Restaurante Restaurante Lera en Castroverde De Campos
Restaurante Lera
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Vino por copas:
Precio desde:
48,50 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
78 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.0
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.7
alubias
lentejas
pan
vino
agua km 0
aperitivo
Opiniones de Restaurante Lera
OPINIONES
9

Lera es inconmensurable. No tiene parangón. Irrepetible. La caza , caza tan intensa como precisa, sublime y equilibrada. Tuvimos la suerte de cenar y de comer ( y no desayunamos porque no pudimos..), más de 25 platos deslumbrantes que no puedo olvidar. El mérito es inmenso. Su sentido culinario es creativo , dinámico y elegante. Toda la intensidad de la caza, todo tipo de caza , mayor y menor, tratada con delicadeza, sin perder potencia y sabor, arriesgando ( escabecehe de lengua de jabalí con ostra, olé¡¡¡). Ha mejorado la atención , el local , la bodega, la vajilla acorde, todo. Recomiendo visitarlo , al menos , una vez, pero llamando con tiempo , hay muchos que ya han estado y suelen volver...

Acudimos a almorzar desde Zamora a este magnífico restaurante con altas expectativas y la verdad es que salimos encantados.

Viernes a mediodía y el restaurante estaba lleno. Optamos por el menú corto, que en realidad puede calificarse como largo ya que consta de ocho platos, tabla de quesos y postres.

Riquísima la sopa avahada con pato azulón y cangrejos de río, la lechuga entreasada con mollejas de pichón, -si, una simple lechuga, riquísima-, la codorniz escabechada, las lentejas con pato.....la verdad es que todos los platos estaban buenísimos y las cantidades más que suficientes.

Buen ritmo de platos, con explicaciones sobre el contenido de cada uno de ellos y un servicio atento y eficaz.

Mención aparte merece la carta de vinos, o mejor dicho el precio de alguno de ellos; Alión a 60 €, Vega Sicilia 5º año a 112....así da gusto.

Comentándolo con el encargado de sala nos indica que obtienen su cupo anual de la bodega a buen precio, y que cuando se agota lo quitan de carta para evitar tener que acudir a intermediarios con el consiguiente sobrecoste. 

Optamos por un Alión 2017 excelente, decantado al observar precipitados, y que de seguro mejorará con el paso de los años.

Una excelente comida, a razón de 78 € por menú y 60 € por el vino.

 

 

La naturalidad y la verdad dominan en Lera. Todo un placer gastronómico inigualable . Cocina de caza  que emociona , peculiar y en su entorno, cocina de mérito inmenso.Nada similar que yo conozca. Aquí , la caza, adquiere en cada plato delicadeza y precisión sin perder su esencia, alcanzando la excelencia en muchos platos. Recuerdo el escabeche de perdiz. Suave, con el punto justo de acidez y la potencia de sabor imprescindible en un plato de caza. La pierna de ciervo con sus encurtidos invitaba a saborearla lentamente, por partes, captando cada sabor y textura diferente. Me sorprendió la lechuga entreasada, una verdura más , plena de sabor y a la altura de la finísima molleja que le acompañaba. Del pichón que voy a contar que no se haya dicho. Merece como las estrellas, desviarse del camino para probarlo. Cocina de caza , y cocina sublime. Trato sencillo, cómodo y amable sin florituras y con un buen servicio del vino. Un servicio donde el conocimiento de los vinos de la tierra y la atención sincera y directa al cliente permitieron encontrar lo que buscábamos. Tras la experiencia artificial y encorsetada del restaurante anterior fue un placer disfrutarlo. Lo de la estrella ya se verá. Me da la impresión de que en Lera no han accedido a las peticiones de la guía Mantienen sus señas de identidad y eso habla bien de ellos. A veces la Michelín se enfada con esas cosas y desde la prepotencia no cede. Aquí el pan se sirve en un plato sobre una servilleta( pero claro , está buenísimo que es lo importante). La vajilla podría mejorar y la cubertería, pero no les da la gana y hacen bien¡¡.Ya conocemos casos de restaurantes que se someten a ese estilo y se la dan, pero   no sabes ni donde estas comiendo, ... y otros que no ganan la tercera o la segunda , por lo mismo , por no someterse y mantener sus ideas. Si como siempre dice la Michelín , la estrella se otorga  a la cocina, éste la merece de sobra , es original y tiene calidad ...pero no, la realidad es otra y los criterios de valoración también. En definitiva, experiencia sobresaliente , mereció la pena la espera. Por cierto , repleto el restaurante en la comida y en la cena y por lo que observé, no solo cocinan bien la caza.

