Restaurante Canalla Bistro en Valencia
Restaurante Canalla Bistro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Nunca
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.9
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
6.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
Canalla Bistro by Ricard Camarena
Cocina de Canalla Bistro
La sala de Canalla Bistro
La cocina más canalla de Ricard Camarena
Costilla BBQ
Sandwich de “Pastrami” estilo “Kat’z”
Pizza okonomiyaki
Taco mejicano de cochinita pilbil
oro parece… plata no es
Ostra (ceviche)
Taco mejicano & Cortezas de patatas bravas
Tempura melosa de langostinos y espárragos verdes
Bomba de patata, sepia y perejil
Arroz de coliflor
Curry Rojo
Un postre para sorprender,...y deleitar.
al rico taco.
los rompedores "falsos pastissets".
Torrija caramelizada con helado de mantecado
Melocotón helado
Pastisset de aguardiente, boniato y foiegras
Croquetas de pollo a l'ast
Detalle de la sala
Nem vietnamita de salmón, queso tártaro y rúcula
Arroz de caracoles (sin caracoles)
Nem vietnamita de salmón, queso tártaro y guindillas dulces
Croquetas de pollo a l'ast
La tremenda carne...
Carbonara de nabo bola
Algunos de los postres
Algunos de los platos del menú para compartir
Imagen del local y del servicio
Opiniones de Canalla Bistro
OPINIONES
69

Lo mejor de cuando un sitio te gusta es, a poder ser, repetirlo cuanto antes. Decidí que mi chica tenía que conocerlo, más por lo que se come que por su rabiosa actualidad. De esta manera me libro también del verbo parasitear que con tanto acierto han inventado los de la peña "Los Restauranteros", con los que compartí cena esa primera vez.

Es una propuesta que personalmente me encanta. Es aparentemente desenfadada, pero encierra mucha enjundia, sabiduría y conciencia. El local, pese a reconocer su estilo y lo acorde a dicha propuesta gastronómica, me resulta algo agobiante, angosto. La velocidad de los platos, y eso que esta noche se midieron, hubo como dos tandas, parece tener sentido, pues no es sitio de comodidades. Aquí se come muy bien en poco tiempo, pero ojo, es un restaurante.

Ibamos directos a por el Menú para compartir, por lo que nosotros también fuimos rápidos, ¿qué se creían?. Hasta el vino lo traíamos elegido desde casa, "tiritos a la poli..." Un Impromptu a precio de tienda es irrechazable. Maridaje perfecto.

Vino bien servido, con la cubitera colaborando en la intimidad respecto a la mesa de al lado, y bebido en copas Spiegelau, alternado con una botella de agua.

Menú que encerraba todos los platos de la otra noche "restaurantera", pero sin la extensión lógica por estar tuneado tal y como señaló el propio Ricard.

El orden fue el siguiente:

- Nem vietnamita de salmón ahumado, rúcula y queso tártaro.

- Mozzarela de búfala rellena de cagrejo al pesto.

- Ensalada chicken-thai.

- Croqueta de pollo a l'ast.

- Tempura melosa de verduras ligeramente picante.

- Empanadilla al vapor de langostino al ajillo.

- Bocata al vapor de cerdo Pekín.

- Sándwich de pastrami estilo "KAT'Z".

- Espectacular melocotón helado.

Destacables todos ellos. Esta vez noté mayor equilibrio en la mozzarela, menos picante la empanadilla, mayor relleno en el bocata y un pelín más seco el pan de molde del pastrami. Lo bueno y lo malo de dos visitas tan juntas, pero todos, inisto, a un gran nivel. La tempura, por ejemplo, es adictiva. A mi juicio, el que más sorprende pese a su sencillez. La croqueta es espectacular, con un rebozado fino muy casero que recuerda a las familiares... y un alto en el melocotón, que no lo lleva, pues es una mousse de vainilla, con una cobertura de maracuyá y un fondo de plato que parece crema de limón. Un postre muy currado y exitoso, con la suavidad y frescura que siempre demando.

Volveré, volveremos. Voy poniendo más mejillas...

