Siempre es un grato reencuentro volver a La Cepa Vieja, un restaurante al que siempre que voy me pregunto por qué he tardado en volver. La respuesta tal vez sea que dada la oferta de la ciudad, siempre buscas cosas nuevas, aunque cuando te acuerdas de los viejos conocidos es un placer volver a ellos.
El pasado martes, con un calor insoportable y una noche tanto en la que apetecí salir un rato, decidimos visitar el restaurante que regentan Raúl y Cecilia.
Escogimos el menú de noche de 23€ que completamos con una tabla de quesos. Cocina de mercado, sencilla pero sabrosa, donde se percibe el placer de cocinar y agradar en todo momento al comensal. El punto de que tengan huerta propia es más que positivo, pues no sólo es algo que queda bien decir, si no que se percibe en la calidad del producto.
Empezamos una tomate con bacalao desmigado y salazones muy bueno. Un buen plato que además refrescó la tórrido noche. El tomate de buena calidad y el equilibrio con los los pescados perfecto. Continuamos con unas judías verdes ecólogicas con jamón, un verdadero espectáculo de plato. ¿Puede haber algo más simple? ¿Puede haber algo más rico cuando está bien hecho?
El pescado que nos propusieron para este menú era un pajel con una salsa muy fina, un bocado rico, con una textura y sabor delicados. La carne fue una pluma de Salamanca que estaba perfecta de punto y sabor. Una carne muy rica de la que dimos buena cuenta.
Tomamos los quesos como postre, aunque luego Raúl nos insistió en que probáramos la tarta de queso casera que hace y no nos pudimos negar. La selección de quesos es magnífica, no apta para los que no toleran los quesos curados y fuertes, porque la apuesta aquí es fuerte y los quesos que nos proponen en La Cepa Vieja son de primera división, a destacar el maxorata al pimentón y el Extramuro curado de Los Corrales.
La selección de vinos de La Cepa Vieja es digna de mención. En su bodega se esconden verdaderos tesoros, con una especial predilección por los vinos franceses y alemanes. Además, la selección de vinos por copas es interesantísima, por lo que nos dejamos aconsejar en todo momento. Tomamos una copa de Sancerre Les Montachins, un Cheverny y un Galinot.
Esperamos no tardar tanto en volver y seguir disfrutando de los vinos y la comida de La Cepa Vieja.
Por no redundar, el comentario completo -desarrollado e ilustrado con fotografías- se puede encontrar en la sección de blogs de Verema o acceder directamente a él pinchando este link:
https://www.verema.com/blog/blog-m/1104593-restaurante-cepa-vieja-genetica-inquietud
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Hablar de La Cepa Vieja es hablar de productos frescos de temporada. Si lo que buscas son hortalizas de calidad, en Valencia no hay lugar mejor ya que su cosecha propia el simple y llanamente excepcional.
Previa reserva acudimos Mara y un servidor a que nos dieran de cenar como solo ellos saben. Ahí estaban como siempre Raúl y Cecilia para elaborarnos esos sabrosos platos regados con esa magnifica y poco corriente carta de vinos. Y digo que no es corriente porque las referencias no son corrientes, por término general quiero decir. La carta es amplia, curiosa y bien definida. Las copas de calidad y el servicio del vino es como siempre, muy bueno.
En el local se respira calidez y desde que te sientas ya sabes que vas a disfrutar al ponerte en manos de esos grandes profesionales. Son dos, pero la agilidad del servicio hace que parezcan más. El tiempo de respuesta entre plato y plato es el idóneo. El servicio al cliente rebosa calidad.
Mientras cambiábamos impresiones y nos dábamos novedades refrescándonos con 2 Perucchi nos comentan los platos de la noche.
Entrando en materia:
- Ensalada de espárragos trigueros con crujiente de bacon
Buena conexión de ingredientes fresquisimos con esos trigueros de su huerto como estrella del plato.
- Tosta de pan de pueblo con pate verde, salmón ahumado casero y queso de la isla del hierro ahumado
Ese sabor dulce del pate con el frescor del salmon y la textura del queso hace que se convierta en un bocado maravilloso.
