Poderoso en todo, la botella, etiqueta, presentación, precio y el vino claro,. Me pareció un vino serio, bien hecho aunque tampoco me deslumbró. En nariz gana con la decantación en copa, se expande , se abre hacia notas frutales, no exactamente compotadas, más secas, madera muy presente, pero integrada, bosque seco, no parece un Ribera cálido y clásico. En boca es muy largo, seco también, con marcada acidez, algo secante, con una tanicidad algo astringente

Vino color picota madura con ribete granate, capa media alta, limpio, brillante y lágrima fina.
En nariz con buena intensidad, explosión de fruta roja muy fresca, muy bien definido, expresivo, arandanos, frambuesas, concentrado y con pequeña evolución a monte bajo, que casi no se llega a producir y nos devuelve a la fruta. Un vinazo.
El paso por boca, suave, con cuerpo, largo recorrido, fruta a raudales, amplio, bien hecho, buena acidez, equilibrado y un tanino sedoso. Muy bueno.
Retronasal, afrutada.
Postgusto, largo y muy bueno.

A pesar de que evidentemente se encuentra en un momento de cata todavía muy alejado de su máxima expresión, el vino muestra un esqueleto, una estructura, una limpieza y una potencia, propia de los grandes.
Con una larga crianza en madera, que todavía permanece muy presente. También deja entrever gran expresión frutal, y una notable complejidad.
En boca es gordo, potente, voluminoso, y muy muy redondo.
Buena acidez y largo en su desarrollo, nos recordó a los mejores vinos de principios de siglo, manteniendo su carácter ribereño, y algo 'modernito'.
MUY bien.