Re: Trucos para cuando no te siguen el ritmo
Ver mensaje de HerniEsa situación es complicada y exige de mucha comprensión por tu parte. La otra parte va a ver que tampoco te sigue y también se sentirá incómoda.
Al final, lo mejor es el respeto, vino por copas, pedirse la otra persona lo que quiera y tú lo que quieras. Ni obligar a la otra parte a comer y beber lo que no quiere ni en la cantidad que tú comerías, ni a ti a pasar hambre, no comer lo que quieres o no beber vino porque la otra parte no beba.
Si la compañía es coyuntural (comida de negocios, conocida reciente): cambia de compañía para la próxima comida (salvo que sea el negocio de tu vida y te salga rentable empresarialmente repetir la situación).
Si la compañía es un amigo: busca a tu amigo para otros menesteres más afines contigo (es decir, evita quedar con él para ir a comer a un restaurante).
Si la compañía es una amiga (porque uno está soltero, divorciado, etc), mejor cambia de amiga y de compañía para la próxima comida. Si eres amante del buen comer y beber y quieres compartirlo con alguien que lo valore, aún estás a tiempo de huir de alguien que no te sigue el ritmo.
Si la compañía es permanente (pareja sentimental), mal asunto. En eso no congeniáis, aunque supongo que ya lo sabrías desde que la conociste (aunque quizás cuando uno tiene 20 y pocos lo que menos le importa son los homenajes gastronómicos, el vino, si la chica te sigue el rollo restaurantero y toda esta parafernalia de gente de 30+)...
Si la compañía es permanente pero no es la pareja, sino un hermano, o un cuñado, tu suegro ó suegra, pues ajo y agua, a aguantar a la familia (tanto sanguínea como, sobre todo, la política)... el consuelo es que, con ciertos familiares, estas situaciones quizás no sean tan frecuentes como lo serían con tu pareja (con suerte, sólo te verás en estas comidas de compromiso, unas pocas veces al año).
Y no queda otra... bien mirado, ir a comer a un restaurante en plan "homenaje", es como invitar a alguien a acompañarte a un concierto de Música Clásica, a la Ópera, o al Teatro cuando ni lo aprecia ni le interesa lo más mínimo: su falta de interés, actitud apática (igual hasta se duerme), te harán no volver a contar más con él para este tipo de actividades.
En la victoria mereces beber champagne; ¡en la derrota lo necesitas! (Napoleón Bonaparte. 1769-1821)