- Timbal de puré de patata a la menta con habitas baby de su huerto, jamón ibérico y huevo poche con sal de boletus
Otro plato "made in Cepa". Todos los ingredientes bien complementados hacen que el sabor se acentúe.
- Pluma ibérica de Salamanca.(La compran directamente en un matadero familiar de salamanca)
Una excelente pieza para finalizar. Se nota que la materia prima es de primer nivel y bien trabajada hace las delicias del comensal.
Los panes que utilizaron son de tres tipos: Blanco fresado, con nueces y 6 cereales. Abusando de la confianza repetimos ;-)
El aceite es de la canal de Navarres y se aromatiza con romero (variedades blanqueta y manzanilla). Excelente.
Tomamos dos prepostres de quesos que incluían los siguientes: Brie afinado con vino blanco Francés, Queso negro de Noruega concretamente de Flam, Comte de 4 años de maduración que trae un chico directamente de un pueblecito a 40 km de Suiza y el Majorero curado al pimentón de Fuerteventura.
De postre tarta de chocolate fondant casera
Bebercio:
Vino blanco: Els Bassots 2006
Blanco intenso e interesante, no apto para todos los publicos. Un vino diferente, lleno de fuerza y que necesita calma.
Vino tinto: Sexto Elemento 2006
Tinto fresco pero potente, agradable y lleno de fruta. Un gran vino natural del cual acabo de observar que no existe ficha de cata en Verema (al menos yo no la he visto). Muy recomendable.
Como siempre el trato maravilloso y una bonita experiencia. Visitar esta casa es visitar tu casa.
* Precio con vino
Decidí dar una sorpresa a la persona con la que llevo ya mas de 6 años compartiendo mi vida, y no se me ocurrió mejor forma que celebrar la cena de San Valentín en La Cepa Vieja. Nunca había estado aquí antes, pero cada vez que leía u oía a alguien hablar sobre este restaurante, me parecía una historia increíble para el paladar. Como si me hubieran implantado una semilla, cuando me hice la pregunta ¿dónde vamos a cenar en San Valentín? sólo tenía una respuesta clara: La Cepa Vieja.
La historia prometía ser un placer para todos los sentidos. Porque además Raúl y Cecilia habían preparado el local para la ocasión, ambientado con luces regulables a baja intensidad, velas, música romántica, flores y un menú muy cuidado.
La verdad que en el local no cabía ni un alfiler, la propuesta del "menú afrodisíaco" les había salido muy bien. Mientras esperábamos a empezar con la melodía, teneíamos en la mesa un surtido de panes y varios aceites aromatizados.
Ah, por supuesto, pedimos el menú maridado, teníamos muchas ganar de ver con qué nos sorprenderían.
Empezamos con un cockel "Reencarnación de Afrodita". En una copa, encontrabas el Cava Solid de Agustí Torelló con berberechos, trocitos de manzana, pan tostado, especias y limón. El aroma a cava era indudable y perfectamente fusionado con los bocaditos de mar. Original y gran inicio.
Del mar pasamos a descubrir la huerta y el monte.
Ensalada "Energic" con queso Canario ahumado, apio, jalea real, y semillas de mostaza. Muy colorida, rica y que auguraba una excelente noche.
Maridaje: Jean Baptiste Adam, Alsacia, variedad Sylvaner.
Croquetas "Picantes" de espinacas con jamón ibérico, ajitos tiernos y especias de la India. Estaban buenísimas, cantidad generosa y una combinación de sabores excelente.
Maridaje: Le acompañó perfectamente un vino de Bodegas Atalaya, Laya 2010, DO Almansa, variedades Garnacha tintorera y Monstrell.
"Bobotie" al curry con aroma de Africa. Nos transportó al continente africano por unos instantes, la carne estaba al punto perfecto, ¡quiero volver a comerlo!
Maridaje: Estábamos en Valencia, no podía faltar un vino valenciano, tinto Pasión de Bobal de Bodegas Sierra Norte.
