De color rojizo intenso de capa media, brillante y limpio, reflejos granadinos y ambarinos, borde amplio, atejado.

Un cañonazo, potente y abierto, con una desbordante carga de maderas y duelas avainilladas, lácteos, cremosos. Hay tanta cantidad de roble y de especias, clavo, pimientas ahumadas, que lo ocupan todo y no dejan ver nada más. Cuesta encontrar algo más detrás de tanta barrica. Decantado durante una hora y media. Aparecen tostados, carbonilla, chimenea y un tímido asomo de cueros, tabaco inglés y especias dulces, canela, nuez moscada.

En boca es un vino suave, de medio cuerpo, con taninos fundidos en un conjunto reposado, amable, de fácil beber. Tiene una más que correcta acidez y ún marcado gusto de la barrica. Se mantiene en forma aunque se intuye que comienza a dar signos de estar algo fatigado y aplatanado por los años. Un tinto cumplidor, plácido y sin problemas de guarada pero falto de ese plus de complejidad que pueden ofrecer los buenos vinos viejos. Excesiva influencia de la barrica que aporta vainillas y especias. Correcto.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/07/conde-de-la-salceda-1987-gran-reserva.html