Restaurante Casa Marcelo en Santiago de Compostela
Restaurante Casa Marcelo
País:
España
Provincia:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
52,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
85 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.7
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
5.3
Ostra perle noire.
Ensalada de tomates bombón
Xarda en ensaladilla.
Calabacines en flor.
Gambas RAW
Sargo Asado y Pack-choi.
Clementina, chocolate y praliné.
Menestra de verduras y setas de temporada.
Patata puerro, yema y tocino.
Piña colada helada
merluza de Celeiro
tomates fritos
Curiosa publicidad
Opiniones de Casa Marcelo
OPINIONES
21

Es un restaurante atípico en todos los sentidos. Ha crecido mucho , sobre todo en su espacio físico desde mi última visita. Me dicen que quizás sea el único restaurante de España con estrella que mantiene dos turnos.. Todo en esta casa es especial: el jaleo, el tumulto , la diversidad, los contrastes decorativos, los espacios de la terraza y por su puesto la cocina. Una cocina que tiende a lo crudo , a lo asiático y al marinado y lo hace muy bien. Recuerdo la maravillosa lubina con un crujiente sobre la piel..algo insuperable. Buen servicio , algo embarullado , como el restaurante. Servicio joven y amable. La atención al vino , es buena, pero el manejo del  mismo , la carta , el acceso a la misma , debería mejorar. En cualquier caso , buena experiencia , una vez más, . Recomendable en Santiago

Primera cena de nuestro periplo en tierras gallegas y en un restaurante estrellado de Santiago de Compostela, Casa Marcelo, que hace muchos años que queríamos visitar y no lo habíamos intentado por lo complicado que era poder entrar en el restaurante, ya que solo se podían hacer reservas para grupos de mas de 7 personas y si no, se tenia que estar esperando en la calle en lista de espera, pero para algo ha servido al menos la pandemia. Marcelo Tejedor aceptó reservas con antelación sin numerus clausus a partir de julio.

Fuimos a cenar el viernes 06 de agosto a las 20h30. Cuando llegas a la entrada del restaurante tienes la impresión de que has debido equivocarte de dirección, pues tienes la sensación de que vas a entrar en una taberna cualquiera de la ciudad (ver foto en el primer comentario).

Nos recibieron muy amablemente y nos situaron frente a frente en una mesa alta de color rojo muy larga que discurría hasta la cocina, y que me pareció entrever que continuaba aun después en otra sala. Esta estaba separada cada 2 metros aproximadamente por una mampara plástica (razones sanitarias) y estuvimos sentados en taburetes giratorios con un pequeño respaldo. Servilletas de papel , set de mesa individual, un plato de madera, como en los que se sirve el pulpo a la gallega, palillos, cubiertos y buenas copas Riedel. El servicio de mesa fue bueno, profesional y muy divertido y el servicio de vino se ciñó a la presentación del vino elegido y a la primera cata.

No había ni menú degustación, ni carta, asi que tal como nos dijeron cuando nos ubicaron en nuestra parte de mesa ibamos a comer todo lo que iban a servirnos. Evidentemente nos preguntaron si teniamos alguna alergia o habia algun producto que no nos gustase.

No voy a describir la cocina y la historia de Marcelo Tejedor, pues ya lo hizo perfectamente en el ultimo comentario que colgó en Verema en el 2018, Antoni Alicante.

Paso a describir lo que cenamos esa noche con grandes dificultades para recordar exactamente el nombre de cada plato que tomamos... ya que no hubo ningún soporte escrito ni en QR aparte la cuenta.

Voy pues a enumerar todos los platos  que tomamos:

Ostra perle noire. Para mi se trataba de una ostra gillardeau de buen tamaño marinada con limón cremoso y jugo de ostra y agrementada con huevas de tobiko. Como si me hubiese tragado el mar. Deliciosa.

Ensalada de tomates bombón. Ensalada a base de suculentos tomates cherry muy bien sazonada

Xarda en ensaladilla. Ensaladilla de caballa. Muy rica, llena de sabores.

