Como otras tantas veces no podía pasar un verano sin disfrutar de la agradable terraza de L’Escaleta. Dentro de carta, este restaurante nos propone bien comer por platos o 2 menús, uno de temporada (50€+IVA) y otro el Gran Menú (95€+IVA). Esta vez al ir tres personas ( mi mujer, mi cuñada y yo) y ser cena nos decantamos por el menú de temporada, como novedad existe la posibilidad de acompañar cada plato con un vino seleccionado por Alberto Redrado- Sumiller de L’Escaleta. (28€+IVA)
Antes de empezar el menú nos agasajaron con 3 golosinas saladas donde cabe destacar el corte helado de bacalao y ajo. Bocado magnifico por la mezcla de texturas, el crujiente de la piel del bacalao y la cremosidad del helado, el salado del bacalao y el dulce del helado. Una vez empezando con el menú, este está compuesto por 3 entrantes, un pescado, una carne y postre. Antes de empezar el menú, Andrés (–Jefe de Sala-, con la profesionalidad de su experiencia, ya que forma parte del equipo de L’Escaleta desde sus orígenes cuando estaban en el interior de Cocentaina), nos explica la composición del menú y nos permite cambiar algún plato.
Con los primeros platos, viene Alberto y nos vas explicando el porque ha seleccionado ese vino para ese plato, la bodega, la zona, la añada y la copa. Esto es un magnifico servicio del vino. Cada vez que voy me sorprende con unos vinos maravillosos. Maravillosa fue la armonía de la “Botifarra de calamar, infusión de Coco y Jengibre” acompañado con un Joh. Jos. Prüm Wehlener Sonnernuhr Auslese 1994. También me sorprendió las texturas y los excelente puntos de cocción del “ Merlucita a la brasa de aceitunas con sopa de Pan” y la “Presa de Ibérico con nabo asado y cenizas de cebolla” ( la mejor presa que me he tomado en mi vida) acompañado con L’Ecu Expression de Granite 2002 y Clos Mogador 2000, respectivamente. Finalizamos con un postre de Rosegons de Azafrán acompañado de un Heymann Löwenstein W Röttgen Auslese 2001. Cabe destacar el detalle de un restaurante como este, ya que Andrés explicándonos el menú nos comentó que el postre era chocolate con cacahuetes, el decirles que el postre no era el que nos habían informado inicialmente, nos sacaron este como segundo postre acompañando con un Taylor’s Old Tawny 40 YO, ¡¡ Impresionante!!.
En cuanto a la comida te das cuenta que se cuida muchísimo la materia prima, la presentación, los puntos de cocción, las nuevas tendencias sin olvidar las raíces del origen de esta gran familia que es la Redrado-Moya.
En cuanto al servicio de los vinos, la cena fue una clase magistral a cargo de Alberto con quien uno nunca no se cansa de hablar de vinos por los amplios conocimientos que tiene. En sus palabras se manifiesta el amor que tiene a este “Liquido Divino” que tantas alegrias nos da. Creo que su profesionalidad es digna de uno de los mejores restaurante de España y del Mundo. Durante un rato estuve ojeando la carta de vinos, la cual una vez más me maravillo tanto por la cantidad como por la calidad de los vinos incluidos. Como novedad, lo cual me parece un acierto, Alberto ha incluido en una serie de referencias “envellint” (envejeciendo), en el sitio del precio. Yo creo que un buen sumiller debe saber cuando un vino está en su mejor momento para ser degustado, si bien lo incluye por ver si algún cliente quiere ir probándolo e ir comprobando su evolución.
Muy acertada la reforma de la recepción del restaurante, así como los aseos.
