...entre lo bueno y muy bueno. Cuando subí la primera cata de este tinto de Alodia, me pareció que alcanzaría todavía mejor valoración con una posible guarda. Pero creo que ahora mismo me retractaré de lo dicho, pues no me parece presumir de esa bondad de larga vida.
Luce buen brillo en la copa, capa media y una lágrima frágil, poco marcada.
La nariz creo que me ha descubierto algunas cosas más que no logré atisbar la última vez que lo probé. Asoma una sensación oleosa y ciertos toques vegetales que no había descubierto anteriormente. Sigue la fruta madura de forma muy suave y algún deje torrefacto y/o de cacao. La crianza se resiste a aparecer, y se percibe débil y con bastante tiempo transcurrido en la copa.
En boca, pìenso que ha perdido fuerza. Muestra un cuerpo medio, igual recorrido y un final de tintes frutales en el paladar, no muy persistente en boca. La acidez me parece muy ajustada ya. No se le presume evolución al vino y creo que comienza a estar en un plano algo crítico.
De todas formas, hay algo que no me gusta de su nariz y pienso en un defecto de botella ( la que me ha tocado a mí). La otra vez me impresionó más.
Seguiré valorándolo...en su próxima añada, pues ya está la 2006 en la calle hace un tiempo.

Vino de color cereza ribete rubi.
Lagrima densa y espaciada, lagrima diminuta.

Vino que se presenta al salir de la botella con una expresión aromática media.

Notas de fruta negra en confitura que no predominan. En nariz surgen aromas de hierbas de monte de romero, ajedrea, tomillo. Enseguida surgen notas de cuero que van a perdurar durante casi toda la botella.

El vino tiene un buen ataque con una acidez que está muy bien equilibrada con el vino, y unas notas amargosas de fondo, que conforme bebemos terminan por disiparse.

El vino parece un punto complejo en nariz, digno de catar con tranquilidad. Surgen aromas de café solo, café frío. Al final de la botella el vino tiene notas de tableta de chocolate con leche.

Hay que decir que es un buen vino, bien presentado, bien elaborado, con un tanino notable desde el primer momento, pero domado, bien ensamblado, sugiere que va a dar una larga vida al vino. Soy muy sensible a la acidez de los vinos y la acidez de este vino es muy correcta, está en buena armonía con el vino. Hay que señalarlo.

En boca tiene un abanico de aromas singular, predominan los aromas de confitura de fruta negra, café y chocolate con leche. Las notas amargosas al final son muy sutiles, vino que puede ser muy bien maridado.

Precio de doce euros, con una RCP correcta. Bien presentada la botella, muy troncocónica, digna para hacer como regalo y con buen caldo. Sergio Labata ha elaborado un buen caldo como enologo en su propia bodega familiar de Adahuesca. Bravo y adelante.

Vista; picota brillante, capa media.
Nariz: muy especiado, chocolate con un fondo de fruta en licor.
Boca: fresco con marcada acidez. Postgusto un pelín ácido y astringente en exceso,

Color rojo picota intenso con ribetes granates. En nariz se perciben aromas de torrefactos, especias y chocolate. En boca, se muestra redondo y suave, de buen recorrido; final muy agradable. Guardándolo en botella un buen tiempo, seguro que ganará muchísimo. un vino de futuro grande y prometedor.

Color rojo bermellón intenso. En nariz aromas a especiados, café y chocolate. En boca tiene una gran elegancia, es amable, sedoso, complejo y muy redondo.
Es un vino de coupage que va a sorprender por su carácter, aroma y complejidad de sus uvas cabernet y garnacha de cultivo ecologico. Presentado en una preciosa y distinguida botella, un somontano que creo que va a dar mucho de que hablar o escribir.
Su precio 12'50 € Comprado en Bodegas del Somontano Vinos Murillo en Barbastro, realmente sorprendente.