Calabacines en flor. Riquisimos

Gambas RAW. Gambas prácticamente crudas con sus cabezas fritas y crujientes. Riquisimo.

Sargo Asado y Pack-choi. Perfectamente cocinado.

(Las fotos de los siguientes platos y el vino por imperativos técnicos de Verema apareceran en el 1er comentario)

Pichón en empanada y trufa sobre un lecho de laminas de champiñones. Muy rico

Ensaladilla de frutos rojos.  Buen final refrescante y dulce para culminar la cena.

El pan que acompañó la parte salada fue bueno.

Para beber tomamos una botella de Ribeiro que nos recomendaron para acompañar la cena Ferve nas Berzas elaborado en Leide Ecoadega para Casa Marcelo. No recuerdo la añada ni los cepajes, imagino que serian entre otros de treixadura. Vino de color amarillo brillante, equilibrado, fresco y sabroso... acompañó, sin ser un gran vino, perfectamente la cena.

Finalizamos con dos cafés.

La cuenta ascendió a 81,75 €/persona. Buena RCP. Una cena divertida e informal, que puede parecer fácil de elaborar pero que necesita un buen conocimiento de la técnica y del saber hacer en la cocina y del servicio en la sala que justifica plenamente la estrella Michelin de Casa Marcelo. Si se tercia, volveremos para pasar un buen momento de diversión gastronómica.

 

  • Ostra perle noire.

    Ostra perle noire.

  • Ensalada de tomates bombón

    Ensalada de tomates bombón

  • Xarda en ensaladilla.

    Xarda en ensaladilla.

  • Calabacines en flor.

    Calabacines en flor.

  • Gambas RAW

    Gambas RAW

  • Sargo Asado y Pack-choi.

    Sargo Asado y Pack-choi.

XIII Encuentro de la Peña Gastronómica Los Restauranteros.

Hace ahora seis años, en el otoño del año 2012 y en la ciudad de Zaragoza, se constituyó este peculiar colectivo de personas que apenas se conocían entre sí y cuyo único vínculo de unión por aquel entonces era haber mostrado una gran pasión por el mundo de la gastronomía en un concurrido portal de vinos y restaurantes. En aquella quedada, nada podía garantizarnos que esa aventura se prolongaría tantos años como finalmente se ha prolongado, pero, la verdad sea dicha, las vibraciones fueron muy buenas desde aquel primer día.

Zaragoza, Girona, Bilbao, Valencia, Madrid, Barcelona, Alcoi, Santander, Dénia, Segovia, Gijón y Donostia han sido las ciudades por las que los miembros de la peña han paseado su pañoleta de color “marisco cocido”, distintivo que nos identifica, antes de llegar a este decimotercer encuentro en la ciudad de Santiago de Compostela. Aprovechamos la oportunidad que nos ofrecía el puente del primero de noviembre para desplazarnos hasta allí y disfrutar de los locales más atractivos de esta histórica ciudad.

El acto principal de la quedada santiaguesa fue la comida que compartimos en el restaurante Casa Marcelo el sábado día 3 de noviembre a mediodía. Aunque para esta ocasión hubo alguna que otra sentida baja entre los miembros de la peña, fuimos diez los restauranteros que nos congregamos alrededor de la mesa y contamos, además, con la compañía de Alberto y Ana, amigos gallegos de algunos de nosotros, que aceptaron amablemente la invitación para sumarse a la comida. Un placer, de verdad.

Un estrellado poco común.

Casa Marcelo no tiene ningún vistoso rótulo junto al acceso. No hacen reservas, exceptuando los grupos de más de siete personas. No hay menú degustación. Las mesas son altas y corridas. Se doblan turnos. Y, lo más sorprendente, ¡las servilletas son de papel! La filosofía y el modus operandi en Casa Marcelo no encajan para nada con los cánones de aquello que, hasta la fecha, he podido experimentar en los restaurantes galardonados con estrella en los que he estado. No es que todos los demás seas similares entre sí. Al contrario, cada uno se distingue de los demás por una cualidad en particular: el entorno, la sala, la bodega, el tipo de cocina, el servicio, el producto… Pero, si algo me queda claro después de visitarla, es que la casa que hoy nos ocupa se sale claramente por la tangente.