Aprovechando la maravillosa valoración que subió ayer mismo Isaac Agüero, me permito la licencia de comentar mis sensaciones sobre la experiencia vivida junto a él, otros miembros de la peña Los Restauranteros, algún amigo y otros foreros ilustres de Verema que tuvimos el placer de invitar a sentarse a nuestra mesa. Un total de 13 comensales (o 12 + 1, según se prefiera) que llegamos a esta quedada con diferentes estados de ánimo: gente con más alegría y fresca de fuerzas, gente más cansada por obra y gracia de la que hemos acabado bautizando como "la maratón valenciana", gente con más hambre, con menos... Opinión generalizada es que estuvimos un poco "encajados" en la mesa y bastante apretados, cosa que no facilitó para nada acciones tan sencillas como levantarse o sentarse para ir al baño. Es el estilo generalizado en este local pues la separación entre las mesas es mínima. El ambiente es juvenil y desenfadado con clientela mayormente joven, con ganas de un "pica pica" de calidad y, sobretodo, de charlar, reir y pasarlo bien. La decoración, como ya comenté en su día, original y nuevamente desenfadada: cajones antiguos de fruta, cajas vacías de una conocidísima marca de cerveza, dibujos cómicos en las paredes tipo pizarra negra, iluminación no muy subida... Local chulo chulo, exceptuando esa sensación de estrechez y agobio.

Tomamos todos y cada uno de los platos expuestos anteriormente por Isaac. Se trata de un tipo de cocina que a mí, particularmente, me gusta mucho. Ese "rollito" de fusionar ingredientes, pero con sentido, tras un estudio concienzudo (no mezclar por mezclar), eso de mediterranizar la cocina oriental (u orientalizar la comida mediterránea) me va mucho. En ese sentido, disfruté muchísimo con platos como el nem vietnamita de salmón y rúcula (una "ensalada" que se come con las manos), la tempura melosa (¡jolín que buena estaba!), el tartar de bonito y salmón (una presentación muy atrayente y una calidad extraoridnaria en el plato), etc. Sin embargo, una de las cosas que más me gustó fue quizás la propuesta menos oriental de todas cuantas salieron. Me refiero a la ensalada de alcachofas escabechadas, trufa negra, cacahuetes, y altramuces. Me declaro admirador acérrimo de la alcachofa y en este plato brilla extraordinariamente el sabor peculiar de esta hortaliza. La salsa que acompañaba era una auténtica delicia. Destacable también la croqueta de pollo a l'ast y ambos postres. Vuelvo a insistir aquí en la extraordinaria calidad de todos y cuántos postres pude degustar ese intenso fin de semana. El melocotón helado y el corte de Ferrero Rocher me parecieron ambos de un alto nivel técnico, visual y sabroso. Los platos no mencionados estuvieron un pelín por debajo, pero no atendiendo a criterios de calidad, sabor o presentación, sino únicamente desde la perspectiva personal y de la subjetividad de cada uno. Cuestión de gustos.

Iniciamos la cena con unas cañas y vermuts, acabamos con cafés e infusiones y, entre medio, cayeron varias botellas de Lapola 2011, Tricó 2011 y Dolç de Mendoza 2008. Servicio simpático, dinámico y eficaz llevado principalmente por personal femenino JASP.

En definitiva, propuesta muy apropiada para gente urbanita con ganas de probar cosillas distintas (no extravagancias), comida muy digna, como cabía esperar de un local dirigido por el gran RC y, sin ser un experto en el mundo empresarial, me aventuro a decir que un filón considerable de ingresos para este cocinero que, a buen seguro, le ayudarán a mantener abierto su hermano mayor: el restaurante gastronómico. Y que dure mucho.

Según la RAE, canalla es sinónimo de gente baja, y ruin. Bien harían los académicos en modernizarse asignando alguna polisemia al vocablo. A mi entender, Ricard con el uso de esta palabra pretende informalizar el espacio y la propuesta, y también hacer notar que algunos platos tendrán una componente picante en su Canalla Bistró.

Ricard no ha recurrido a una carta de tapeo tradicional para llegar a una clientela masiva; sino que se ha complicado aportándole una vuelta más. En esta cocina hay fusión entre el Mediterráneo y Asia, que se saborea en los nems, el bocata al vapor, las empanadillas al vapor y la tempura melosa. En otros platos, Camarena nos recuerda sabores conocidos pero cambiando las formas, provocando al ojo y mutando texturas como con la croqueta de pollo al ast, el tartate de bonito con aguacate, el melocotón helado y el corte de Ferrero Rocher.