La caza como superespecialización es lo que encontrarás en la antigua casa de comidas Mesón el Labrador (1973), ahora cerrada aunque puede que se abra como bar de tapas en el futuro; se accede tras recorrer 14 km desde la salida 234 de la A6 de forma más fácil de lo que parece, hasta llegar a Castroverde de Campos, cuyos 300 habitantes llevan gobernados 37 años por el alcalde Cecilio Lera, padre de Luis Alberto, su actual chef. El orígen de Cecilio Lera fué un negocio familiar en su pueblo natal con la caza como reclamo.

Mientras tanto, su hijo Luis se fue formando en diferentes y reconocidas cocinas y, tras una experiencia propia fuera de casa en Toro, vuelve en octubre 2008 al mesón para revolucionar su cocina aportando técnica al inmejorable producto identidad de la casa hasta que, en 2015, se planteó la transformación actual que permite tener dos restaurantes en uno. Por un lado tienes la carta de producto de siempre con la madre, Minica Collantes, al frente de la cocina clásica sin perder ninguna opción de lo que le dió fama, pero por otro lado tienes una nueva cocina de alta creatividad con un par de menús degustación para transformar ese producto casi único en unas creaciones dignas de estrella Michelín (parece que solo así se consiguen estrellas). Un poco más de conocimiento en este reportaje.

Tenía la esperanza de encontrar al compañero @oscar4435 que acude por estas fechas todos los años y culpable de mi interés por el local ya que soy muy fan de esos sitios apartados de las grandes urbes que hacen las cosas tan bien hechas que hay peregrinos que llenan el local; más fan si además está por alguna carretera que te permite convertir un desplazamiento turístico entre ciudades, que suele tener la penalización de comer deprisa y mal, y que aquí se convierte en una experiencia gastronómica "imperdible".

Cuatro para comer en una sala llena donde Ramón controla con la experiencia de años en la casa y ahora reforzado por la joven ¿? (lamento no recordar su nombre) proveniente de varios locales de estrella Michelín fuera de España. Ojalá siga su estela y se haya traído la suerte bajo el brazo porque méritos ya tiene. Elegancia y calidez en el interior y buenas vistas en el exterior; manteles, vajilla, copas, cubertería, etc de primer nivel en un edificio bonito de ambiente externo rural; un desliz al montar nuestra mesa nos dejó sin plato para el buen pan (dos clases, ambos tipo corona con densa miga) que nos va a acompañar y al que hay que resistirse. Buenas recomendaciones a pie de mesa además de carta en código QR para desayunos (hay hotel también) para comidas y para vinos, ésta última con muy amplia oferta de todo tipo de vinos, distribuidos en blancos nacionales, internacionales, generosos, rosados, espumosos naciones e internacionales y tintos nacionales e internacionales y todo ello con rango de precios amplio, destacando mucha presencia de vinos locales (como debe ser); la carta de comidas se bifurca en menús gastronómicos (en folios sobre la mesa) de 76€ (aperitivo y nueve pases) y 109€ con 4 pases más (¡nueva subida de precios este año!) por un lado; por otro la carta de comida clásica donde la caza y los platos de cuchara tienen su gran protagonismo. Difícil decisión; al final y pensando en otra visita, optamos por empezar por los orígenes y dejar la evolución creativa para la próxima oportunidad.

Todos queremos probar de todo pero hay unos platos imprescindibles y no son muy fáciles de compartir aunque por la amplitud de sus raciones lo permitiría sin dudar, así que optamos por pedir primeros y segundos individuales y así se describen:

. un aperitivo, por cortesía, de sopa de tomate y pimentón con aceite de albahaca para empezar a preparar el estómago y con una presentación creativa que nos hace dudar si nos hemos equivocado en la comanda.

. 2 x atún escabechado: no es caza pero lo parece; se ha convertido en plato estrella y por algo será, aunque el atún pase a más de 500 km de aquí.

