Restaurante Hisop en Barcelona
Restaurante Hisop
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sábados mediodía y domingos. Del 13 al 25 de Agosto.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
71 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
8.3
Precio medio entorno ENTORNO
6.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
nap negre
alcachofas
Raya
Pichón
Salmonete
Picaña
Rabo de vaca en escabeche con niscalos y berberechos
Raya con trompetas de la muerte y yuzu
Calabaza confitada con jamon ibérico y boletus
Pulpo frito con "all i oli"
Helado de castañas con soja y trufa
Sopa de trompetillas amarillas con huevo y whisky
Lechazo con rebozuelos y lavanda
Tataki de pescado con colmenillas y trigueros
Caballa a la brasa con albahaca y tomate
Café y Petits Fours
Piña con helado de chocolate
Pintarroja en salsa de calabaza
Opiniones de Hisop
OPINIONES
58

Disfrutamos de lo lindo.
Empezamos un chipironcito con escabeche de yuzu y especies y ginebra. Muy rico.
Seguimos con un tartar de sardinas con una refrescante bolita de helado, excelente.
Mini bocata de atún en pan de broix al vapor. Me hubiera comido 3!
Carpaccio de gambas con menjar blac, trufa de verano y ceps. Brutal.
Salmonete ahumado con flor de calabacín frita. Un plato que emociona.
Cordero a baja temperatura con arena de romero. Exquisito.
Fuera de menú pedimos el pichón de fiesta mayor y el foie after eight. Valió la pena.
Selección de quesos estupenda.
Prepostre de sandía, pepino y estragón. Muy refrescante.
Postre de biscuit con especias, melocotón, café. Sorprendente combinación que te hace viajar de la índia a Alemania pasando por el mediterráneo y Jamaica.
Petits fours: trufas, olivas garrapiñadas y manzana impregnada en albahaca.
Decidimos ampliar con el postre de chocolate a la albahaca, fue el broche ideal a una gran cena.
La carta de vinos está trabajada pero profundiza muy poco en zonas importantes como Jerez o Alemania que ofrecen vinos muy gastronómicos. El abanico de vinos catalanes es interesante. Nos explicaron que por ser lunes tenían agotadas varias referencias, pero pese a todo pudimos disfrutar de LÓ de Lorigan y del Puntido y unas copas de amontillado Tradición que hicieron más agradable y harmoniosa la velada.
Muy recomendable.

Extraordinario restaurant en la ciudad de Barcelona, local de líneas puras y sencillez extrema convertida en elegancia.
A pesar de que sólo fue el menú del día (27 € + IVA bebida no incluida) me imagino lo que debe ser un ágape a la carta o el menú degustación............ Y es que hablando del menú "sencillo" tomé un par de aperitivos buenísimos, un entrante (burratta con pulpitos, cramble de albahaca y láminas de trufa blanca), un segundo (costillas de codero en su propio jugo de coccción) y una selección de quesos de la terra para postre. Como colofón y acompañando el café unos sabrosos petit fours. Todo ello en raciones estupendas, servidas por un personal amable y simpático. ¿Qué má se puede pedir ? Absolutamente recomendable

Cierta decepción, aún reconociendo las cualidades potenciales que el restaurante parece guardar. Servicio amable, con ganas de agradar, aq sin grandes alardes ni valores. Al menos nos invitan a una botella de Xarello tras tener que cambiar 4 ´0 5 vinos solicitados, recogidos en la carta, pero sin existencias.Local minimalista, blanco, pulcro, pero con mesas demasiado cercanas con la consiguiente indiscrección. Buena carta de vinos, que implica un mantenimiento y esfuerzo que el día que yo estuve, no encontré. El ritmo de salida de los platos es lento, alargando una comida que por su estructura, no tiene pq ser tan extensa en el tiempo. El menú degustación, económico, a mi particularmente no me gustó. Es subjetivo como todos sabemos, pero no encontré plenitud ni consistencia suficiente. Creatividad, contrastes, provocaciones que no me acabaron de convencer.Foie after eigth interesante, llamativo, distinto, pero con un foie nada convincente. Buen suquet de rape con romesco, la ensalda de mejillones de roca con tomate, caballa con rebozuelos, todos estos platos resultan cromáticos, provocadores y atractivos, pero en mi opinión no alcanzan un impacto y consistencia suficiente, provocando cierta insuficiencia y frustración. Es mi opinión particular y subjetiva claro, lo mejor visitarlo y opinar

Acudimos a Hisop bien asesorados por un amigo local y nos encontramos con un sitio absolutamente recomendable. La cocina de Oriol Ivern y su equipo (estrella Michelin desde 2011) nos ha parecido sensata, con una técnica impecable al servicio de un producto excelente.