Partimos del menú que se pueda compartir a mesa completa, Comenzando con el nem vietnamita de salmón ahumado, rúcula, y salsa tártara de queso. Un rollo de primavera fresco (pasta de arroz hervida) con un ligero toque picante en esa salsa densa que equilibra la proporción de rúcula.

En la mozarella de buffala rellena de cangrejo al pesto es éste último quien marca el sabor principal del bocado. Personalmente fue de los que menos nos agradó, y creo que se puede mejorar equilibrando las proporciones.

En cambio, la bomba de patata, sepia y perejil es una delicia donde destaca el punto de los pequeños trozos del cefálopodo.

La croqueta de pollo al ast es una pequeña declaración de intenciones en torno a la diferenciación; en no copiar la carta del gastrobar al uso. Sabor pleno de domingo a mediodía con una fenomenal fritura. Notable, un poco más de melosidad y se alcanzaría la gloria.

La adicción llega con la Tempura melosa de verduras ligeramente picante; entramos en bucle sápido con esa especie de mayonesa con kimchi coreano. Tremendamente umami. Surge la parte rebelde de Ricard, por la melosidad de la tempura, algo en contra de lo establecido. Se consigue empapando la verdura en una salsa de huevo, lima y guindillas. Volveremos a por ella porque es sobresaliente.

La ensalada de alcachofas escabechadas, trufa negra, cacahuetes, y altramuces nos pasó algo desapercibida después del platazo anterior. Bocado más bien amargo donde no se nota la presencia de la trufa. Superable.

El tartare de bonito con aguacate me recordó al rollo de aguacate y buey de mar de Tickets. Una forma visualmente diferente de tomar un tartar de bonito, potencialmente más cómoda, y además creemos que mejor para combinar los diferentes ingredientes. Huevas, y germinados aportan crujiente, y frescor. Apetitoso.

Dos bocados conceptualmente similares son el bocata al vapor de Cerdo Pekin y la empanadilla al vapor de langostino al ajillo; productos muy nuestros, con ese toque asiático en el continente y en los ingredientes secundarios que le aportan ese picante granuja. La segunda me comenzó a generar cierta dependencia.

Finalizaríamos con el sandwich de pastrami estilo KAT´Z, muy bien acompañado de cebolla, pepinillo, lechuga, mayonesa. Bocado gustoso. Como curiosidad en el local neoyorkino que da nombre al bocadillo se rodó la famosa escena de “When Harry met Sally” en la que Meg Ryan fingió un orgasmo, pero no estaba tomando pastrami sino un sandwich de brisket (corte cercano al pecho, falda de la vaca).

Tanto en la propuesta gastronómica como en la del Canalla, los postres verdaderamente están a muy alto nivel. En este caso probamos el espectacular melocotón helado, muy estético, ya te ha ganado antes de probarlo, recuerda a los 80 con los cuasi desaparecidos naranja y limón helados. El adjetivo en el enunciado como provocación canallesca. Notable y refrescante.

Para acabar el corte helado de Ferrero Rocher, que para mí es tan llamativo como el melocotón, en tamaño, en la facilidad para compartirlo aunque a la vista no sea así, y en su sabor que simula al famoso dulce, pero a nuestro modo de ver con una menor proporción de chocolate y más de frutos secos. Aplausos.

En resumen, planteamiento de cocina abierta al mundo, viajera, glocal (global+local), con una carta extensa que invita a repetir, y donde se encuentran platos e ingredientes de varias gastronomías. Se nota que parte del equipo de cocina se comparte entre el gastronómico y ésta propuesta canalla, por cómo están acabados los platos, y la conceptualización de Ricard.

Canalla Bistro : Viajar sin salir de Valencia.