. lentejas con foie de pato: servido en cazuela para ir sirviéndose sin que se enfríe. Perfecto punto de cocción de la legumbre de muy buena calidad, buen fondo.

. alubias con liebre: servido en cazuela y también con un fondo que se corta a cuchillo y unas buenas alubias cocidas pero enteras y con abundante carne que se deshace pero mantiene sabor.

. estofado de perdiz con verduras: otro plato que hay que conocer. Las verduras cada una en su punto de cocción y manteniendo su textura y sabor. La caza simplemente perfecta.

. 3 x pichón de Tierra de Campos: el rey de la casa y que por él sólo merece la pena el viaje (como ha merecido la presencia en el próximo programa de la tele -canal cuatro- titulado "Del corazón a la mesa" y llevado de nuevo por Echanove); haciendo 9000 al año, yo creo que ya le han encontrado el punto; se acompañan de unas extraordinarias patatas fritas caseras. IMPRESCINDIBLE.

. en postres hay tarta de queso, arroz con leche, coulant de chocolate y helados caseros que fué por lo que optamos, dos raciones, con sabores novedosos y sencilla presentación.

Para beber y tras dos cervezas de presión iniciales más un vermouth traído ya servido a la mesa y que resultó ser blanco reserva de Padró &Co. nos decantamos por una bodega fetiche para mí: Dominio del Bendito aunque sea en su gama baja de El Primer Paso 2018; el servicio sencillo y mejorable si se tiene aspiraciones. El agua sin gas es filtrada y propia (llamada km 0) en botella con etiqueta de la casa

Un poco de lentitud en la llegada de platos (especialmente los segundos) acortó algo una sobremesa alegrada por un par de buenos cafés y agradables petits fours de bizcochitos y trufas de chocolate.

Si te gusta la carne silvestre no dudes, pues Lera es uno de los grandes templos de la cocina cinegética en España. Ya tiene el plato Michelín, va por la estrella. Voto por ello.

 

  • alubias

    alubias

  • lentejas

    lentejas

  • pan

    pan

  • vino

    vino

  • agua km 0

    agua km 0

  • aperitivo

    aperitivo

Visita anual en familia , ya que lo tenemos cerca en verano .
Han ampliado el comedor, la verdad que está todo muy diáfano y nuevecito, algo mas de personal, y aunque va mejorando, la carta de blancos, me sigue pareciendo escasa, ya se que la cocina de Luis Alberto, pide tinto, pero hay blancos con madera o lías, que también casarían bien .
Ya desde el año pasado tienen dos menús, uno de 9 pases por 64€ (ha subido) y otro con 4 pases mas por 92€ , el año pasado acabamos reventados con el largo , así que este año escogimos el corto , que te quedas como dios .
Como aperitivo, creo que el mismo del año pasado, la versión de la sopa de ajo.
Entrantes, sopa de tomate y pimentón con mojama de pato, que, por supuesto hacen en casa, muy rico.
Jabalí en manteca con encurtidos, tres lonchas de jabalí, en frio, tipo fiambre, con pepino una, con rábano otra y la ultima con cebolla, una salsa, de rábano picante, este pase, la verdad, ni fu, ni fa, muy seco el jabalí, aunque acertada combinación.
Un magnifico escabeche de codorniz y conejo de monte, exquisito, la potencia justa, perfecto.
Un pimiento relleno de paloma, super sápido el relleno, carne desmigada en salsa(lo justo para ligar la carne, apenas apreciable) , por supuesto sin bechamel , y un jugo , imagino que de pimiento , aunque con sabor cárnico , nada que ver con el típico pimiento relleno .
Alubias estofadas con liebre, como siempre, un placer.
Pichón de Tierra de Campos, perfecto , de hecho es el único que me gusta , por no tener ese sabor tan férrico , que suelen tener , es una pasada.
Lomo de corzo con rebozuelos escabechados , buen punto de carne , los rebozuelos le daban un toque fresco , y hacían mas agradable la ingesta de la carne , al final , es comida contundente de principio a fin , y muy sabrosa .
Ahora un poco de queso , cuatro tipos , con nueces y membrillo , muy bien.
Y apara acabar , tres ricos postres , tarta de queso , fresas con helado y no me acuerdo del ultimo , los tres currados .
Para beber un blanco , la Bastid , rico , rico , y apara un pase , pedí , por que lo vi en la mesa de al lado , adorado , de Menade , blanco que hacen en damajuanas al sol , con lo que se obtienen unos vinos que recuerdan a los generosos , este muy fino , en la nota , bebida , 36€ .
Para Uxue , como siempre , lentejas con pato (15€), dos pichones (24€)y postre(0€) .
Salimos al exterior , hacia un día majo , y con unos petits nos tomamos una infusión y yo mi gin de millers .
Poco que añadir , es una opción magnifica para la caza , para las creaciones de Luis Alberto , para los productos de Tierra de Campos , donde veraneo y de donde es mi padre .

