... casi 3 años después de la cata previa le llega su hora a la última de mis botellas de Shafer. Supongo que estaré diciendo una barbaridad pero me ha recordado bastante al perfil de algunos Medoc entrado en años... las notas especiadas, la casi ausencia de piracinas, el bouquet muy desarrollado, con esos cueros viejos, las notas de cacao en polvo y los recuerdos a flores ajadas.... En boca el paso es fino, el cuerpo medio, hay materia y el tanino aunque muy pulido todavía asoma, muestra cierta textura terrosa, amargos ligeros y notable longitud. No se muy bien hacia donde va, más bien parece que anduvo ya su camino y ahora languidece dulcemente...

Rubí de capa media alta. Visualmente bastante más evolucionado que la botella previa. La nariz es intensa, perfumada, toques de pimiento bastante finos, matices especiados, toques torrefactos, con bastante profundidad. En boca tiene buen ataque, con cuerpo medio, suaves amargos, excelente acidez y mucha persistencia. Delicadas sensaciones de cacao en polvo.

Hay que reconocer que este tipo de tintos californianos son muy potentes y de fruta muy madura, con cierto volumen. El presente estaba espléndido, muy equilibrado e integrado con el trabajo en madera, y una buena acidez que lo hacía deslizarse en boca. Carácter terroso y secante en boca, con ese sabor caracteristico de hojarasca seca de los buenos Cabernet Sauvignon, pero elegantemente acompañado de especias, tostados, mentolados, torrefactos, cacaos, es decir todos los atractivos de una gran vino, de conjunto armonioso y exhuberante al mismo tiempo.

Picota oscuro y cubierto, brillante. Nariz intensa, con bastante peso de fruta, sobre todo negra y muy madura, algún matiz de flor morada, sensaciones minerales y fondo tostado, con algo de regaliz negro. En boca ataca intenso, resulta poderoso, con un tanino todavía vivo, algo secante, no está mal de acidez, y el alcohol está bastante bien integrado, con notable estructura, trama compacta y notable persistencia. En un estilo poderoso pero no exento de armonía.