Además de la carta, ofrecían un menú degustación a un precio de 50 euros y un menú corto que, a un precio de 27 euros, consistía en dos aperitivos, un primero, un segundo y un postre o una selección de quesos. Decidimos tomar este último.

El primer aperitivo fue ventresca de atún acompañada de fresones e hinojo. Buena combinación de sabores dulce y salado. Gran bocado.

El segundo aperitivo: navajas del Delta del Ebro con gel de agua de coco verde y alioli tailandés con jengibre y menta. Para repetir. De nuevo gran producto, con una elaboración sutil que lo realza.

En el primer plato, a elegir entre dos, coincidimos: sopa de espárragos con huevo poché, rebozuelos y emulsión de hierba luisa. Otro plato de altura. Sabrosa crema ligera de espárragos blancos, con tropezones de espárragos verdes al dente, rebozuelos y huevo poché. Ejecución perfecta. A destacar que el plato llegó a la mesa muy caliente.

El segundo plato de María fue la presa ibérica con berenjena ahumada, juliana de manzana verde y salsa de mostaza. Excepcional salsa ahumada que incluso superaba al producto principal, una exquisita y tierna presa ibérica.

El segundo plato de Angel: lenguado con hinojo a la plancha, caracoles de mar, jengibre e infusión de senderuelas. Exquisito. El caldo nítido y espectacular.

Ya en los postres compartimos primero la selección de quesos: Tou dels Til-lers, cabra de la Garrocha curado en ceniza, de Berga, leche de vaca de la Cerdanya curado en salmuera, e Idiazábal ahumado. A destacar el tercero de ellos, realmente sensacional.

A continuación nos sirvieron el mojito con infusión de poleo menta, espuma de gin fizz y hierbabuena. Refrescante prepostre.

El postre consistió en un bizcocho de zanahoria con frutos secos, pera rustida y fruta de la pasión. Estaba bueno pero nos pareció el plato más flojo del menú.

Con los cafés nos trajeron una sorprendente manzana con albahaca, trufas y financier de almendra.

Acompañamos nuestro almuerzo con un buen Gewüzrtraminer alsaciano Les

Total factura: 98,50 euros.
2 menús cortos: 54,00 euros.
1 agua: 2,70 euros.
2 A.K. Damm 8,00 euros.
1 Les Pucelles: 22,00 euros.
2 cafés: 4,50 euros.

http://www.lossitiosdesambuquita.com/2012/06/hisop.html

Mil y una veces habíamos oído hablar de Hisop, uno de los restaurantes emblemáticos de la cocina de aquí con aires vanguardistas. Celebrar nuestro primer aniversario como blogueros se presentaba como una formidable excusa para ir por fin a comprobar que lo que allí se cocina es tan bueno como decían algunos, o casi.
Nada más entrar su espacio minimal nos sorprendió por su austeridad extrema. Paredes limpias, luz justísima y unas pocas mesas en penumbra con un suave foco cenital iluminándolas. Teatralidad espartana para realzar el protagonismo de los platos que vendrán a continuación.

Casi sin haber comido a mediodía, llegábamos con mucho apetito. El menú degustación está bien articulado, de base tradicional y un definido carácter estacional, aunque todavía más invernal que otra cosa a pesar de la incipiente primavera. Guisantes, ceps, trufa, cerdo y caza predominan. Un precio ajustadísimo de 50 euros (para un Estrella en Barcelona) lo convierten en una opción muy apetecible. Pues bienvenida sea.

Primero una copa de cava para brindar por la ocasión. Después maridamos con Dido, un blanco con crianza del Montsant de bellísimos tonos cobrizos, gusto mineral y mucho cuerpo, que se revelará como un opción polivalente pues aguantará con mucha holgura envites como el del cochinillo y sorprenderá por su perfecto hermanamiento con los quesos.