Visita anual a esta casa del buen comer, local lleno, gente de la zona, algunos veraneamos cerca y un reconocido critico gastronomico.

Local descrito, Ramon como siempre a cargo de la sala, siempre acompañado por la femina de gafas y en este caso un joven extra de fin de semana , no se puede hacer mas en una sala llena , un ritmo mas que correcto , tampoco hay prisa cuando disfrutas .

El tema de vinos mejorando, le queda para mi gusto, algún blanco más, algún tinto gallego, pero con la carta que tienen no van mal, para nada y Ramon siempre tiene alguna cosilla guardada.

Como novedad, además de una carta de platos de siempre, dos menús, el de nueve platos, que con el postre son diez, por 58€ y el de doce platos por 86€, como siempre nos fuimos al largo, era la novedad, el otro menú ya lo tenían.

En este caso y sin que sirva de precedente, es un menú para tragones profesionales, dada la contundencia y el tamaño de casi todos los platos.

Aperitivo de crep de sopa de ajo, sabor bien conseguido, un trozo de jamón y otro de chorizo y debajo un caldo, nunca un aperitivo describe tanto un estilo de cocinar.

Primer pase, pato ahumado, fresa en salazón y además ropa vieja de pato , presentado en una hoja de cogollo, ambas elaboraciones con mucho sabor.

A continuación un estupendo buñuelo de paloma, crujiente exterior y sabroso interior de carne de paloma guisada especiada, muy rica.

Caballa escabechada, deliciosa, bordan esta elaboración, sea con caza o pescado, por lo que veo.

Ahora tocaban las aves, escabeche de conejo y de codorniz, bueno el conejo no vuela, pero acaba en la cazuela, como siempre un diez.

Trompeta negra guisada con espuma de bianchetto, trufa de verano y un velo de papada, aquí es donde se ve al chef en su faceta más contemporánea, pero sin ninguna estridencia, top.

Ahora un guiso de mollejas de palomo, la textura un poco diferente, muy sabrosa, los guisos aquí son la leche, pero este producto, no me mata.

Ancas de rana guisadas en pipirana , verduras , jamón , chorizo , perejil , picantito huevo cocido , la verdad , no había probado , la textura efectivamente es de pollo, pero casi no saben a nada , eso si con una salsa tan rica están bien .

Alubias con liebre, bueno, aquí no falla un plato de cuchara, deliciosas.

Caracoles con huevo, ya descritos en mi anterior comentario.

Y ese pichón, el único que me como y me gusta, es un producto que si puedo no pido, pero aquí, como ya os explique, no tiene nada que ver, magnifico.
Lomo de corzo con rebozuelos escabechados en miel de brezo, la acidez de la seta, hace un contraste muy bueno con la carne, presentaciones más livianas, más técnicas, más contemporáneas, más actuales.

Perdiz en dos elaboraciones, la pechuga a la plancha, lleva una marinada con un poco de papaya verde tailandesa, pimienta negra, tomillo, esta a diferencia de la del corzo, lleva un poco de tomillo limonero, además el muslo de la perdiz guisado, con un contraste dulce, cereza y un adorno de hierba santolina.

Creo que cualquiera que este atento vera que la cocina de Alberto esta en un punto magnifico, los guisos de siempre, las elaboraciones tradicionales, pero los montajes y aderezos con el toque del chef, están pidiendo a gritos una estrella, es mi opinión.