En Casa Marcelo hacen las cosas a su manera. Y bien que les ha ido. El restaurante abrió sus puertas en 1999 de la mano de Marcelo Tejedor y el éxito por parte del público y la crítica no tardó en llegar. Ya en el año 2004, apenas cinco años después de su apertura, el local fue galardonado por la Guía Roja con una Estrella Michelín. En 2013 Tejedor anunció que el restaurante cerraba sus puertas tal como se había concebido desde su apertura para volver a reabrirse en poco tiempo, pero con un concepto totalmente diferente. Fue entonces cuando se adoptó este modelo tan peculiar: una taberna mucho más informal, con taburetes altos, comidas en la barra y cocina totalmente abierta a la vista del cliente, sin trampa ni cartón.

Aquel cierre de 2013 conllevó intrínsecamente la pérdida del preciado Macarrón, cosa que, según se cuenta por las redes, tampoco le importaba mucho a Tejedor. Más bien nada. Pero la maestría en cocina de Marcelo y su equipo, la exquisitez de sus platos y el servicio presto y atento en el nuevo restaurante no pasaron desapercibidos para los inspectores de la guía que, en 2016, decidieron otorgar nuevamente la estrella convirtiendo Casa Marcelo en uno de los locales más singulares reconocidos con este galardón.

Cocina fusionada

La carta de casa Marcelo fusiona con gracia y solvencia la maravillosa despensa de la que se abastece la región gallega (mar, agricultura y ganadería) con recetas, técnicas y ingredientes provenientes de la cocina oriental y con algún que otro guiño a la cocina de la América de habla hispana. La ostra, la vieira, el cabracho… se cocinan magistralmente y se condimentan a la perfección con salsas y especias de lejanos países. Las recetas no aparentan complejidad, no acumulan excesivos ingredientes ni esconden elaboraciones o presentaciones sofisticadas en demasía, pero el resultado es de un alto nivel, sublime en algún caso.

Como se ha dicho anteriormente, no hay un menú degustación. Se puede pedir “a la carta” o dejarse en manos del equipo de sala y que sean ellos, en continua y estrecha comunicación con el de cocina, quienes confeccionen una comanda a tu medida, cosa que naturalmente hicimos nosotros. Tomamos:

- Ostra con emulsión de yuzu: Por su sabor, bastante más delicado que el de la ostra gallega, me pareció reconocer en su elaboración el uso de la ostra francesa (Gillardeau, supongo), de tamaño no excesivamente grande. A pesar de la elevada acidez que alcanza esa emulsión, le va de maravilla al molusco. El conjunto se corona con unas huevas de trucha y unas hojas de alga wakame que dan vistosidad y colorido al plato.

- Remolacha y níscalos: Nuevamente sorprende y congratula el punto de acidez que alcanza este plato motivado a todas luces por la deliciosa vinagreta con la que se condimenta. El nexo de unión es ese sabor como térreo que comparten el hongo y el tubérculo. Juego divertido, ciertamente, aunque los níscalos quedan bastante deslucidos sápidamente en su duelo particular con la remolacha.

- Dim sum de gamba: Empanadilla al estilo oriental, tipo gyoza. Se valora especialmente la finura de la masa de ésta, que pasa casi desapercibida, y la carga sápida del relleno de gamba. Mucha intensidad. Para tomar unas cuantas.

- Sashimi de vieira con codium: Uno de los mejores platos. La carne del molusco es sabrosa y de frescura extrema. Se presenta finamente fileteada, a medio camino entre lo que sería un carpacho y un sashimi. La crema de codium nos encanta por su textura sedosa y envolvente y un sabor marino que persiste en el paladar prolongadamente. Bravo.

