No lo identifico con la Pinot Noir francesa, pero me gusta. A ciegas lo he mandado a un clasico La Rioja, pero la acidez me ha confundido.

De color rojo cereza de media intensidad.

En nariz se muestra expresivo y vivo, con la fruta roja y la crianza en primer plano, especiado y floral, con recuerdos de regaliz.

En boca es elegante, de media intensidad, a pesar de los años se muestra muy fresco y con buena acidez, con la fruta roja como protagonista, compartiendo ese protagonismo con la crianza, toques florales, final sabroso y largo.

Magnífica cata realizada en Espai Vínic del Celler Vallés de Castelldefels, dirigida por la mismísima hija de Marimar Torres, Cristina que sigue el legado familiar.

Color rojo cereza de capa media – alta. Ante todo estamos en un vino muy equilibrado tanto en nariz como en boca, con muy buena intensidad, nariz afrutada (cereza sobre todo) y floral, especiados finos, ligeras sensaciones de la madera que te reconfortan, en boca es amplio y elegante, fino y sedoso, con gran acidez, con un final largo con puntas de regaliz y fruta.

Grante de buena capa con ribete atejado. La nariz es de media intensidad, bien perfilada, hay algún recuerdo a canela, toques de frutillos rojos del bosque y también de fruta roja, atractivas violetas, maderas finas y un fondo algo especiado. En boca presenta buen ataque, ligero, con un tanino muy fino, aflilado y ligeramente secante, bien de acidez, resulta largo y bien perfilado. Atractivo.

En poco tiempo he tenido la oportunidad de catar varios pinot noir californianos y, a diferencia de los borgoñones, muestran un atractivo color granate mucho más brillante que los franceses. En nariz es muy floral, con notas de frutas rojas ligeramente ácidas (granada), cereza picota, especias (clavo) y maderas aromáticas. En boca es envolvente, delicado, fino y muy redondo, con una buensísima frescura final y un seductor postgusto floral y especiado. Muy bueno.