Cuatro quesos diferentes, cabra, oveja puro y mezcla de cabra y oveja, muy ricos todos.

Y como dulce, helado de fresa sobre tierra de galleta nata montada en lavanda y sobre esta fresas en almíbar, un digno final, sencillo y refrescante.

Para beber empecé con un tinto fresco, pese a ser 2013, 575 UVAS de Cambrico, sierra de salamanca 26€ y como el menú era largo y sabroso, me pedí una botella de Tomas Postigo 2016 BLANCO, 40€, una copa de tokai, invitación de la casa y un gin de millers, idem.

Uxue comió lentejas con pato, 14€, dos pichones 20€ y un postre de chocolate 7€, encantada.

Es una autentica suerte tener este restaurante y a su equipo en tierra de campos a media hora del pueblo donde veraneo, Alberto y todo su equipo hacen una labor magnifica y repito, no se a que coño espera la michelín.

Se me olvidaba para los cafés unos petit-fours .

Visita anual a esta casa, me quedo con ganas de mas, pero hay que conocer otros sitios, aunque si solo pudiese escoger uno en la zona, sin duda seria Lera.
Ya esta descrito el nuevo y moderno local que cuenta además con hotel, así que vamos al lió, lo bueno si breve....
Aunque casi siempre podías optar por un menú degustación ahora es oficial y lo tienes en la carta, así todo el mundo puede saber de el.
56€ precio final, nueve pases y un aperitivo, magnifica rcp.

Empezamos con un aperitivo de sopa de tomate fría, fresca y sabrosa, buen chorro de aceite y huevas, creo que de arranque.

Roastbeaf de jabalí con bearnesa, tenéis la descripción en mi anterior comentario, muy rico.

Cebolla asada con crema de pan y ajo y sal de queso , plato arriesgado , producto sencillo, pero ensamblaje perfecto , la sal , era queso muy finamente triturado , aunque no tanto como para acabar siendo polvo, mas bien forma de sal, queso curado, crema de ajo y la sencilla cebolla bien asada, sin excesos, jugosa, muy bien.

Huevo un poco más pasado que a baja temperatura, pero lo justo para mezclarlo bien con los caracoles sin cáscara y el rico chorizo, sabor y más sabor.

Zanahoria que envasan al vacío con aceite al comino y dejan dos horas y media a baja temperatura, el aceite muy suave, luego escabeche de conejo con el toque Luis Alberto, el escabeche caliente va emulsionando sobre la carne de conejo, así consiguen que el escabeche este bien conjuntado con la carne, dejan enfriar y esta de la leche y la textura de la zanahoria y su sabor no desentonan, al contrario.

Ahora tocaba legumbre, lentejas con pato, soberbias, como todas las legumbres que hacen en esta casa.

Antes, se me olvidaba, pedí fuera de menú y para mi unos puerros confitados, en frió con mostaza de dijon y americana y anchoa en salazón, tela de rico.

Seguimos con el menú, pichón de tierra de campos, en el anterior comentario ya explique porque es el único pichón que me gusta, no me repetiré, no se puede ir uno de esta casa sin probarlo, además te sacan unas patatas chips caseras, riquísimas.

Pechuga de paloma con un sabor muy rico, braseada y con sabor ahumado, la sacan con una hierba, romero, quizás, encendida, con lo que esta cojonuda, además rilette de paloma con trufa, creo que de verano, espectacular final antes de los quesos.

Cuatro tipos de queso, uno de cantagrullas, uno azul asturiano, por supuesto un zamorano y otro, creo que lo llamo circus, estilo camenbert, pero español, muy buenos, un poco de membrillo y para Ana, una crema de naranja con helado de chocolate, ya que no le gusta el queso.

Ultimo pase dulce, fresitas con frambuesa y yogurt-crema, una rica crema de fresas, cubierta de una mouse de yogurt y ricas frambuesas de adorno, buen remate al magnifico menú de esta casa.

Un café y un gin de millers , para beber durante la comida un tinto de arribes de la variedad Juan Garcia , Sin Blanca y para el pase de paloma un palo cortado Leonor de Gonzalez Byass , alargue otra copita para los quesos , perfecto , la bebida de la comida salio 28€ , pongo solo el precio del menú , ya que el resto depende de lo que cada uno beba y no soy yo un referente .