- Nem de foie en escabeche: En lugar de usar la oblea de arroz que se suele usar en los nems vietnamitas, se usa una hoja de lechuga iceberg la cual dota al conjunto de mucha más frescura. El foie está perfecto de firmeza y con un escabeche de moscatel que desborda personalidad y elegancia a partes iguales. La acidez del mismo, se compensa con el dulzor de una mermelada de higos, ingrediente éste que siempre combina bien con el hígado del ave.

- Merluza con salsa de pimientos: Pieza de gran frescura y perfectamente cocinada. Las lascas del filete se desprenden unas de otras con extrema facilidad. Acertadísimo el acompañamiento con el jugo de pimientos encurtidos o “en salmuerra” que ya probé en el restaurante Dos Estaciones en Valencia. El factor sorpresa no estuvo presente este día, pues, pero sí la alegría de reencontrarse con una creación que me gustó mucho en su momento.

- Cabracho: Producto, presentación, textura y sabor. Son los cuatro pilares que aseguran el triunfo en este pase. Pieza de gran tamaño que se presenta sin filetear provocando un gran impacto visual. El pescado se sirve frito y se invita a comerlo directamente con las manos: – Todo menos la espina central – nos indican. Textura crujiente, sabor riquísimo, sin notarse apenas la aceitosidad de la fritura. Se invita a combinarlo con un pil pil de jalapeños. Finger food de gran altura.

- Steack Tartar de ternera gallega: Muy rico y condimentado a la perfección, aunque lo que más sorprende en este pase es la bonita presentación. Se sirve sobre un crujiente comestible que reproduce a la perfección un medio hueso de cañada o tuétano, soporte éste que se ha puesto muy de moda a la hora de emplatar el tartar de carne.

- Postre de frutos rojos: Refrescante, combinando a la perfección los matices ácidos de los frutos con el dulzor del helado.

- Chocolate y coco: Postre sencillo, pero que combina dos ingredientes cuya ingesta siempre me produce placer. Por tanto, para mí, muy apetecible y apropiado.

En la elección del vino, también le dimos rienda suelta a Martín Vázquez, jefe de sala y también de cocina ese día en ausencia de Marcelo Tejedor. No se hizo un maridaje al uso (queda ya bastante claro que en Casa Marcelo pasan bastante de cualquier formalidad) y se sacaron botellas de vinos muy representativos de la vinoteca gallega: Zárate y La Pola como vinos blancos y Lalama, como tinto. A petición nuestra también se sacaron un par de botellas de Pierre Gimonnet & Fils, DOC Champagne.

Visto lo visto, probado lo probado y pagado lo pagado, nuestra experiencia en Casa Marcelo resultó muy gratificante. Ese aire de informalidad se agradece mucho en las comidas en gran grupo como la nuestra. El trato y el servicio del personal, especialmente por parte de Martín Vázquez, fueron impecables entendiendo a la perfección el espíritu de la quedada y combinando con maestría bromas y comentarios de índole gastronómica bastante más serios. Y la comida, que es lo que al fin y al cabo más nos importa, gustó mucho. Bajo la cocina de Casa Marcelo subyace esa misma filosofía que emanan tanto el recinto como el personal: una aparente informalidad, un toque canalla, pero mucho estudio, trabajo y formalidad tras esa fachada desenfadada. Enhorabuena.

Post ilustrado con fotografías en: https://www.vinowine.es/restaurantes/casa-marcelo-la-estrella-menos-estrellada.html

Tercera visita, en la primera visita estrella de libro, Marcelo renuncio a ella, eso me han comentado , yo pensé que se la habían quitado , para montar una taberna de fusión asiático-gallega, me gusto en mi segunda visita; y con los años, le han vuelto a dar la estrella, de momento no renuncio y sigue siendo parecido a mi segunda visita.

Si eres un grupo a partir de ocho personas, puedes hacer reserva, sino no las admiten, vas, te comentan horarios y si te viene bien, perfecto.