Pluma ibérica de Guijuelo al romero con patatas panadera. Muy jugoso y daba fé a las palabras que nos dijeron en la presentación del plato: "quizás la parte más jugosa del cerdo ibérico". Las patatas y el toque de romero fueron buenos acompañantes en cada bocado.
Maridaje: Calzadilla Syrah, Vino de Pago Calzadilla.
¡Y el postre! No se podía cerrar esa cena tan especial sin un dulce y "amoroso" postre. Corazones de tarta de zanahoria con especias de Cupido y chocolate caliente a la pimienta rosa. Broche de oro final. Dulce pero sin empalagar, muy bien presentado pero sin parecer recargado. A mi me encantó y a mi novia que es fan del chocolate caliente, pues os podéis hacer una idea...
Tengo claro que si vuelvo a ir a este restaurante a cenar, me pido el menú maridado, para disfrutar con todos los sentidos.
Nos trataron con mucho cariño en un dia que estaban hasta arriba, el servicio del vino sobresaliente, tanto en las copas, explicaciones, cantidad de vino (hay que poder volver a casa conduciendo), como con la selección. Mi experiencia en ese sentido fue extraordinaria y así lo valoro en Verema.
Quiero termina pidiendo disculpas a la comunidad y a Raúl por no haber compartido esta experiencia antes con vosotros. La verdad que la tenía al 90% redactada, guardaba entre borradores de otras cosas... y no había podido sacar el momento hasta ahora de terminarla, terminar las líneas que me faltaban y pulsar el botón de las historias... el de enviar comentario.
Nuestra impresión.
Cena para 4.
Pedimos 4 cervezas de aperitivo.Nos comentan que hay un menú fijo,lo sabíamos de antemano,reserve la mesa desde aquí. Nos preguntan si queríamos maridaje o pedíamos vino,preferimos el maridaje,de hecho elegimos este restaurante por eso.
Empezamos con una melva con pimientos muy rico,la verdad.
Continuamos con unas croquetas de pulpo y setas,coincimos todos en que estaban muy suaves,apenas apreciábamos los sabores,pero correctas.
Después unas berenjenas rellenas,bueno...
Y como plato "fuerte",pluma ibérica al romero con patatas pobre,yo diría que pobre era todo el plato.
De postre pedimos una cuajada con mermelada,tarta de chocolate y un arnadí,estaban buenos,la verdad.
2 cafes,2 chupitos de orujo y 2 gintonics,uno de seagrams y un ten de tanqueray.
170 eurazos. Nos quedamos un poco parados los 4,miramos la nota y 50 euros en copas de vino,que la verdad no fueron nada generosas.
Muy bien el servicio,buena materia prima,la elaboración correcta,pero no, por ese precio hay muchos mejores sitios para cenar.
Por retrasos ferroviarios acudimos a La Cepa Vieja pasadas las 23 h.
Un rato antes de acercarme a la estación del Ave para recibir a Mara decidí pasar a saludar a Raúl y a Cecilia y así de paso ponerles en antecedentes sobre la incidencia. En ningún momento torcieron el gesto ante esta demora que a ellos les supondría un retraso importante en el cierre de su jornada laboral.
Tuve la oportunidad de charlar con ambos mientras tomaba un interesante vino DO Ribera de Duero llamado Loculto Roble (Bodegas Piedras de San Pedro), vino que más tarde repetiríamos ya que tenia curiosidad por que lo probara Mara. Un vino atractivo con una gran RCP.
Así sucedieron los hechos:
Ambos copa en mano nos ponemos a disposición de Raúl, el cual demostró su habitual polivalencia y maestría, en los fogones y en sus visitas fugaces por la sala, jurisdicción habitual de Cecilia donde ejerce su labor con suma profesionalidad y diligencia.
El menú degustado esa velada constaba de los siguientes platos:
- Ensalada de naranja y fresas con surtido de quesos artesanos:
Si bien la noche era fresca apetecía empezar con un plato igual de fresco porque la conjunción maravillosa de hortalizas y frutas con los quesos le aportaba un volumen que le otorgaba presencia.
