Yo me acuso.

De preferir las magdalenas y los sobaos (y valencianas y...) y de girar la cabeza ante muffins y cupcakes.

De preferir los picatostes frente a los cereales con leche en el desayuno.

De que me gustan las cosas que pican, las dulces (que no dulzonas), las acidas, las sabrosas (que no saladas) y las amargas, frente a las anodinas todomesabeigual.

De que prefiero las carnes con hueso, los pescados con espinas y el tocino aun con pelos (porque me decía mi abuela desde pequeño que quien repara en pelos no lo cata) antes que todas esas piezas veneradas por la Generación Solomillo; frente a todo tipo de suprema de carne o pescado que se ha olvidado de que alguna vez lo fue.

De preferir comprar el perejil en la parada del mercado (¡porque nada se regala!) a comprarlo en un supermercado dentro de un tubo de ensayo.

De preferir las albóndigas y los filetes rusos en salsas caseras y de tomate frente a la oleada de hamburguesas gourmet que arrecia.

De preferir una Mahou con berenjenas (de Almagro) embuchadas frente a lo que se les ocurra en un Gastro...algo.

De preferir comprar el pan en un horno de pan antes que en un lugar en el que dicen tener pan de horno.

De preferir limpiar la fuente del asado, la cacerola del rehogado y todos los demás archiperres, antes que el ¡bing! del microondas me avise de que tengo que sacar una "comida" prefabricada del mismo.

Me acuso de todo esto y de muchas más cosas que seguro olvido.

Saludos,

Jose