Post completo merece la pena
http://www.complicidadgastronomica.es/?p=3543

Excelente relación calidad-precio. Comimos fenomenal y el maridaje también muy bueno.
Por sacar alguna pega, mesas muy juntas y algo de ruido.
Volveremos

Segunda visita a este moderno gastrobar. Un año justo de nuestra primera visita. Este tiempo nos ha permitido ver claramente una serie de mejoras en el local (ahora ya no es ruidoso gracias a paneles acústicos y otros elementos) así como en el servicio (nos ha parecido mas profesional si cabe que en nuestra anterior visita).
Otro tanto a señalar son las copas: hace un año había una heterogeneidad que no atendía a criterio, ahora todas las que vimos eran como mínimo Spiegelau de la serie authentis o similar, y esos detalles, desde mi humilde punto de vista son importantes.
La comida, como siempre excelente: tras una ostras valencianas (las de ceviche son excelsas), tomamos alcachofas, presa, piadina y un espectacular flan de limón. Ricard tiene unas claras señas de identidad culinaria y su fusión "canalla" es todo un acierto.
Carta de vinos suficiente para el concepto de local, con buenas referencias a buen precio. Servicio de vino adecuado en formas y temperatura de servicio. Tomamos un Vizcarra Senda del Oro, muy acertado.
Si nos gustó en nuestra primera visita, en esta segunda nos ha gustado aún más. Para seguir con una tercera, cuarta, …además la RCP es muy buena.

Si la nota media que tiene el restaurante a la hora de publicar esta valoración es de un 7 raspado, creo que estoy de acuerdo con ella. Raspado, raspado... Lo que en en colegio era un notable pero por los pelos, casi un aprobado alto. Y yo creo que, siendo lo que es, debería aspirar a algo más.

Para que los que saltan cuando no recuerdas lo que tomaste aquél día, puedo decir que fue algo así como (todo regado con la cerveza que promociona el local):

-Nem vietnamita de salmón con tártara y rucula
-Bocata al vapor de cerdo-Pekín
-Tempura melosa de verduras
-Cortezas de patatas bravas con salsa de chile, jengibre y parmesano
-Steak tartar de vaca gallega ecológica

Pues raciones más bien escasas, y siendo lo más flojo las patatas (la salsa abundante pero sin sustancia, ni cuerpo, ni nada de 'brava'), lo mejor el steak siendo de todas formas muy escaso la verdad (y tampoco estaba muy picante deberían de preguntar el gusto).

Volveremos o no, por el momento ni frío ni calor.

Por primera vez nos acercamos al Canalla.

Pedimos el menú de mediodía (17 €), que también se sirve en festivos.
Platos:
-Ensalada de calabacín
-Atún en escabeche/Albóndigas de vaca con gnocchi de patata
-Tarta de manzana/Fruta del tiempo con helado de cereza

En mi opinión, un muy buen menú, destacando el atún. Excelente la tarta de manzana, que en realidad no era tal, más bien era una espuma de manzana con crema pastelera, de lo mejor que he probado últimamente.
Buen servicio.
A pesar de sólo haber 3 platos, te quedas bien, porque las raciones, en general, son abundantes.
El precio es sin vinos, ya que bebimos agua.

Pensado y hecho , nos presentamos en "Canalla" las chicas muy simpaticas , enrrolladas , a tope de gente muy "cool" y menos cool , es como un "Burger" fashion , design Barcelona , el espacio abarrotado de mesas , bancos , cajas de frutas de saldo de yecla , compradas a saldo , ruido para no aburrirse , con la firma de Ricard Camarena , los servicios machacados para el poco tiempo en servicio , el servicio de mesa silicona y papel , "cool".
Heineken se ha dejado una pasta de subveccion cosas de la fama.
Unas sugerencias y pedimos Mini hamburgesa de cerdo pekin , riquisima , que bien.
Donut de rabo , ni donut ni rabo , ufffff.
Nos recomendaron "corfas de patata" en tempura por que ya ni me acuerdo del titulazo ,seria lagrimas de patata para llorar ..................pero eso les dije si es menu de guerra o que , infumables , hay se quedaron y se cobraron.
Hamburguesa de ternera gallega la pedimos al punto y vino viva y fria pero comestible.
En los postre descontrol tarta de manzana que ni tarta y la mazana verde , verde , verde , cruda y dura
La torrija se convirtio en soufle de chocolate por arte de magia que ni fue cambiado y fue cobrado como Dios manda.
Para rematar ron cola OJO solo habana 7 ni 3 ni 5 ni blanco , 7 si quieres bien y sino tambien y pacharan Excheco (creo) baratito ni Baines ni Endrinas , del tiron correcto.
En fin para compartir cocina y filosofia con Ricard mal favor se hacen.
En definitiva pocas nuezes y mucha fashion.
Ahora lo intregistas a ponerme a caldo.
35 Euros pax bebiendo Beer Heineken sin subveccion y sin perdon , ni detalle.
Todo a compartir.