- Revuelto de ajitos tiernos con setas y espárragos silvestres en tempura:
Perfecta y delicada tempura de los ingredientes para un plato sencillo pero excepcional. A destacar la frescura de los espárragos.
- Lomo de bacalao con espuma de miel:
Una pieza con una óptima cocción. La deliciosa espuma ensamblaba perfectamente con ese tierno bocado.
- Pluma ibérica al romero con patatas panadera y ajitos tiernos:
Una jugosa pieza que se deshacía cual mantequilla, con ese sabor a monte que le otorga el romero. El castellano acompañante de patatas panadera y ajitos, encajaba a la perfección.
- Prepostre: Surtido de quesos Comte curado, de una pequeña queseria junto a Suiza. Palmero de la Isla de la Palma. Maxorata curado al pimentón de Fuenteventura. Pecorino extra curado de Pienza en Toscana.
Desde el más tierno al más potente, un despliegue de sabores, olores y texturas
- Postres Fondant de chocolate.
Ricos, cremosos, amplios…
- Cafe solo y cortado.
Vino:
Teníamos ganas de probar un vino del cual ya habíamos oído hablar y por el que nos decidimos sin precisar mucho convencimiento: La Zorra, un vino de la Zona Sierra de Francia (Salamanca) elaborado partiendo de cepas de más de 60 años, de las variedades Rufete (en su mayoría) y algo de Tempranillo. Curioso, recio y castellano como su origen, con esa dulzura que la Rufete imprime a sus retoños.
Acompañamos las tentaciones de chocolate con un Par Condado de Huelva (vino de naranja) y un Boca Negra Monastrell de Villena, respectivamaente.
El aperitivo fue emparejado con el Loculto Roble D.O. Ribera del Duero.
Y para terminar, yo me decanté por un gin-tonic de Xoriguer con Fever y Mara por una copa de cremant de Alsace Chardonnay bodegas Adam, sugerido por Raúl en respuesta a su petición de espumoso para acompañar mi destilado. Me pide que escriba que le causó una muy agradable impresión.
Una propuesta sabrosa, equilibrada y felizmente ejecutada, en la que brillaron el contraste y la armonía, sobre la base de una excelente materia prima.
Gracias Cecilia y Raúl por vuestra amabilidad.
* Precio con vino
Bueno, como parte de los que disfrutó del festín y sin extenderme tanto como Dani diré que efectivamente el menú fue excelente. El planteamiento de Raul, centrado en usar una magnífica materia prima y darle el máximo protagonismo... cada vez me atrae más. Yo como Dani hubiera agradecido algo más de intensidad de vinagre en el escabeche, pero evidentemente con ello habría sido más probable que a algún comensal no le gustara. Por lo demás el planto de la noche, sin lugar a dudas el strudel de morcilla y manzana con crocanti de almendra y miel de romero.... una sinfonía de aromas y sabor con magnífica armonía. Muy bueno y variado el maridaje del vino y un servicio atento y eficiente pese a que además de nuestra multitudinaria mesa el restaurante estuvo lleno.... El PVP incluye vinos.
Hacía mucho tiempo, demasiado tiempo que no visitaba a Raúl en su Cepa Vieja. Tenía la asignatura pendiente desde hacía tiempo y no dejé pasar la oportunidad de visitarlo el viernes del 11º Encuentro Verema. Pacté con Raúl un menú maridado para 20 personas, con un precio cerrado de 40€. Menú consistente y bien elaborado que nos maridaron a la perfección.
Lomos de caballa fresca del día en escabeche. Un escabeche ligero (yo le hubiera dado algo más de vinagre, pero al resto de la mesa le encantó) y un buen lomo de caballa muy fresca y perfectamente desespinada. Para beber, Riesling Gran Cru Kaefferkopf 2008, riesling alsaciano que pudo con el escabeche y respeto el delicado sabor de la caballa.
Revuelto de ajitos tiernos con atun y langostinos en su jugo. Plato muy rico, sobre todo para los amantes de los revueltos de marisco, que tomamos con un Alma de Tobia 2009 Rosado fermentado en barrica, de nuevo buena elección por parte Raúl.
