Dorado limpio y brillante.
Media intensidad en una nariz que sorprende por su limpieza y marcado carácter varietal, comienza floral y con toques de una tenue fruta de hueso, recuerdos cítricos y un marcado tono herbáceo y de heno con sutiles atisbos ahumados, el trabajo con la madera ha sido muy preciso y nada invasivo.
En boca se muestra ligero y equilibrado, con una buena acidez y un paso ligeramente graso, dejando en el final recuerdos cítricos y herbáceos, con un tono de fruta madura. Quedan sensaciones amargosas en el posgusto. Persistencia media. Sutil mineralidad.
Hay tan pocos verdejos más o menos auténticos que te sorprendes al encontrarte con uno y este desde luego que lo es, además con un buen trabajo con la madera es un vino serio y con estructura pero a la vez ligero y sin perder frescura. Loable trabajo en viña y bodega. Unos 16 euros, algo más caro que los verdejos al uso pero merece la pena.

Cata 251 de la Penya La Verema. Algunas botellas han caído desde mi cata inicial y me ha parecido siempre un vino consistente y con personalidad. Pajizo dorado. La nariz es de media intensidad y muy bien definida, hay matices cítricos, recuerdos a hierbas aromáticas y notas de fruta blanca fresca. En boca el ataque es muy bueno, el paso es cremoso, con sensaciones untuosas, muy bien de acidez, con volumen y excelente definición. Con la aireación muta y gana en volumen. Media ponderada: 79,27

Color amarillo tendiendo a dorado.
La nariz es de buena intensidad y desata frescura, te sientes en medio del monte mediterráneo, recuerdos balsámicos, fruta blanca fresca, cítricos dulces y marcada mineralidad.
En boca tiene buena entrada, muy fresco, excelente acidez, se nota su paso por lías que le da cremosidad, estructurado, frutal y elegante, mineral, ligeros amargos y final de buena longitud.
Excelente verdejo, sin excesos, equilibrado, fresco y muy rico.

Color amarillo dorado, reflejos oro, limpio, brillante, lágrima correcta.
En nariz tiene buena intensidad con fruta abundante pero no empalagosa (pera, manzana, pomelo), herbáceos presentes, notas balsámicas; compleja y equilibrada.
En boca es fresco, elegante, predomina la acidez sobre la fruta pero manteniendo un equilibrio agradable, notas minerales, destacado fondo herbáceo; un conjunto armonioso. Buena persistencia final.

Magnífico verdejo, que reivindica a esta uva.

... A ver si me van a empezar a gustar los verdejos a mis años!

Cata a ciegas (no vuelvo a jugar contigo Dani, eres un malaje, un arpío) y sorpresa en La Condomina. ¡Era verdejo!

No sé, yo le daba "rollo atántico" y tal... Nada, no lo acierto en 100 vidas.

Amarillo dorado atenuado, limpio y brillante, cómo no.

No tomé notas de la cata, ya no lo hago nunca, y menos en esta ocasión: se trataba de disfutar, y a fe mía que lo hice, pero sí recuerdo nítidamente esos aromas limpios y frescos (¿donde están las bananazas y las piñazas usuales?) de manzanas verdes, de césped húmedo, de algo dulce tipo hinojo quizás...

Y también recuerdo la ligera untuosidad táctil, la sensación de balanceo de ese citado punto de dulzor que también estaba presente en boca con una acidez buena pero no muy marcada, toque amargoso también contenido.

Si hay más verdejos así, me hago fan, follower, amigo, suscriptor...

P.D: Es V.T. de Castilla y León, no es D.O. Rueda... se salió, cuentan. ¿Por qué será?

Colo amarillo dorado suave.
Nariz equilibrada, de buena intensidad y alejada de los vinos de verdejo más comerciales, con notas de fruta fresca, pera, piña, pero de la del pino, casi balsámica, notas de heno recién cortado, de hierbas aromáticas y lemongrass.
En boca destaca su excelente acidez, un paso cremoso que deja un tacto muy rico, un punto mineral y un fondo de nuevo herbáceo y fresco.

Fantástico verdejo.

Es lo que tiene ir a Ca Pepico... ahora que parece estar mal visto tomarse un Rueda te ofrece un verdejo de La Seca, eso sí... fuera de D.O. ya que viene con el marchamo de Vino de la Tierra de Castilla y León. Un vino poco común, con un precio complicado y que derrocha personalidad. La nariz es expresiva, no hay atisbos de fruta tropical, más allá de algo de piña verde, y dominan las notas vegetales, la hierba recién cortada y las hojas de laurel. Hay también un toque de manzana verde y un apunte de ralladura de limón. En boca tiene buen ataque, un apunte dulce en la entrada, con cierta untuosidad, excelente acidez, sutiles amargos, sensaciones minerales, largo y con profundidad. Por cierto, vale su precio con creces.