Como resumen, quiero destacar el buen hacer de este EQUIPO, y el maravillo cambio generacional que se está produciendo en este restaurante, que una vez más NOS VUELVE A SORPRENDER Y MARAVILLAR. Les animo a todos a seguir por esta línea, ya que en un futuro deberían de recoger mayores reconocimientos
Fotos por Bárbara Ribes. Os paso link:
Hemos tenido la suerte de terminar nuestro periplo vacacional en este extraordinario restaurante, igual que hace un año. y la verdad que se puede añadir poco a todo comentado.
La comida desde el primero hasta el gin tonic fue perfecta. La yema con anchoa y pan de especies, los berberechos, la presa, el vacuno, la buena selección de quesos, el chocolate, el limón tostado, la tableta de chocolate con pistachos y sal maldon. Todo en la misma linea ningún pero, ningún sobresalto, una maravilla.
Con los sabios consejos de Javier, también pudimos ilustrarnos y gozar de los buenos caldos que nos puso.
Gracias a todo el equipo de LÉscaleta por hacernos pasar una de esas pocas comidas que quedan en la memoria.
Llevaba mucho tiempo queriéndolo hacer y era mi primera visita a este interesante restaurante ubicado en un precioso paraje con vistas a la sierra de Cocentaina. Aprovechamos la presentación de Cuvée 3000 en la sala de banquetes del restaurante para acabar una velada magnífica. El entorno y el local son fantásticos, con recientes reformas y renovaciones de espacios, salas y aseos. Muy amplio y cómodo. La comida combina la cocina de mercado, con buena materia prima con algunas propuestas más arriesgadas, con un buen nivel en general. Ahora bien, el servicio y el trato del vino son un apartado dificilmente superable. Alberto Redrado, su sumiller y jefe de sala es un auténtico apasionado por el mundo del vino, algo que transmite de forma sensible. Una grata experiencia.
Coincido con la mayoría de comentarios previos vertidos aquí.
Es cierto que es caro, aunque yo considero que la relación calidad-precio es muy buena. Para mi, merece la pena darse de vez en cuando este tipo de homenajes.
He estado en dos ocasiones, verano e invierno, adaptan la carta a la temporada. Es el primer restaurante de este estilo que yo visito donde se adaptan a tus preferencias al 100% si deseas un menú degustación, sin importar si somos dos con diferentes gustos.
Y lo mejor para mi, el genial trato del Sr. Adrés, te hace sentir como en casa, sin prisas, siempre atento, y con una sonrisa en la boca. Repito, lo mejor el trato cercano, amable y dispuesto, unido a una gran cocina.
Pienso seguir frecuentándolo.
Era nuestra despedida de la zona del levante y decidimos acercarnos a este restaurante del interior de Alicante cerca de Alcoy.
Lo que llama la atención nada mas entrar es la tranquilidad que irradia el entorno y la buena disposición de las coquetas salas, el ambiente es clásico, modernista perfectamente cuidado.
Nos decantamos por un menú degustación largo, formado por un aperitivo de la casa, tres entradas, dos pescados, un arroz, una carne, quesos artesanos, dos postres y los petii fours.
Maridamos con un Masia Sierra, Valdesil Pezas de Portela 2004, Hidalgo pastrana Manzanilla Pasada, Yves Cuilleron Les Serines 1999, Barbeito Sercial 1978, Huet le Clos Bourg 1989, Emilio Lustao, moscatel Emilin.
El servicio perfecto en todos los aspectos, el tiempo justo, sin sentir en ningún momento la presión para que te vayas.
Mención especial para Andrés como jefe de Sala, y al sumiller Alberto.
RCP muy bien por las cantidades, calidades y servicio.
Volveremos.
Precioso chalet a la entrada de Cocentaina, perfectamente ambientado y con preciosa terraza de la que no pudimos disfrutar por los treintaipico grados que nos encontramos. En el interior decoración clásica con paredes tapizadas de madera, comedores privados y buena atmósfera en general.
Cocina creativa con claras raíces mediterráneas, buen presentación de los platos y la vajilla. Optamos por el Gran Menú maridado plato a plato, un total de diez muestras de sus fogones, algunos platos muy buenos, otros no tanto y algunos donde fallaba la ejecución de los mismos.