Pero éstos vendrán más adelante. De momento empezamos con una Papada con guisantes. Servida en plato hondo, acompañada de espuma y jugo, fue una propuesta eficiente para ir abriendo boca. A continuación llegan unos fabulosos Sepions con lámina de chocolate sobre pasta de nabo, doble lección de suculencia y autenticidad.

Pasamos después a una Crema catalana con vieira y trufa negra, arriesgada combinación en la que hastiaba con rapidez su preponderante dulzura pero enamoraba por su intrincado juego de texturas.

Magistral sin embargo resultó su Arroz caldoso con alcachofas y trompetas de la muerte, otro alarde de técnica soberbia con cierto regusto a despedida estacional. Con el acabábamos los entrantes.

Y entonces viene un Rodaballo braseado con crema de pistacho que se confirma instantáneamente como el mejor plato del menú. Perfección técnica para un bocado sencillamente delicioso.

Se completan los segundos con un Cochinillo en salsa Perigordini y polvo de ceps presentado en toda su voluminosa verticalidad, a modo de lingote o monolito. Perfecta la carne y muy lograda la Perigordini, cuyo intenso sabor está bien matizado con el aroma de hongos. De nuevo otro plato que sabía a despedida del invierno.

Un mármol de quesos sirvió de pista de aterrizaje hacia los postres, en un guiño a la costumbre gala. Buenos quesos catalanes de vaca, oveja y cabra, más dos excelentes porciones de Francia, con un Epoisse y un Fourme d´Ambert.

Comienzan los postres con un Mojito de lichi, tajante planteamiento de refresco líquido con claros fines desengrasantes. Después, unos Rebozuelos con fruta de la pasión y crumble de café, propuesta interesante por bien calibrada entre sabores (ácidos, tostados, dulces) y entre texturas (suaves, crujientes, terrosas) aunque, una vez más, algo melancólica para las alturas del año en que estamos.

Acabamos con un tercer postre, esta vez de la carta. Acertada decisión el pedirlo, ya que el Soufflé de pistacho, helado de lima y sopa de rúcola fue, a nuestro parecer, el mejor de todos ellos. Incluso probablemente el mejor plato de la noche. Se cerraba con él una feliz y placentera celebración.

En resumidas cuentas, una propuesta sólida, de buen producto y técnica impecable en la elaboración. No dejan demasiado margen a la fantasía en la presentación, y quizá esperábamos ese punto estético transgresor que no llegó. Aun así convenció. Y, también hay que decirlo, la propuesta se ve fortalecida por un servicio encantador. Esperemos que tanto el aniversario como otra visita a Hisop se repitan. Y que vengan muchos más.

Siguiendo con mi ruta de "menús mediodia km 0" a partir del cruce Travessera - Sagués, llegamos hasta Pasaje Marimón. Curiosa este breve calle que siempre ha estado bien surtida de restaurantes. Me encanta Coure que con las remodelaciones que tienen previstas para este agosto dará a hablar .. y Hisop al que no iba de hacía años y del que he leído buenas críticas últimamente.

Fuimos directamente al menú de mediodía (25 €), que teniendo en cuenta que el lugar está premiado con una estrella Michelin, no parece caro. La comida ya puedo adelantar que era excelente en todos los sentidos, aunque de entrada pudiera llegar a pensarse que este menú sea una opción sencilla o simplificación.

Pero el tiempo que dura el servicio de este menú, en mi opinión es excesivo, pero tampoco es que lo critique, pues cada restaurante tienen derecho a la duración que crean oportuna ... de la misma manera que yo puedo decidir si vuelvo o no... :).

Conseguí salir del lugar 85 minutos después de haber entrado ... pero salí un poco forzando la situación y medio enfadado. Mi hijo que me acompañaba ya se marcho acabados los postres y sin café pues tenía que volver a su trabajo y yo me esperé al café, pero ya cuando me pretendían explicar cómo estaban hechos cada uno de los "petits fours" obsequio de la casa, ya les dije que "pasaba de fours" y pedí la cuenta.

Incluso me dolió que la persona que me atienden llegara a pensar que soy un mal educado (que seguro lo pensó). En realidad no soy un maleducado .. lo que pasa es que en ocasiones la sinceridad me pierde y sinceramente no me interesaba como estaban hechos, ni me los pensaba comer, ya que tenía prisa por pagar y marcharme.

