Anaranjado con ribete del mismo color. Capa media-baja. Limpio y brillante.

Abierto desde el inicio, desprende notas varietales que delatan su lugar de procedencia. Al principio, un pronunciado matiz a laca de uñas que aunque se difumina no termina por desaparecer, es el protagonista en esta fase. Posteriormente, piel de naranja, tomate, vinagre balsámico, notas a especias mediterráneas y a monte bajo, pimienta, cueros, humedad y piedras.

La boca es maravillosa, todavía apretada por el alcohol, por la acidez y por un tanino que engancha como si de una boa se tratase, tiene los sabores muy conjuntados ya. No hay rastro de poso, ese “barrillo” del que hablo a menudo  que no me encanta. El paso es fino, vertical y como me comentaba Mary, muy elegante.

Final largo de los de verdad. Deja recuerdos a flores marchitas y a terciarios que empiezan a asomar.

Añada cálida, ¡quién lo diría! Fabuloso.

Picota rojizo con reflejos naranjas y borde teja. Sin mucho brillo ni limpieza. Capa alta.
Después de decantar los aromas aparecen solos, no hay que esperar mucho. Ciruelas, tomate, flores marchitas, monte bajo, balsámicos, sangre, pólvora, barrica vieja y mineralidad.
En boca nos encontramos con un Barolo maduro, con empuje y mucha personalidad. Paso tenso sustentado en los tres pilares que para mí representan a estos vinos: acidez (sobresaliente), tanino (que empieza a limarse) y un alcohol presente pero ya asentado. El resto del conjunto me ha parecido impecable, fuerza, clasicismo, matices rústicos y al mismo tiempo mucha finura.
Final largo y complejo.
Creo que nunca había probado un 2000 de este productor, creo que es una añada media y sin embargo su estado de forma es perfecto y aún posee capacidad de mejora. Muy bueno.