Había comentado vía e-mail, cerrar un precio, entre 90€ y 100€ con el vino, pero el alma mater que lleva el local, el jefe de cocina Martin Vázquez, fue sacando raciones para compartir y vinos, sin tener en cuenta o si, no lo se, lo hablado, al final la cuenta fue de 102€ por comensal.

Sin duda el ideólogo es Marcelo, pero el ejecutor es Martin y el resto del equipo, el caso es que el conjunto me gusta, y el orden de los factores no altera el producto.

El local , tiene una mesa baja en cocina , una par mas de ellas cerca y la mayoría altas , decoración tirando a oriental , en plan desenfadado , gente joven atendiendo y cocinando , todo a la vista , en esta ocasión no estaba Marcelo , es lo mismo , no notas su ausencia y eso es lo mejor , no me gusta ir a un restaurante y comer regulin , porque el chef no esta encima , y me ha pasado .

Después de esperar un rato, nos ubicaron a los trece en la mesa alta, y empezó el festival de comida divertida y sabrosa.

Ostra perla negra con emulsión de yuzu y huevas de trucha, el sabor de la rica ostra predominaba, por lo tanto medida la emulsión y las huevas para no quitar protagonismo al producto principal, 4,1€ ostra.

Remolacha y Niscalo, un colorido plato, muy fresco, espuma, crema, texturas crujientes, muy divertido, rabanito, remolacha marinada, siete medias raciones a 7€.

Unos ricos har-gaos, es la masa del dim sum, pero mas fina y elástica, no lo había probado, textura diferente, melosa y un rico relleno de gambas a 2,95€ la pieza .

Sashimi de vieira con salsa de codium, muy rico, no conseguimos que nos dijeran nada respecto a la elaboración de la salsa, son muy recelosos de sus creaciones, 14,95€ la ración, ver fotos, siete raciones.

Nem de foie , en esta ocasión rico foie escabechado al moscatel , con higo , pan dulce y todo ello para enrollar con hoja de lechuga , tenia un toque crujiente y dulce , que tampoco nos dijeron e insistimos , pero nada , a ver si Toni , lo comenta , tiene mas criterio , 10,95€ la pieza , sacaron trece , sobra decir que estaba muy rico.

Merluza con pimiento verde, la merluza de calidad, elaborada a la perfección, punto perfecto y con un jugo de pimiento verde que le acompañaba muy bien, 18,95€ por trece, la verdad, un buen lomo, pero…, ver foto.

Cabracho frito, la vez anterior, hace cuatro años, ya lo probamos, y luego en el Kimtxu lo volví a comer, Iván estuvo en Casa Marcelo, se come todo menos la espina central , aunque algunas espinas , tela , por supuesto sin vísceras , lo ponen con un pil-pil de jalapeño 22€ la pieza , nos sacaron cuatro.

Steak tartar de ternera gallega, muy bien presentado en una base de pan con forma de tuétano, condimento y pelin picante, 10€, la media ración, sacaron siete.

Dos postres , uno de chocolate y otro de frutos rojos , ambos ricos , tengo el recuerdo de los ricos arandanos frescos , una delicia , sacaron siete de cada , uno a 5€ y el otro a 7,95€ , el de chocolate , café a 1,75€ e infusión a 2,95€ , rico pan casero a un euro comensal .

Para beber, tres botellas de Lamana a 27€, tres de Zarate 2016 a 23€, tres de champán Pierre Gimonnet 2011 a 46€ y tres de la Pola a 28€.

Resumiendo, aunque espero un comentario mas incisivo por parte del amigo Toni, taberna divertida, gente joven de la que da gusto ver trabajar, por su profesionalidad, buen servicio , carta de vinos , para lo que vimos en otros sitios , mejorable en cuanto a referencias , pero en este local van mas a la suya que en ningún otro sitio y creo que no les va mal , lleno y rotando mesas , quisimos hacernos una foto con el jefe de cocina , pero tienen la norma de salir todos o no salir , eso nos dijo , y no estaba Marcelo .