Y asumo mi parte de culpa de no haber pensado que en un Michelin podía pasar esto y que tienen derecho a decidir ellos el 'tempo' y si son necesarias 2 horas, pues el cliente está allí dos horas, a pesar de tratarse de un menú de primer, segundo y postre (también obsequian de inicio con un par de aperitivos).

Me atrevo a sugerir una mejora: Tienen carta como en todas partes, pero los dos menús que ofrecen, deben pensar que queda 'guay' recitarlos al cliente ... Y ya imagináis menú a menú y plato a plato ... y los nombres largos al estilo de "ensalada de brotes con foie y naranja con una salsa de X con virutas de Y..".

Y lo digo por dos motivos ... el primero es que se ganaria mucho tiempo ya que la gente interactúa preguntando, pidiendo que les repitan los componentes y cuando han escuchado el segundo menú ya no se acuerdan del primero .... Y el segundo es que a muchos nos gusta más leerlo que escucharlo. También es un tostón escuchar la misma cantinella si eres de los que llegas a primera hora y te toca escuchar la repetición tantas veces como mesas tiene el local, que al ser pequeño no puedes evitar oirlo.

Salvo esta reflexión que hará que no vuelva a almorzar allí en días laborables (es lástima y lo siento por mi), la comida estaba excelente, el servicio amable y las fotos de los distintos platos las podeis ver en mi blog. Si disponeis de un par de horas y estais por la zona, es MUY recomendable y si vais a la carta o al menú superior, ja que os voy a contar....

Ricard Sampere
www.restaurantscat.cat

Enero, 22 horas de un Miércoles, mientras la gente se va a ver el partido de la copa del rey, yo me encuentro en el restaurante para deleitarme solo, pues existe otra mesa ya servida tomando copas.

Saco mi bloc de notas y mi camara de fotos. ya comienzan a mirarme. Entra el nervio.Me sacan la carta en catalan y les pido que me la cambien gentilmente.

Me ofrecen aperitivo y les digo que un palocortado, me traen un dulce, y lo cambio por un palocortado porfin, LUSTAU.

Dejan en mesa pan de oliva negre y de nueces con aceite picual y arbequina par mojar. todo bueno.

Solicito carta de vinos. Elijo clos Mogador 2006. Perfecto. me tomo 1/2 botella y el resto me la llevo para mi casa.

Aperitivos de la casa:
-Sopa de guisantes con berberechos y agua de moho. El vivalvo 10, la sopa 7.5
-Tallarin de sepia con albahaca y salsa de ostras con vinagreta de nuez. Muy novedoso y exquisito en sabores conjuntos.

Pido 1/2 raciones de la carta:
-Arroz de habitas baby y erizos con espuma de mar. Un 9. Deben suavizar un poco el sabor de erizo que se apodera enseguida
-Ravioli de vieras con cebollino y salsa de berros. Un 9
-Liebre , col bombon de trufa y salsa de chocolate y boniato. Especial plato. Un 7.5
-Cochinillo con ceps y trufa. Muy fuerte de sabor en el horno, que se nota. 7.5
-Cremoso de chocolate, helado de aceite y crema de pan. Que rico!. 10

Cafe y petits ok. De regalo una infusion de mojito y poleo menta con helado lima que rebaja todo y despierta por su frescor.

Volveré y aunque sea un resto pequeñito y con decorados antiguos, la cocina es lo que cuenta.

Fuimos el mes pasado un amigo y yo. teníamos grandes espectativas.

Mesas redondas con manteles que llegan al suelo, armarios rojos(muy trasteados).

Para ser un día entre semana tuvo su movimiento. Bien es cierto que es un local pequeñito.

El servicio no me gustó en general, si es cierto que la maître tuvo un gran acierto con la recomendación del vino.

Hoy en día el servicio como tal no se valora. Las botellas de agua y vino distante de nosotros, sólo podiamos beber cuando ellos podían atendernos por la faena.

Cuando nos servían eché de menos la mano a la espalda, no enseñaban la etiqueta con el llenado de las copas, y al retirar la botella no tentían cuidado con la última gota.

El pan estaba bueno, pero estaba al lado del aparador sin tapar, al aire libre para servir a todo el comedor. si queremos dar este tipo de servicio hay que tener cuidado (el pan tapado y no dejar de asistir al comensal, igual que con la bebida)

Almorzamos el menú de degustación. Correcto, pero a la vez decepción. No se si es porque todabía no le habían otorgado la estrella.