Tenía una comida pendiente con un amigo y me dijo te toca a tú. Le pregunte si había visitado varios restaurantes y me dijo que no conocía este local, así que blanco y en botella.

Llegue unos minutos antes que él, así que hice tiempo con un fino. Cuando el llego se pidió una caña.
Mientras ojeamos la carta, declinamos el menú pues el quería probar varias cositas.
La comida fue acompañada de agua y un valenciano que aún no había probado IMPROMPTU (20€) de bodegas HISPANO SUIZAS, el cual encontré perfecto para una comida algo larga.

En lo referido a la comida, nos zampamos:

- Pastisset de aguardiente, boniato y foiegras, creo que lo han mejorado desde que lo tome en octubre.
- Nem vietnamita de salmón tártara rúcola, creo que siempre que pienso en este restaurante, tengo en mente este plato.
- Bocata al vapor de cerdo-Pekín, me sorprendió, francamente bueno con un toque de ¿cilantro?
-Ensalada de tallarines de calamar y pepino, yogur y hierbabuena, pedimos que la sirvieran con la carne para oxigenar un poco este tremendo sufrimiento.
-Entrecote de Vaca Gallega ecológica (2 personas), para mi gusto con algún nervio. Pero muy buena.

-Espectacular melocotón Helado, cuando lo sacan a la mesa parece una pieza de fruta pelada, el adjetivo de su nombre es totalmente un acierto.

-Torrija caramelizada con helado de mantecao, rica muy rica.

Tomamos café y un licor de hierbas.

Pedimos que nos enseñaran la cocina y el restaurante. Tuvimos el placer de hablar con Ricard, y la verdad es que me pareció un hombre con los pies en el suelo.
Pagamos 107 €, el precio es alto, incluso no sería una RCP buena, a no ser que quieras probar toda la carta en una comida.

¿Cómo ir a Valencia y no visitar al considerado uno de los mejores cocineros de toda la comunidad? Y aunque tuvimos una equivocación al reservar (¡gggrrr!) y no pudimos ir en esta ocasión al restaurante gastronómico, sí que nos acercamos a su sitio más informal y "canalla" donde ofrece platos con una materia prima mucho más modesta pero con un resultado notable por lo general

Tuvimos algunos platos que fueron gratas sorpresas y que fueron mejor de lo esperado, y luego otros que se comportaron de manera mucho más corriente y 'adhoc' al concepto que Camarena ha querido crear: algo barato con un escalón más elevado en calidad que cualquier bareto de raciones normal

De todas formas sólo por probar ese Tataki de bonito y aquella Tempura melosa merece la pena la visita, da la impresión que Camarena ha querido meter aquí los platos que a el le gustan sin importar demasiado si es cocina mejicana, japonesa, nikkei... y esto a Olivia y a mi nos encanta!

El servicio es informal y joven aunque al final resultó estar mejor entrenado que lo que de primeras parecía, bastante majas las chicas que nos tocaron y cercanas sin pasarse

Aunque de todas formas de los mejor de la comida fue la charla con el propio Ricard Carmarena que suponemos que al ver que queríamos pedir toda la carta (jaja) se acercó a nuestra mesa y estuvimos comentando con él sobre del panorama gastronómico valenciano y español en general y al que le interrogamos duramente :) sobre cual seria en su opinión el mejor arroz de la ciudad... muy majo!

De nuevo, al igual que en El Riff que visitamos el día anterior, poquísima gente aunque este sitio fuera mucho más barato, unas 15 personas ese día para comer, y ya este segundo día en Valencia estábamos apreciando claramente cómo la crisis actual estaba afectando de forma dramática al panorama gastronómico de la ciudad

Local demasiado oscuro en nuestra opinión, a veces parecía que estabas en un "pub de moda" jeje, y sin demasiado espacio entre mesas

WEB: Moderna, con la carta y precios y con conexiones a los otros establecimientos de Ricard

Qué pedimos?