Uxue comió lentejas con pato, un pichón que insistí en que probase y que la encanto y una tarta de queso, super fina, cremosa y con rico sabor a queso, 25€, muy bien, quizás la comida mas rica y sabrosa de la que ha disfrutado en un restaurante, así lo cree ella.

Conclusión, la nueva era del Lera, aúna la sabiduría de Don Cecilio, con la buena educación gastronomica que le ha dado a Luis Alberto, su hijo.

Encontramos las elaboraciones tan sabrosas de siempre con varios entrantes en lo que el hijo le ha dado su impronta, pero partiendo y finalizando en la cocina que el Lera o mas bien el mesón labrador ha tenido a bien darnos a conocer a todos los que disfrutamos de la gastronomía, local lleno, servicio profesional, Ramon siempre atento y su compañera que ya vienen del otro local son de la casa, están pendiente de acoplar a alguna persona mas si no entendí mal.

Si que el servicio andaba un poco justo este día con el local a tope, y si encontré la cocina de Luis Alberto, algo más contenida que el verano pasado, al final, la gente de la zona también demanda ciertas elaboraciones , pero aun así , insisto es otra Era , diferente a la del Mesón .

La carta de vinos mejorando, tienen alguna cosa fuera de carta, en tintos mucho mejor, le falta darle una vuelta a los blancos y añadir algún tinto mas, pero están en ello, sin duda mi favorito de esta castilla.

Aquí hay que soplar cuchara; hay legumbres. Han muerto animalitos para alimentarnos y han intervenido armas de fuego. Poca broma y buena cocina.
Menú de caza.
Jabalí, ciervo, pichón, liebre, codorniz, conejo, pato, más liebre, más pichón, perdiz, más jabalí, corzo, más pato y faisán.
Hay croquetas, escabeche (una deliciosidad absoluta), lentejas, alubias, guisos. ¿Cuánto tiempo hace que en un restaurante no tenéis que soplar lo que comeis, la cuchara? ¿Cuánto que no mojais pan y os conteneis porque como sigais igual no llegais al final del menú?
También hay postre, también. No sea que os vayais quedando con hambre a estas alturas.
Buen servicio de vino. La carta me plantea algún problema, pero el problema es mío. Tiene un buen y amplio surtido de vinos de la tierra. Y hete ahí mi problema, ya que no van mis gustos vínicos por esos derroteros. Aun así, algo de vino hubo. Ardeche de Latour, un rosado de la Sierra de Francia cuyo nombre no recuerdo (aunque era bien agradable), y Liberalia Crianza (ya un pelín alto para mi umbral tolerable de xilofagia).
Un servicio agradable, cercano y cálido termina de cuadrar el asunto en un lugar en que se come de pelotas.
El asunto de pagar va de 64 EUR el menú (incluido IVA, incluido pan, incluido cubierto. ¡No es tan dificil señores hosteleros!). Y 10 EUR adicionales por el bebercio narrado, junto a un litro de agua embotellada y un café con hielo.

Espero que no se lo tome nadie a mal , pero me parecía imprescindible dejar atrás todo lo relacionado con El Mesón labrador, todo menos la cocina que allí se hacia y por supuesto al gran Cecilio, a excepción de esto, el resto no es lo mismo y aunque la cocina del Mesón sea la fuerte base en la que Alberto a cimentado su nueva propuesta, ya estamos hablando de otro sitio, de otra cocina, mucho mas gastronomica y de otras metas mas altas , mirando a las estrellas , así que permítanme la licencia .

Mi primera visita en el nuevo local, aunque no la primera vez que pruebo la cocina de los Lera, aunque ahora si que se puede decir que el timón lo lleva Alberto y por supuesto Cecilio sigue al pie del cañón, hablando de toros y política, para mí es una figura imprescindible en esta casa.

El nuevo restaurante esta en el hotel que ya tenia la familia, mas apartado del centro del pueblo, el antiguo local esta cerrado.

Entorno mucho más gastronomico , a ver, me refiero a que no hay barra, no es el ambiente del mesón, por supuesto en lo importante de la gastronomia, que es la cocina, ambos locales mantienen paralelismos.

