez se hace cargo de aumentar la sensación fresca y amplia. Tacto cremoso y buen recorrido.

Una agradable sorpresa del otro lado del Atlántico.

Pajizo dorado. La nariz es intensa, vegetal, con sensaciones vegetales bastante frescas y un toquecito de pólvora que no la llega a afear, fondo floral. En boca tiene buen ataque, reaparecen las sensaciones vegetales, matices cítricos, paso cremoso, acidez marcada que se ve compensada con el cuerpo del vino, largo y con unatrama ligera pero compacta. Desde luego cuando destapamos la botella, toda una sorpresa, lejo de los estilos extremadamente maderosos propios de la zona...