Como bien dicen en algún comentario, esta es una bodega clásica del Bierzo.
Color rubí de capa media, muy limpio, ribete ligeramente atejado.
En nariz presenta un perfume muy agradable, complejo, destacando su fruta roja madura, asi como cierta mineralidad (mina de lápiz, piedra para afilar cuchillos tal vez) y alguna nota balsámica.
En boca es de tanino muy suave, probablemente suavizado por el tiempo. Se repite la sensación frutal (sobre todo frambuesas)con mucha elegancia, y cierta ligereza.
Con el tiempo creo que ha perdido potencia y concentración, pero ha ganado en matices y sobre todo en elegancia.
Si me preguntais cual hubiese sido su punto óptimo de consumo, depende de lo que buscais. A mi me ha encantado. Hace 3 años lo hubiera acompañado con un mignon o entrecot. Hoy en dia lo tomaría con láminas de solomillo selladas y cortadas delgadas, con un roast beef o prime rib, o cin un magret de pato.
Aún tiene buena acidez, pero esta para beberse ya, así que si teneis una botella guardada, ahora es cuando.

Color rojo picota y ribete ligeramente atejado aunque muy poco evolucionado para el tiempo que tiene. Lágrima abundante que no tiñe la copa.

Nariz interesante, mucha fruta ya madura, notas minerales, toques que recuerdan a toffee.

En boca sigue siendo afrutado, tanino muy pulido, frescura y acidez poco propia de esta añada en el Bierzo, persistencia media.

Es un vino que ha tenido una evolución muy buena, tiene una frescura impropia de la añada 2004 teniendo en cuenta que estamos en 2013.

Rojo cereza, ribete rubí, limpio y brillante.
Intensidad aromática media, fruta roja, mineral, ricos tostados, ahumados, evolutivo y grato, muy franco.
Boca fresco, rico, buen cuerpo, correcta acidez, paso correcto, retronasal a humo y recuerdo medio.

Catado en reunión de amigos gustó más que otra mencía, esta cántabra, pero un poco atrás de otros mencias del bierzo de igual precio como el Pétalos. Aún así, vino más que correcto que creo que muestra la personalidad de la mencía.
Precio sobre los 13 €.

Botella tomada en restaurante.
Color picota claro con ribete rubi y lagrima fina y transparente.
En nariz se muestra muy frutal y vegetal, con notas balsamicas y minerales y ligeros ahumados de la crianza, algun toque a canela y cueros, algo de reduccion al abrir la botella.
En boca se muestra afrutado y fresco, con taninos y acidez algo marcados que no llegan a molestar.
Un vino que no sorprende pero que se deja beber bastante bien.