Rojo picota intenso con pequeño ribete granate ocre. Nariz muy cerrada que necesita casi una hora en decantador, para abrirse ostentando bajo media intensidad aromas de frutas rojas y negras maduras, sobre especiados, ahumados, mentolados, cacao, hojarasca, tierra de semillero, laurel, hierbas aromáticas y algo de menta. Todo bajo un bouquet leve de rasgos maduritos y con tueste + balsámicos. En boca es rico, de ataque suave pero compacto, trasladando volumen bajo sabores de cacao y torrefactos que arropan a una fruta negra madura y tildes de regaliz. Posgusto rico y persistente, de fruta negra madura y dejes vegetales / especiados, con matices de tabaco por vía retronasal y cacao en polvo. Es un Rioja con un perfil diferente, a pesar del tiempo en botella la impronta de los aromas terciarios no es muy intensa, el vino tiene una buena acidez, complexión en boca bajo buenos taninos. Creo que está en una fase de meseta donde aguantará perfectamente unos años más ( o décadas ), bien conservado. Curioso su perfil mentolado sobre los matices tostados de las barricas. Un vino genuino, con un matiz como “ negro “ más propio de variedades internacionales tipo Syrah, por lo que me parece una diferenciación dentro del panorama riojano, incluso el color tan opaco es peculiar. Le va mejor la copa ancha.
Vino tinto de la bodega Castillo de Cuzcurrita de la Denominación de Origen de La Rioja, elaborado con 100 % Tempranillo, envejecido en doce meses en barricas de roble frances y veinticuatro meses en botella, visualmente color rojo picota medio atejado, glicerico, aromas inicialmente tostados y torrecfactos con gran persistencia, con toques especiados, al final aparecen frutos rojos maduros, en boca agradable, acidez suave, sin astringencia con retrogusto con bastante persistencia, con un estilo diferente, más actual sin perder sus rasgos característico, siendo muy sabroso y fresco. Un vino CARNOSO
Tengo que reconocer que me sorprendió esta botella de reserva y limitada producción para lo que es la tirada de la mayoría de bodegas de esta denominación.
De color rojo cereza atejado pero con capa alta, intenso y oscuro.
Notas de madera vieja, ático, y ahumados se aprecian a copa parada para después dar paso a unas notas de fruta acompotada, pero con excelente acidez, mucha frescura.
En boca es destacable su tanino, penetrante, largo y fino, junto a su acidez hacen que desaparezca el volumen alcohólico en boca.
Un buen vino de sabores clásicos para los clásicos con una referencia nueva en el mercado.
Visual: rojo picota, capa media-alta, capa media, ribete rubí/granate con destellos aún violáceos, limpio, brillante y con buena lágrima.
Nariz: de muy buena intensidad, fruta roja y negra maduras y de calidad, regaliz, clavo, pimienta negra, lácteos, balsámicos, tostados y notas minerales.
Boca: entrada fantástica, taninos dulces y bastante pulidos para la juventud visual del vino, buena acidez, maderas finas, fácil de beber pero, a la vez, con volumen y cuerpo. A mayor temperatura un sabor acusado a uvas pasas. Vino muy bien hecho y con sus principales elementos muy bien integrados. Final rico, largo, sabroso y especiado y con retronasal fenomenal.
Un vino riojano, de corte moderno y hecho con uvas con un microclima tan especial como el de Cuzcurrita de Rio Tirón.
Visual: picota intenso, capa media, ribete rubí/granate con destellos violáceos. Limpio, brillante, buena lágrima.
Nariz: fragante, intensa, aún mejor de lo que la recordaba, fruta roja y negra muy madura, clavo, pimienta negra, lácteos, sutil mineralidad y tostados.
Boca: entrada sensacional, golosa, algo dulzona con un toque de acidez muy rico, muy fácil, muy pulida, taninos presentes pero nada astringentes, muy buena integración y muy frutal todavía. Buena acidez. Muy balsámico con fondo de finas maderas que no ensombrece nada a la fruta de este vino. Final fabuloso, algo especiado y largo con retronasal excelente.
Precioso color picota intenso de capa media con menísco cereza-granatoso tirando a violaceo aun. Aspecto limpio, denso y de lágrima coloreada, uniforme y abundante.
Su nariz es intensa y madura, evocando abundancia de frutos rojos y negros bien madurados, zarzamoras y ciruelas muy golosas casi dulces junto a notas de nuez moscada, pimienta negra y vainilla, cacao, café natural y fondo sensiblemente mineral con apuntes de romero en flor. Trás un poco de aireación aparecen matices de pan tostado, brea y sutilezas lacteas. Perfil balsámico ligeramente mentolado.
En boca es franco, directo, gozando de gran equilibrio, goloso rozando la dulcedumbre frutal, con un porte excelente. Al inicio la fruta se muestra redonda en compañía de especiados, chocolate de frutas y guindas en licor, arándanos frescos y hierbas de monte. Su paso por barrica muestran elegencia y armonía con el conjunto. A medio recorrido aparecen mentolados muy refrescantes asi como ligeras puntas minerales (tierra) que le otorgan empaque y complejidad. Recorrido fresco, con cuerpo, taninos sabrosos y tacto frutoso con un sutil amargor muy agradable. En conjunto es equilibrado, varietal y con carácter. Fianl de boca sabroso, expresivo y de largo postgusto.
Cerca de 11 meses después descorchada la segunda botella de este Señorío de Cuzcurrita 2005.
Qué gran vino! Mezcla de tradición y modernidad.
Visual: rojo picota, buena capa, ribete rubí con reflejos violáceos y destellos atejados que indican la todavía juventud de este vino junto con su crianza en barrica. Lágrima densa y abundante de rápida caída.
Nariz: fruta negra madura unida a unos poderosísimos aromas lácticos desde el inicio, muy complejo, la nariz adelante una gran estructura aderezada de sutiles tostados, especiados, pimienta negra, clavo, balsámicos-mentolados y torrefactos.
Boca: entrada suave, frutal, pulida y fácil, muy muy sedoso, buena complejidad y buen final. Largo postgusto. Nada de verdores y astringencias. A pesar de su juventud los taninos están muy bien domados y la integración de la madera con la fruta es prácticamente perfecta. Muy buen sabor de boca que invita a seguir bebiendo.
La calidad de este vino es, EMHO muy alta en todos los aspectos y va mejorando con el paso del tiempo.
Buenos aromas, potencia tánica, suave, sedoso, complejo, estructurado...
La entrada en boca es muy buena pero el final tiene un postgusto fantástico.
Probado en una comida familiar, fuera de mi casa, y con el hándicap de no disponer de copas todo lo adecuadas para la ocasión (demasiado poco abiertas las copas para este tipo de vino, lo que hacía acusar una mayor acidez de lo que tendríamos en copas de cata o de balón)...
Aún así, no defraudó a nadie y la botella se acabó muy rápido, demasiado, hubo que abrir otra más y estaba igualmente fantástica.
Aunque esté fuera del ámbito de la cata, como detalle, cabe destacar la calidad y grosor del vidrio de la botella, su peso incluso en vacío es notablemente superior al de otras botellas bordelesas para tintos de la competencia.
De bonito rojo picota.
Aromas frutales de buena intensidad (fruta roja madura)y elegantes de madera, con notas de tabaco y especias.
Buena entrada, equilibrada acidez y estructura. Taninos elegantes y suaves. Es un vino sabroso y con cuerpo. Persistencia media.
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