Le he oído en la radio a menudo, y me gusta cómo habla y lo que cuenta. También le he visto en la televisión, y me gusta su sonrisa y su soltura a la hora de cocinar. He visto sus platos, el proceso de hacerlos y he escuchado los "Oh Ah Uh" de los afortunados que ha tenido la suerte de probarlos. Cosa que, seguramente, yo no tenga ocasión de hacer nunca.
Este vino le gusta a Martín Berasategui. No digo que sea el vino que le gusta a él, porque probablemente le gusten otros vinos algo "mayores" que éste, pero sí que estoy seguro de que este vino le gusta, porque si no, no le habría puesto su nombre.
El vino tiene el buen cuerpo de una juventud recién estrenada, aún algo violenta, agresiva y desbocada. Suaves aromas a campo verde, flores de color violeta y ciruela negra comprada en el mostrador del hipermercado, arrancada sin madurar. Fresco, una compañía fácil, agradable, que no te causa problemas ni tampoco te hace pensar que es, en vino, la mujer de tu vida.
Buena experiencia para tenerla en cuenta.
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