Un lugar diferente en casi todos los aspectos, pero que merece muy mucho la pena, si vuelvo a Santiago, volveré.

Equipos como el que tiene Marcelo Tejedor, creo que no es tan fácil encontrar, haberlos haylos, sin duda.

Lo comido , sale a 69€ y lo bebido a 33€ por persona , teniendo en cuenta la estrella , bien , aunque mucho para compartir , creo que nos quedamos todos muy bien .

+

Las cosas han cambiado desde mi primera visita hace ya cuatro años, en aquella tenia una estrella, Marcelo ejercía en la sala, fue la primera vez que yo vi al chef en sala y no en cocina y la cocina estaba a la vista, también fue la primera vez que yo lo veía, por lo tanto me sorprendió bastante, también daban un menú degustación que estaba muy bien.

Por eso me sorprendió cuando hace algún año le quitaron la estrella, aunque al parecer le han hecho un favor, se ha quitado presión de encima, ya no hace menús degustación tiene una corta y divertida carta de lo mas variopinta y se acerca por las mañanas, prueba algún plato nuevo o hace alguna compra, pero ya es difícil pillarle por el local.

Por supuesto el supervisa todo pero tiene la suerte de contar con dos jóvenes que llevan años con el y que se dedican a dirigir al resto del equipo, joven y sobradamente preparado.

Uno de los dos jóvenes, perdonar pero para los nombres soy un desastre estuvo varios años en el kabuki y ahora aquí leva la cocina japonesa que si os digo la verdad es lo que nos animo a acercarnos hasta Santiago de nuevo.

Empezamos con la fritura de cabracho, original, distinto y divertido, lo tienen en salmuera y luego lo fríen tal cual , dejando comestible hasta muchas de las espinas exteriores , se come con la mano y ya os digo que fue unas risas además de estar muy jugoso y sabroso , mirar foto da miedo.

Nigiri de vieira, dos 9,50€ + iva, cada pareja, nigiri de merluza de celeiro, templados a 5,95€+iva la pareja, nigiri de san martiño a 7,95€+ iva, producto de primera muy buenos todos.

Usuku de san martiño con allada, corte japonés que deja al descubierto solo el buen producto, aderezado con un poco de aceite con buen pimentón para darle un poco de sabor.

Temaki sofá shell, temaki de cangrejo japonés, que se come recién frito el cangrejo y que esta muy sabroso a 11,95€+iva.

Patata puerro, increíble el curro que lleva este plato, corta las patatas y las colocan como si fuese un puerro, ver foto, fritas, con yema por encima y tocinillo, pa chuparte los dedos a 9,50€+iva.

Un postre de queso cremoso con membrillo a 5,50€+iva y creo que solo había esta y otras dos opciones en postres, en salados 28 opciones y en vinos 18 y por copas tres opciones.

Dado el estilo de cocina optamos por darle a Uxue un bocadillo antes de ir a comer , aunque probo un poco de Usuku de san martiño y no le disgusto , con lo difícil que es que coma pescado .

Solo se puede reservar partir de ocho personas, a excepción de una mesa que esta en la cocina y no siempre se usa, son taburetes eso si muy cómodos y mesas altas, como para unos cuarenta y tantos comensales.

Resumiendo divertido, divino y original y sobre todo distinto, hoy como hace cuatro años este señor me sorprende, se adapta a cada tiempo.