Strudel de morcilla y manzana con crocanti de almendra y miel de romero. Uno de los platos más innovadores del menú, sin excesos de dulces ni salados. Buen contraste. Para este plato se escogió Loculto 2006, un tempranillo crianza de la Ribera del Duero de bodegas Piedras de San Pedro. Bastante ligerito, fresco y equilibrado. El maridaje más sencillo de todos pero bien resuelto.
Pluma ibérica al romero con pastel de patata y setas, donde brilló la calidad del producto, ausente de cualquier floritura. Buen plato y buen vino el Baton 2008 Alto Douro (viñas patrimonio de la humanidad) el vino que más me gustó de la cena junto con el Riesling.
Tabla de quesos: Los Corrales (Almedíjar), Palmero (Isla de la Palma), Maxorata curado al pimenton (Isla de Fuenteventura) y Comte viejo (Francia lindando con Suiza). Para esta tabla de quesos tomamos un vino que trajeron los amigos de Madrid, Platinum Selección 2010, un vino que hubo que probar antes de los quesos (para que no nos la dieron con queso), que gustó tanto antes, durante como después de los quesos.
De postre fondant de chocolate y tarta de zanahoria cubierta de chocolate y pimienta rosa. Los dos postres muy ricos, aunque yo que soy de dulces más ligeros y poco chocolateros, me quedo con la tarta de zanahoria que estaba finísima. Con los postres y el final de los quesos tomamos otra de las botellas que trajeron Juanma y Ramón: Palo Cortado Marqués de Rodil, de Emilio Hidalgo.
Agradecer a Raúl y todo el equipo de La Cepa Vieja el buen trato que nos dispensaron en todo momento, a pesar de un error de cálculo mío que supieron subsanar siempre con una sonrisa en la cara.
Cena el sábado noche, local prácticamente lleno, no tomamos el menú que habían previsto para la festividad del amor. El menú de la cena fue similar al de San Valentín, pero sin el primer plato y el postre.
El menú fue:
Ensalada "Energic" con queso Canario ahumado, apio, jalea real, y semillas de mostaza.
Croquetas "Picantes" de espinacas con jamón ibérico, ajitos tiernos y especias de la India.
"Bobotie" al curry con aroma de África.
Pluma ibérica de Guijuelo al romero con patatas panadera
De postre tomamos tarta de la abuela (acompañados con 2 copas de Par)
2 cafés (1 bombón y 1 cortado
La cena la maridaron de manera muy buena (como siempre)
Un placer volver a la casa de Raúl, que siempre sale a saludar y comentar el porque del menú, gracias otra vez más
El precio es con todo incluido
Cena para dos personas, luz acogedora, ambiente agradable y tranquilo que invita a disfrutar del vino y cerrar el día en buena compañía.
Menú de noche, ensalada con brotes, naranja... y un salmón delicioso, alcachofas rellenas de foie y sal de jamón (personalmente no me gustan las alcachofas, pero me las comí disfrutándolas. Son de más agrado de mi mujer que insistió en que estaban deliciosas. No había probado la sal de jamón y llamó la atención muy positivamente), pastel de setas...(no recuerdo el resto de los ingredientes pero correcto) y por último pluma ibérica con patatas panadera (muy buena).
Cena en la que optamos por el maridaje (que sin duda repetiremos si volvemos). Dos blancos, Fuenteseca (2€) y un riesling (3,30€, cuyo nombre no recuerdo, menos mal que me llevé el tapón) y dos tintos, Absum (3€-somontano-) y Prima (2,80€). Me gustaron especialmente el riesling y el Absum. Explicación de los vinos y aclaración muy amable y aleccionadora de cada uno de ellos.
No quisimos postre. Café e infusión. Nespresso.
Destacar el cambio de platos y cubiertos, la profesionalidad y simpatía del servicio y las ganas de crear un ambiente agradable. Confirmamos pues lo descubierto en nuestra primera visita hace ya algunos meses.
El precio incluye un descuento en el menú del 20%.
Sin duda volveremos.