Probado despues de mucho tiempo, ahora de botella de formato de 375 ml.

Color cereza muy oscuro. Lagrima tintada.

Aroma a fruta negra intenso que nos recuerda a ciruela muy madura e incluso a confitura de cerezas, muchas violetas y algun recuerdo a regaliz. Ligeramente especiado. Despues de un rato de airearse y a copa casi vacia, se perciben notas herbales - hierbas de provenza que incluso me recuerdan a un buen chimichurri.

En boca es muy concentrado, algo rustico e intenso. Tanino algo secante. Buena acidez que le da cierto frescor y hace que el trago sea mas facil. No se me ocurre hacia donde evolucionara este vino. Eso si, si de una botella de media aun tiene esta fuerza, seria interesante probar un Escorihuela Gascon con mas antiguedad de una bot de 750 e incluso de una magnum.

Estamos ante un Malbec de estilo clasico elaborado por la bodega mas antigua de Argentina. Indispensable tomarlo con unas empanadas y un buen corte asado ... estilo argentino, claro esta.

Estamos ante un vino elaborado por la bodega mas antigüa de Argentina, que existe desde hace mas de un siglo. La etiqueta es una remembranza de la época donde el vino tuvo sus inicios en Argentina.
Color cereza de capa media, con lágrima muy gruesa que cae lentamente.
En nariz es tremendamente floral, con notas muy marcadas pero agradables a violetas. Aparecen notas de frutos negros muy maduros y luego especies, destacando alguna nota a vainilla. Viletas, fruta negra y especies, "trademark" del malbec mendocino. Me recordó por un momento cuando te preparan unas cerezas jubilée junto a la mesa.
En boca es muy agradable, frutal sin exagerar, aterciopelado, y de mediana longitud. De trago fácil.
Es una gran ventaja lo de estos malbec argentinos de precio medio, estan perfectamente bebibles desde el momento en que salen al mercado.
El precio es puesto en México. Seguro que en Argentina o bien en USA, el precio sería mas baj y tendría una relación calidad precio mas que excelente.