El sabado 26 de noviembre, una semana después de que le devolviesen la estrella Michelin, a Casa Marcelo; cené allí con unos amigos eramos 6. La verdad es que fué una experiencia frustrante. La relación calidad precio deja mucho que desear, no puedo entender como le han dado otra vez la estrella Michelín. De los siete u ocho platos que te sirven, sólo me sorprendieron 3; un shasimi que era en hornor a Toñi Vicente y los postres, lo demás muy normal. Cuando vas a un restaurante de esta categoría esperas que te sorprendan y que a cada bocado, exclames "maravilloso", pero esto no sucedió. Y lo peor del cuento fue un plato de ostras que acompañaban de unos camarones (eran enanos); si cobras lo que pagamos (92 euros por persona)los productos tienen que ser de primerisima calidad, eso es imperdonable !!! y eso no fue todo, al día siguiente los cuatro que tomarón las ostras con vomitona y colitis, vamos para repetir.
Uno de mis amigos llamó al restaurante para hacerles saber lo que había pasado con las ostras que nos habían dicho eran de primerisima calidad, y claro; no reconocieron que pudiese ser por su plato, le dijeron que sería un virus, que casualidad de los 6 que fuimos sólo se pusieron malos los 4 que tomaron las ostras. Vamos UN DESASTRE, PARA NO VOLVER.
Merecida la estrella de Alborada en (A Coruña) eso si es impresionante, pero a Casa Marcelo no le va a durar mucho la suya.

Volví a Casa Marcelo después de dos años. De aquella comida quedó buen recuerdo, pero tras la segunda no pensamos volver.
Como siempre, la imagen muy cuidada en los elementos objetivos. Como gran novedad en este campo, se muestra al cliente el menú y la carta de vinos con un ipad.
Otra novedad: han incluido un menú corto de 45 euros. Pero menos atractivo que el largo: son platos totalmente diferentes los de uno y otro.
La camarera-soumiller-jefe de sala no conoce los platos. Cada vez que se le pregunta por algo tiene que ir a preguntar a su vez al jefe de cocina.
Y el jefe de cocina se molesta. No estaba Marcelo, y quien estaba no se lleva bien con ella, salta a la vista. Cada vez que la chica iba a consultarle algo se llevaba una mala cara.
La cocina abierta ha dejado de tener sentido. El equipo trabajó al fondo, invisible, y en el "escenario" solo actuó aquel chef malencarado. Con aquella distancia se comunica con el resto a voces y exige ser contestado con un "oído". El resultado es que se come con el ruido de fondo de las voces de la cocina, pero sin el espectáculo del trabajo bien hecho.
En la comida hubo cosas buenas y otras no tanto. Unos platos creativos y otros de mercado. Es decir, un término medio que pretende complacer a todo el mundo.
Una ensalada de judías verdes ordianria que se puede hacer en casa frente a una ensalada de hinojos con un aliño cítrico misterioso. La de judías verdes llevaría a calificar el restaurante con un "0" y la de hinojo con un "10". Para comer algo tan descompensado se paga demasiado dinero.

Saludos,si es verdad,como se comenta que le han qitado la estrella por el servicio ,no lo entiendo,me parecio original,dinamico,y hasta casi parecia que formabas parte del equipo ,ver la cocina en accion,al chef principal,trayendote el vino,vamos trabajo en equipo,me parecio original,por otra parte la cocina esta basada en el buen producto,con el toque justo de excentricidad,no me acuerdo exactamente del menu,pero recuerdo que todo me gusto mucho,repetimos un plat,el de sardinas,estupendas,solo sardinas y un punto de elaboracion,que las hacian tan gustosas,sin guarniciones,ni salsas,el sitio coqueto y bien situado,no entiendo que primen la creatividad,hasta a veces en exceso,en la cocina,por encima de otras cualidades y esta manera original de servicio,no les guste.

Ya me andaré con cuidado con eso de la estrella michelin en los restaurantes. Para mi que han perdido el norte.
Yo no comprendo la gente que llame cocina de mercado a un menu en el que no había más que unos 75 gramos de merluza del mercado, todo lo demás eran inventos, por cierto muy poco acertados. Si a todo esto le pones como guinda una factura mal presentada de 150 leuros para dos personas pues poca gracia me hace.
Un saludo
P.D. Ya no me pienso callar nada.

