Color picota oscuro, ribete violáceo, limpio y brillante, capa alta.
La nariz es de buena intensidad y compleja, fruta roja y negra, toques especiados, vainilla, tierra mojada y marcada mineralidad.
En boca tiene buena entrada, pleno, de buen cuerpo, buena acidez, taninos dulces, buena combinación de la fruta con la crianza, atractiva estructura y bastante largo. En retrogusto fruta roja, vainillas y cacao.
Un buen ribera, lástima que resulte algo caro.

Color rojo picota intenso decapa muy alta. Casi tinta china. Tinta la copa, limpido.

Nariz de buena intensidad a maderas, desván, chocolates y frutas roas con notas de puromoro y un fondo mineral.

La boca es sabrosa con buen ataque y recorrido de cuerpo medio- alto con notas de maderas finas y taninos presentes y postgusto largo y tostado.

Color picota muy alto casi opaco, con ribetes algo violáceos.

En nariz es intenso, complejo con fruta negra, detalles de madera con algo de alcohol y notas florales.

En boca es carnoso, con buena acidez pero con unos taninos ásperos.

Final de tipo medio.

Coincido con los comentarios anteriores, que quizás sea mejor esperar mas tiempo para tu toma o cata.

La verdad es que tengo que reconocer que todo lo que lleva el apellido Garcia ya me da gran confianza y me predispone a disfrutar a tope, y este vino, fruto del hijo de Mariano, Eduardo no me ha defraudado, aunque un poco caro, todo hay que decirlo.
Bonito color cereza picota de capa alta, limpio y brillante. Intensidad aromática alta, muy elegante, fruta negra muy madura, notas florales y buenos tostados de la crianza con un toque lácteo al final. Boca muy sabroso, envolvente, complejo, equilibrado y de gran recuerdo, sacamos notas de fruta roja y toques de eucalipto. No para todos los días, pero si quieres quedar bien en una cena o reunión, hay que apostar por él.
Precio unos 24 €.

Brillante, de capa muy alta y un color rojo picota con el ribete violáceo, destaca lo tintada que se presenta su densa lágrima.
Con gran intensidad en nariz, recuerda, en todo momento los vinos de la familia, con fruta negra y roja, pinocha, sotobosque y sobretodo, la elegante madera perfectamente integrada que se encuentra en forma de aura: vainillas, deliciosas canelas y sutiles reminiscencias especiadas; una agradable almendra amarga protagoniza los recuerdos de frutos secos, recuerdos que se unen a los lácticos, unidos a su vez a frutas frescas del bosque en imagen olfativa de helado de frambuesas.
En boca es sabroso, equilibradamente potente, elegantemente cálido, con una tanicidad noble que no se desprende del vino, sedosamente amplio y divertidamente complejo.
Larga caudalía de post-gusto frutal y con evocaciones a cacaos y torrefactos.

Picota oscuro de capa alta y ribete violáceo. Límpido y brillante.

Aromas básicamente primarios a fruta roja fresca, chicle de fresa, lácteos, yoghourt de frambuesa, algo de regaliz y nada de madera.

En boca se muestra sabroso, potente y taninos muy presentes.

Persistencia media.

Tal vez, todavía no sea su momento adecuado de consumo, está un poco plano aromáticamente hablando. Tenía mayores expectativas.

A mi me encantó. De acuerdo que ahora es pronto para ser catado. Me gusta el cambio de imagen. Me gusta la nariz, si mucha madera, pero qué complejidad. Y en boca... impresionante. Gran estructura, dureza, rusticidad, ¿"terruño"? Creo que si. Me gustó mucho, claro, estoy de acuerdo en que en botella ganará.

... Así que no cometeré la osadía de puntuar. De todos modos comento lo catado:
Tiene una presencia muy similar a las añadas anteriores, pero un brillo imilar al de 2004. Picota de buena intensidad, con ribete violáceo y capa alta. limpio y brillante.
De momento los aromas son muy planos, poco expresivos, predominando las notas lácteas y dulces, como de yogourt con mermelada de frambuesa.
Necesita tiempo para que en boca se muestre toda la fruta, acidez y madera. Ahora mismo es sedoso, liviano y goloso. Casi como un zumo de Astrales fresco y afrutado.
En el retrogusto aparecen notas de fruta roja y pimienta.