-- Pastinet de aguardiente, boniato y foiegras: INVITACIÓN
Tuvo Ricard el detallazo de invitarnos a esta pastinet glorioso, una tapa que seguramente podría formar parte de “gastronómico” más que del “canalla”

-- Bocata al vapor de cerdo peking: 3,80x2=7,60
Muy bueno, la carne sabrosa (con grasilla) y algo más escasa que algunas fotos y vídeos que circulan por ahí, con cebollita y ¿hierba luisa?. Aunque con un poco más de sabor para la salsa que llevaba hubiera estado perfecto

-- Tempura melosa de langostinos y espárragos verdes: 11
De lo mejor de la comida, una tempura con una especie de salsa picante y a la vez suave, muy buenos también los espárragos verdes

-- Rollitos fritos de cangrejo, cerdo y langostino con salsa katsobushi: 2,80x3=8,40
Otro plato que mantuvo el listón alto después de la tempura, bien fritos estos rollitos y con sabor a los ingredientes, con la típica hoja de lechuga para mojar en la salsa, aunque hemos probado mejores en Sudestada o Asiana (Madrid) por ejemplo

-- Taco mejicano de cochinita pibil: 9,50
Buen nivel pero no para superar al del PuntoMX (Madrid)

-- Cortezas de patatas bravas con salsa de chile, jengibre y parmesano: 7
Estaban buenas, siempre pedimos papas!, aunque echamos de menos algo más de potencia en el picante, no picaban nada!, y el parmesano solo de refilón

-- Tataki de bonito con cogollos encurtido y mayonesa de wasabi: 14
Lo mejor de la comida junto a la tempura, plato de 10, impresionante de sabor y frescor, me chifla el wasabi (mejor el natural claro), y esta mayonesa estaba muy conseguida y equilibrada

-- Kebap de paletilla de cordero lechazo y pan de pita: 8
No pensábamos que iba a ser como el típico kebap, es decir, con toda la montaña de lechugaza, salsa... así que fue un poco decepcionante, no estaba mal pero esperábamos algo mas fino, con menos lechuga y más lechazo! :)

-- Corvina a la plancha con romescu y judía perona: 14
Se les olvidó el romescu y cuando se lo recordamos nos dijeron que es que no quedaba!... hombre, sin el romescu ya el plato pierde todo su sentido y pasa a ser un pescado a la plancha, ahora eso sí, con la frescura de la corvina y su punto de cocinado ideal nos olvidamos un poco del romescu! :)

-- Curry rojo "thai" de cerdo ibérico: 13
buena carne, tierna y en su punto... pero un curry falto de sabor y nada nada picante ¿? el curry tiene que picar si no más que curry es carne en salsa! Además como decimos la salsa tenía un sabor bastante anodino que no decía (más bien sabía) a nada

-- Bebidas: Cañas pequeñas de barril (para que no se caliente, jeje) y botella de vino Antídoto 2011 (18): Claros frutos rojos y negros que tapan todo lo demás, en boca algo secante, en unos 6 meses estará de vicio

-- Postres: Caña supercrijiente de crema montada y fresas 6,50 y Texturas de chocolate 5.90
Estuvieron muy bien los postres, quizás para mi gusto mucho mejor la crema montada… por otro lado son caros para el precio de los demás platos de la carta, cada vez es mas difícil de disimular que el postre es una forma de ganar dinero fácil, cuando la gente empiece a dejar de pedir postre como empezó a pasar con el vino, se extrañarán

Precio Total: 139,55€

Conclusión: Salimos desabrochándonos los botones del pantalón, jaja, nos pasamos un poco pidiendo pero con todo y con eso salimos apenas a 46€ barba con mucha cerveza, botella de vino y postres, y esto es precisamente lo mejor que le vemos al local: poder pedir muchas cosas que en realidad son baratas (o no tan caras) y que tienen (sobre todo algunas de ellas) algo más de nivel sobre todo en tratamiento y puntos de cocinado que otros sitios equivalentes en precio. Además de poder probar platos de clara influencia asiática, mejicana… De todas formas, para disfrutar de Ricard Camarena al 100% lo mejor es visitar su restaurante con estrella michelín que está justo al otro lado de la calle

Nota 8,3

Podéis ver fotos de todo esto aquí (Flickr en construcción): http://www.flickr.com/photos/99877572@N07/sets/72157634968468625/with/9457871289/

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