Primera diferencia hay un menú degustación, por 49€ iva incluido , además la decoración y el ambiente es mas cuidado, claro es nuevo, eso si mantiene el numero de comensales.

Empezamos con un aperitivo, sopa de tomate, o más bien, salmorejo de tierra de campos, muy fresco y sabroso.

Como le comentamos a Jose luis , el jefe de sala , de toda la vida , queríamos platos frescos , al menos al principio y seguimos con una hoja de lechuga , que guardaba en su interior arenque marinado , cebolla , lentejas y la genial mayonesa de comino , se enrolla y con las manos a disfrutar , muy sabroso , me recordó a esos platos asiáticos , estilo street food , eso si por lo fresco de la combinación , ya que no había ningún condimento asiático .

Seguimos con otro plato con mucho sabor y que entra bien, lomo de jabalí, que ahuman ellos, lo cortan en rosbif, y rallan una bearnesa que previamente han congelado, cebolla roja encurtida y mora, potente de sabor, genial.

Bonito en escabeche , aceitunas negras , cebolla , pimiento rojo , cogollo de Tudela ,endibia y de nuevo ricos germinados , a primera vista parecía seco , a veces no te puedes fiar de lo que ves , espectacular , saborazo , jugoso , nos encanto .

Crema de trufa de italiana, huevo a baja temperatura, quizás un pelin hecho, y trufa de verano rayada, sabroso y el sabor y el olor a trufa, hacen muy perdonable la cocción del huevo.

Alubias con liebre, imperdonable no probar las legumbres que hacen aquí, sea la época del año que sea, como siempre un lujo.

Mollejas de ternera a la zamorana, con pimentón y gamba blanca de Huelva, la combinación no estaba nada mal, el rico sabor de la gamba agrada junto con la molleja.

Y como ultimo plato salado del menú “PICHON”, si lo escribo en mayúsculas, ya sabéis que a mi no me gusta, pero como en esta casa no tienes escrito el menú y va un poco en función del día y su producto, pues tuve la fortuna de no poder cambiarlo como suelo hacer.

Para empezar a mi no me va el pichón, porque me sabe a hígado y eso es por el sangrado de la mayoría de los pichones, sin embargo en tierra de campos los pichones tienen menos tiempo y es típico comerlos con esta receta de la zona, cocidos y con un toque de vinagre, por supuesto no tenia el sabor ferrico ya que no tienen tanta sangre en la carne , por la edad , por lo que estaba delicioso , la carne se separaba del hueso con un soplido , sabroso y delicado sabor , todo un descubrimiento y pensar que toda la vida he veraneado en tierra de campos y que la familia a tenido palomares , bueno , luego hay que saber hacerlos tan bien , claro .

Aquí Jose Luis, nos pregunto que tal íbamos y claro yo todavía podía probar otra exquisitez salada, así que cuando me nombro el rabo de toro, no lo dude, riquísimo, tanto el rabo de toro como el bonito lo tienen durante horas en agua con hielo para desangrarlo y eso se nota en el aspecto y en lo suave del sabor, dos grandes platos.

De postre un rico trocito de tarta de queso, muy rica y helado de leche de oveja, para Ana un postre a base de manzana, helado, crema, espuma y rica manzana caramelizada.

Para beber un rico blanco portugués, que no estaba en la carta, Vidigueira, Grande escolha 2014, me gusto mucho, 25€, eso si la carta de blanco muy pobre, sin embargo en tintos muchísimos, lógico por el tipo de cocina , en sitios de pescado y marisco, suele ser al revés.

Resumiendo una muy grata velada, Alberto saliendo a las mesas, yo no le conocía, muy agradable.
Cocina de sabor, guisos, estofados , escabeches , como siempre , pero notamos diferencia , los entrantes mas creativos , la vajilla mas moderna , el entorno , como he dicho ya , mas gastronomico y Alberto Lera mas volcado que nunca en su proyecto , creo , desde la ignorancia , que esto va para estrella , ya la tubo y se la esta ganando de nuevo .

Posdata , a los quince días me pase con mi hermano de nuevo a comer y la cosa fue tan bien como esta velada que he relatado , probé otros platos de la carta y muy bien , creatividad en los aperitivos y entrantes y sobre todo y por encima de todo SABOR.

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