Consomé de americana con gamba de Palamós, agradable.

Huevo frito deconstruido,.....con setas....pero....le falta intensidad.

San Pedro a la plancha, correcto en su putno.

en general nada que me terminara de llamar la atención.

El servicio fue un poco lento.

Me pusieron los quesos de postre......un bandejita larga y estrecha ..... en fin, no se si es porque no tuvieron el día, o por mí, que tenía las espectativas demasiado altas, pero creo que cuando ya se cobra un precio se debe sorprender.

Por cierto, es curioso que en un restaurante que anuncia que se permite fumar, no te dejen fumar puros.....ejem.

Local con una decoración un tanto fría, paredes blancas, muebles rojos, en la mitad del local techos altos y en la otra un techo más bajo de ladrillo. Pocas mesas, unas diez, de las que sólo estaban dos ocupadas, aparte de la nuestra. Carta sugerente, no muy extensa, menú degustación y menú "àpat" del mediodía disponible también por la noche. La comida espectacular. Sobre una base de producto de temporada y recetario tradicional Oriol elabora auténticas maravillas. Como tapas nos trajeron un mejillón de roca con puré de coliflor y una ventresca de atún con berenjena ahumada que dejaba un largo e intenso sabor a brasa. De entrante comimos dos ensaladas de caballa con romesco y un pulpo con calçotada para compartir; de segundo carrillera de ternera con puré de nabos, esparragos y fruta de la pasión y de postre un brownie con fresas y crema catalana y unas fresas con gel de manzanilla. Para beber tomamos agua y una botella de Aalto 06, servido en copas Spiegelau. Servicio rápido y muy atento, realmente agradable. Un local para recomendar y volver.

El pasado viernes fuimos mi mujer y yo a cenar al Hisop. A las nueve de la noche llamamos para ver si había mesa para la misma noche, y nos dijeron que sí tenían mesa para dos.

Llegamos a las nueve media y la primera sorpresa fue encontrarnos con un grupo de más de veinte personas jóvenes celebrando la cena de Navidad de la empresa, cuya mesa ocupaba casi todo el restaurante. Además de la mesa grande había tres mesas de dos personas y una de tres. En ningún momento al hacer la reserva se nos advirtió de la presencia de este grupo numeroso. El grupo, como era de esperar, era bastante ruidoso, lo que unido al reducido tamaño del restaurante dificultaba el poder mantener una conversación en tono normal entre mi mujer y yo.

La cena estuvo correcta pero por debajo de las expectativas. Tomamos el menú degustación, acompañado de un borgoña. La carta de vinos tan sólo tiene tres referencias de vino tinto en formato 3/8, por lo que pese a que mi mujer está embarazada y no bebe vino tuvimos que pedir una botella grande (este no es un problema exclusivo del Hisop).

Los platos principales del menú nos los sirvieron fríos. El pescado (merluza, con un punto de cocción perfecto) estaba "del tiempo". El interior de la carne (chuletón) estaba fría "de nevera".

Los entrantes fueron bastante anodinos, y el pre-postre y postre correctos pero nada de otro mundo.

Entre plato y plato tuvimos que esperar mucho más de lo normal, hasta quince minutos entre pesacado y carne. El servicio del vino y agua fue lamentable, quedádonos en varias ocasiones sin bebida en las copas. Las botellas no están en la mesa debido a las pequeñas dimensiones de la misma, por lo que tuvimos que esperar a que los camareros se acercaran para pedir que nos sirvieran más. Con el pan, lo mismo: nos quedamos sin en dos ocasiones.

En definitiva: la cocina estuvo correcta, aunque esperábamos mucho más teniendo en cuenta el precio pagado, pero el servicio estuvo absolutamente mal.

Entiendo que el hecho de tener un grupo grande en un restaurante pequeño desbarajusta los ritmos tanto en cocina com en sala, repercutiendo por tanto en la calidad de servicio al cliente. Pero entonces hubiera esperado que nos adviertieran al hacer la reserva el mismo día, y no tener que darnos cuenta al llegar al restaurante.

Personalmente, nosotros tardaremos mucho en volver a este restaurante.

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