Así te quedas bebiendo este vino. Este VINAZO. 

Había probado un 2013 y me gustó bastante. Un 2010 que me enamoró. Y este 2015 que me parece que tiene un buen potencial.

La nariz, pues qué contar. Es un canto al placer, al terreno, a la uva que da forma a este elixir. Fruta blanca de hueso, con manzana reineta, pera limonera y un suave melón. Toques cítricos, con limón y mandarina. Herbáceos y flores frescas, vibrantes y llenas de vida. Y ese toque de panal de abeja... Creo que son buenas estrofas para esta canción, que viene acompañada de notas minerales y salinas, de pimienta blanca y toques de talco. Fresquísimo y vibrante, con ese toquecillo goloso.

En boca es una maravilla, con una acidez vibrante, que te hace cantar y llorar de emoción. Manzana y pera te llenan la boca, con ese melón gustoso y maduro, bien compensado por esos toques de lima tan refrescantes. Flores, hierba recién cortada, especias picantes y algunas orientales, ese toque amielado y sus notas salinas y minerales. Buena letra que cantar y por la que dejarte el alma. Es largo, fresco, lleno de vida y flor. 

Esta añada me parece que tiene más chicha que la 2013, no tanta como la 2010, pero debería envejecer bastante bien. Creo que aún no ha llegado a su techo.

Una gozada.