Seguimos de vacaciones y vamos a catar un crianza de la Ribera del Duero, el Quinta de Tarsus en su añada 2011. Lo catamos de nuevo en el hotel de Castropol en otra deliciosa cena. Lo servimos a 17°C y el tapón presentó un perfecto estado, ligeramente tintado en su base y muy compacto.

VISUAL: Nos enseña un precioso color rojo picota, brillante y con el ribete cardenalicio. De lágrima fina, abundante y transparente.

OLFATIVA: De una intensidad media presenta claros aromas a fruta roja muy madura. A continuación nos trae recuerdos a regaliz de palo y pimienta negra y la madera hace acto de presencia aportando unos sutiles tostados con notas de cuero y cacao. Al final apreciamos notas de tabaco de pipa. Exquisita nariz, muy elegante.

GUSTATIVA: En boca una exquisitez, con un paso muy suave. Vino sedoso de taninos dulces. Carácter muy mineral, pizarroso. Con una potente acidez, robusto y elegante. En retronasal hay fruta roja madura y unos sugerentes aromas de pimientas, cacao y tabaco de pipa. De persistencia media, unos 2 minutos. Magnífica botella, una delicia de elegante nariz y boca aterciopelada. Un placer.

Con una RCP excelente pues tenemos un vino sobresaliente sobre los 12 euros.

Lo maridamos en una copiosa cena que constó de una tabla de quesos asturianos con nueces y mermelada de tomate como entrante, un bacalao con ajoaceite gratinado de primero y una deliciosa carrillera de ternera guisada de segundo. El vino acogió en su regazo cada uno de los platos con absoluta armonía. Una deliciosa cena con otro excelente vino. Que gustazo!!. Adjunto fotos de la velada.