Estuvimos a mediodía y tomamos el menú, 15 euros, y para beber una botella de Aresan Airen por 12 euros. La carta es muy elemental. A destacar, como indica Gasteiz, sus ideas, imaginación e ilusión.La carta de vinos está organizada por tipos, además de poder contar con un buen asesoramiento del propietario.Una muy buena opción para un menú de mediodía, como lugar de cenas no lo conozco.Tan solo un handicap:su ubicación en la ciudad. Como ya se ha indicado se debería mejorar la comodidad, ya que los asientos pegados a la pared son cortos y muy incómodos.
Muy buena RCP.

Nos pasó como a eixample, leidos los comentarios reservamos para probarlo.
Poco mas que añadir a todo lo dicho con criterio, es muy buen sitio para cenar.
Nuestra agradable sorpresa fué poder tomar una copa de vino adecuada con cada plato. Aconsejados por Raul, con una atención rayando la perfección, nos sacó de aperitivo un variado de jamón de bellota y de recebo con una manzanilla. Para los entrantes unos chopitos rellenos de morcilla y unas riquísimas croquetas de bacalao con salsa de espinacas acompañado todo por un Santa Digna Sauvignon Blanc 2005. De plato fuerte un magret de pato y por supuesto la copa de tinto manchego (no recuerdo cual... no se si es el alzheimer o lo novato que soy). De postre tatín de manzana con copita de Estrella10 y goloso de chocolate con Pedro Ximenez ’71. Al goloso de chocolate ya lo hemos bautizado como... cada cucharada un bombón. Como colofón un carajillo de Pampero y un chupito de vodka rojo. Todo para dos personas y por menos de 85€.
Mucho gusto para la decoración, y un placer que Raul mientras te sirve te explique cada plato y cada vino, sobre todo para un neófito como yo.
Buena RCP. Repetiremos.

Lo peor con diferencia los butacones que hay pegados a la pared,son cortos y muy incómodos.
Cocina de tapeo de calidad.Muy buenas las albondigas de bacalao,también la morcilla. Pedimos todos los platos para compartir y da para ello.Buenos postres.
La única pega es que fueron muy lentos,pero la cena resulto agradable.
Aceptable R.C.P

Después de haber leído comentarios, nos animamos y fuimos hacia allá, con reserva, claro, que el local no da para ir y presentarse de repente.
El vino, un petit verdot de Mendoza, difícil de encontrar en un restaurante, y servido como en pocos sitios (envinado y copa adecuada). Un fallo, llegó a mezclar en una copa la primera y la segunda botella.
Los platos bien servidos, atractivos a la vista y con peculiaridades, como la ensalada, con mezcla de tres hojas y distintos aliños.
La carta de platos un poco corta (bastante) aunque buena, pero pobre en los postres.
Y para terminar un Pedro Ximenez del ’71. RCP buena, 142€ entre cuatro personas.
El servicio muy atento, simpático y, sin inmiscuirse demasiado, fue bastante cercano.
Para repetir

Otra agradable sorpresa. Nuevo local con ideas, imaginación e ilusión.
Agradable, didáctica y aceptable carta de vinos, me gusto Finca Antigua (shiraz). Comida sin sorpresas, perdón, una original croqueta de bacalao. La cocina puede y debe mejorar.
Ambiente discreto aunque agradable.Pasé un buen rato. Se puede repetir y seguir al local y su propietario.
Es la segunda o tercera vez que veo aires nuevos. Quizás con ellos en Valencia se pueda llegar a ver buenos restaurants

Se están haciendo bien las cosas en Valencia, sobre todo en esta nueva hornada de jóvenes restauradores que trabajan en torno a premisas como cuidado del vino, creatividad en cocina y recuperación de platos y productos tradicionales.
Raúl es un claro exponente.
La carta de vinos, estructurada por tipos de uvas, es completa, curiosa y acertada.
Está empezando -solo lleva unos meses- y ya lo hace muy bien.
Repetiré.

Restaurante basado en su entrega al vino. Comida con buena materia prima y muy buen servicio tanto en comida como en vinos. Excelentes las croquetas de bacalao y las croquetas de higado (estos platos tan solo se parecen en el nombre). Muy buena y original carta de vinos. Ilusion y muchas ganas de agradar por parte del dueño. Buena RCP. Sin duda recomendable. Tan solo un handicap .....Su situacion. Sin duda recomendable

Interesante nuevo restaurante de reducidas dimensiones con decoración moderna y agradable. Raul Calatayud está muy interesado por el mundo del vino y ello se muestra en su cava climatizada. Estuve en una cena donde ibamos a un menú fijo por lo que no puedo hablar de la carta o la oferta de vinos. El menú fue una ensalada de carrillera con frutos del bosque y crujiente de centeno, croquetas caseras de bacalao, fuente de ibéricos de bellota (Jamón, Lomo, Chorizo y Salchichón), confit de pato con verduritas y churros de patata al ajo aceite y un surtido de postres (Goloso de chocolate, Arnadí y naranja preparada). Todo por 25 euros (vinos aparte), lo que me pareció una relación calidad-precio muy acertada. Quizás la única pega es la ubicación del restaurante en la confluencia de grandes avenidas y alejado de los centros de ocio, lo que le resta demanda potencial. Aún así, es un lugar que invita a volver.

Bueno ... bueenoooo.!!! menudo sitio para comer bien. Tal y como ocurre en estos sitios de carta escasa me deje aconsejar y me fue francamente bien. Altamente recomendable las croquetas caseras con una pincelada de crema-salsa a base de espinacas.
Las carnes -solomillo- justo en su punto, quizás, algo justa en ración. Carta de vinos adecuada al entorno y nada que objetar sobre lo que ya se ha dicho de la bodega. Tomamos un Pago de los Balagueses, merlot 2005 (18€)
Buena música y justo al punto decibelico, lo cual, se agradece dado los tiempos que corren ...

En definitiva: No suelo felicitar al maestro de calderos pero en esta ocasión se lo merecía. Prometo volver.

Una auténtica sorpresa. Desde el momento de traspasar el umbral de un estableciemiento que no llega a 90 m2 (alivio para los fumadores, pueden solazarse con su veneno cotidiano), a su cave, muy original y su carta de vinos, ordenados logicamente por tipos de uva, criterio mas logico y/o razonable que el tiempo de permanencia en una barrica!!.

La carta es muy elemental, pero encierra virguerías como sus croquetas - autenticamente caseras, receta familiar, el magret, las ensaladas, etc.

Todo aliñado con el cariño del uni-maitre del local, que se las apaña para realizar las comandas, explicar virtudes de sus catas, servir las mesas e incluso cobrar, al final.

Dos personas, con vino gewurtztraminer de Viñas del Vero, por 80 euros. RCP altamente recomendable en una localidad, por otra parte, nada económica como es Valencia.