Nos costó mucho encontrar este local, aun siendo muy centrico, al lado de la plaza Obradoiro; debido a que no tienen ningun rótulo exterior, y la publicidad es engañosa, ya que la fachada de piedra de no existe, es un fotomontaje. La fachada es sobria y austera, toda blanca.
Nadie, te recibe al entrar, nos atendió una camarera, nos sentamos delante la cocina abierta, es todo un espectaculo, no te aburres para nada, es como ir al teatro mientras comes...
No te dan a elegir la comida, ya que solo hay menú degustación.
La carta de vinos era correcta; nos decantamos por un albariño, fresco y afrutado, era un Pedralonga del 2005. Los vasos de agua eran de porcelana , poco practicos, ya que el camarero, nunca sabia si el vaso estaba vacio, nos tuvimos que servir el agua en más de una ocasión....

El pan era hecho por ellos mismos, era de maíz, una delicia.

El menú consistia en:

1er plato: Ensalada de algas; muy refrescante y original, crujiente, con mucho sabor a mar.
2o. plato: Sardina asada y pimientos de Padrón; la sardina era muy sabrosa, pero estaba demasiado cruda para mi gusto, un poco desagradable; los pimientos del Padron
excepcionales, con mucho sabor, cuesta encontrarlos tan buenos.
3er. plato: Kumato Kinder 2009; Es un plato muy elaborado, pero en el fondo es una parida; es un tomate raft, escaldado a la perfección, vaciado sin abrir, y con su pulpa se elabora una confitura con sesamo, para que parezcan semillas; y se vuelve a rellenar. De forma que cuando lo abres parece un tomate normal, y al comerlo te llevas una sorpresita... Aunque no era más que tomate, hubiera preferido que le pusieran algun marisco...
4to. plato: Fabas guisadas en el Caldo Quemado de Alejandro; estaban cocidas a la perfección, al puro estilo gallego, con un toque de comino, sencillas, muy tracidional.
5o. Plato: Patata Puerro, Yema y tocino; este plato estaba muy bueno, pero no todo el mundo puede ver la gran elaboración que conlleva; ya que al comerlo, dices, es patata frita, con yema y tocino, no esta mal... Pero, no es solo eso!! La patata tiene forma totalmente de puerro, o sea esta la han cortado muy finamente en lamas iguales, y las han pochado, luego no se como se lo hicieron para darle la forma del puerro, es un trabajo de chinos y no siempre se ve reflejado en el sabor...
6o plato:Menestra de verduras y setas de temporada; muy vistosas, brillantes, al dente, con mucho sabor de huerta casera, y ricas setas como trompetas de la muerte o amanita cesaria.
7o. plato: Merluza de Celeiro al vapor y Caldo de aceitunas; perfecta, excelentemente cocinada, con una textura y sabor insuperables.
8o plato: Vaca del pais simplemente marinada y asada; era muy tierna y sabrosa, con una salsa de tinto, jengibre y demiglace, con un toque picante. Le eché en falta una guarnición.

9o. plato: Clementina, chocolate y praliné; consistia de un sorbete de mandarina, con chocolate y palomitas heladas de almendra( supongo que estaban hechas con nitrogeno). Un plato muy vistoso.
10mo. plato: Arroz con leche; era una espuma de arroz con leche con una base de caramelo con regusto a laurel; era un postre muy logrado, y ligero, que agradecias tras una larga comilona...
En conclusión, es un sitio muy recomendable, de precio más que aceptable, gran calidad, y técnica depurada actual. Abstenerse amantes de la cocina clásica tradicional.

El señor Marcelo Tejedor, no se encontraba ese dia, preguntamos por el pero nos contaron que habia salido...Supongo que estaba de vacaciones, ya que libran domingo y lunes.

Imperdonable, que no hubieran minardises con el café; así pues, nos abstuvimos de tomarlo allí, nos lo tomamos en la terraza del parador de los Reyes Católicos con grandes vistas a la catedral.
Tambien es muy feo, que cuando te marchas no haya nadie, que te abra la puerta, ni te despida...Falta recepcionista.

  • Clementina, chocolate y praliné.

    Clementina, chocolate y praliné.

  • Menestra de verduras y setas de temporada.

    Menestra de verduras y setas de temporada.

  • Patata puerro, yema y tocino.

    Patata puerro, yema y tocino.

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