De entre todos destacaría el mero con algas marinas y la presa ibérica con polvo de cebolla, me decepcionó por contra el turrón de foie, por su exceso de dulzor, y el arroz seco de caza y setas por su presentación, una fina película de arroz secada al horno.
Bodega extensa y carta enciclopédica, con algunos vinos a un precio excelente. Probamos un total de nueve vinos perfecta seleccionados y explicados por Alberto Redrado con quien da gusto hablar sobre vinos. Cristalería de calidad (Riedel) y acorde a cada tipo de vinos.
Merece la pena desplazarse hasta Cocentaina para conocer L’Escaleta aunque personalmente, disfruté más del servicio y la selección de vino que de la comida que, siendo de gran calidad, no acabó de enamorarme.
Para leer algo más
Bueno, es uno de los restaurante de referencia en la comunidad Valenciana a Dia de hoy. Extraordinaria calidad en la materia prima, Buenas elaboraciones y buenas presentaciones. Lo mejor, el servicio del vino. si os lo podeis permitir, pedid el maridaje plato a plato. Sublime.
RCP Elevada, pero merece la pena ir por lo menos una vez.
Estuvimos en la Escaleta, y fue una experiencia execelente.
Gran Menu (10 platos, aperitivo y Petit fours) con Maridaje (1 Vino por plato). Vinos Españoles, Franceses, Alemanes, cada uno adecuado al plato servido. El servicio del Vino excelente. Un úni pero, se referiria a la comida, no en cuanto a calidad de los ingredientes, que fue excelente en sabor y calidad, si no en la presentación que no era lo suficientemente excelsa, para lo que esperas por un menú de 80 Euros + IVA + 3,5 Euros de Servicio + IVA.
En cuanto al maridaje, 45 Euros por PAX. pero Nicel superior de lo servido, Por ejemplo acabamos con un Tokaj Oremus 6 Puttonyos del 1972.
Cuando vuelva a "recaudar", volvere, porque es una gratisima experiencia.
Cocina creativa pero inspirada en la tradición. Pedimos en Gran Menú, con luces y sombras. El pulpo y la botifarra, buenos entrantes. Los pescados bien de textura pero algo faltos de sabor. El arroz de caza muy bueno y el pichón normalito. Muy buena tabla de quesos, casi lo mejor de la comida.
Buen servicio del vino con una carta apabullante y de precios correctos.
Resumiendo, buena cocina, pero que no apasiona en absoluto, y buen servicio.
Lo peor, el precio, absolutamente desorbitado para el nivel de satisfacción que te provoca la visita. Salimos a 120 € por cabeza con el Gran Menú citado y un Mira Salinas.
Saludos.
E estado en tres ocasiones, a ver cual de ellas fue mejor, primero la situacion del local, en la ladera de una montaña, precioso. La ultima vez estuvimos en un reservado, 5 amigos, como si estuvieramos en casa, pedimos el menu degustacion largo, pedimos consejo a el sumiller, sobre el vino que hibamos a pedir, un chablis grand cru "blanchot" 2004 frances, sensacional. Creo que es uno de los mejores soumillers de españa. Comenzamos con el menu, no te sorprenden mucho con los platos, siempre cuidan el producto al cien por cien, mimandolo, cuando terminamos con los entrantes ya habiamos comido bastante, y aun nos quedaba el pescado, la carne, el postre, bueno que decir de su carro de quesos, impresionante, de todas las zonas con mas de 30 referencias, a elegir el que quieras, sensacional, buen postre, tienen muy buenos profesionales trabajando en esta casa, e estado en los mejores restaurantes de la comunidad valenciana, y es el mejor, por el modico precio de 90 €, no se puede pedir mas para el paladar, para la vista, i para la cartera, que es muy importante, enorabuena, un abrazo, probat y repetireis seguro...