Vino elaborado con las variedades xarel·lo y muscat. Su dulcura natural se consigue por la fermentación parcial de los mostos para pasar luego a barricas de roble, donde se cría por el sistema de soleras. El color es dorado suave, con aromas que recuerdan la uva madura y breves notas de crianza en barrica. Evoluciona en copa recordando almíbares y frutos secos. Un vino redondo.
Recomiendo consumirlo frío, especial para comer con dulces o marida perfectamente con quesos azules y foie.

Amarillo dorado, reflejos luminosos color calabaza, sensación oleosa, casi sin lágrima. Notas iniciales a pegamento o laca (necesita de media hora de aire), aromas a fruta blanca y pulpa dulce de melón, toques de bollería (glaseado, cabello de ángel, ensaimada, crema), muy agradable pero algo impersonal. Boca gruesa, equilibrado, sin ninguna arista del alcohol, conjunto sumamente sabroso, toques dulzones (frutos secos, membrillo, pulpa madura), curioso contrapunto a corteza de naranjo, larguísima persistencia con mucha fruta almibarada y más membrillo dulce
PVP: 5 euros aprox. botella de 37.5 cl