Jo-er, qué notición! Cuidao, que aquí habla uno que los viene tomando en el

Jo-er, qué notición!

Cuidao, que aquí habla uno que los viene tomando en el lugar (para eso soy de zaragoza) desde los 14 años (o sea, 36 años ya). Bueno, pues os cuento la historia del local en cuestión:

Abrió sus puertas en el año 67 y allá por los principios de los 80' comencé a frecuentar el lugar, famoso a más no poder. Estaba ubicado en la calle Moneva (muy céntrica) en un cubículo que apenas cabían 50 pax. A su vez, el local tenía una ventanilla que daba a la calle en donde se hacían los encargos "para llevar". Saciaba el hambre, a la par que sobrevivía con las 2.000 pelas de paga semanales que me daba mi padre.

Ese olorcillo típico del lugar, con el acompañamiento de las papas bravas con las mismas salsas hicieron las delicias de mi primera juventud. Con el añadido de la institución de "La abuela", que era una señora mayor que era la única que tocaba la caja registradora y que, lógicamente, hace muchos años que falleció. Qué recuerdos!!

Por motivos -digamos- urbanísticos, en el año 2012 el local se trasladó a la calle 5 de marzo (también muy céntrica) y sigue funcionando a todo tren! Quien quiera ir no puede perderse la frase típica del lugar "friiiiiiia calamar", a la par que sacan bocadillos y raciones a toda hostia.

Y me preguntareis ¿merece la pena? Y os contesto: se debe ir, aunque sólo sea por curiosidad, por el ambiente y porque es un sitio limpio y barato. Dicho esto, vayamos con el intríngulis de la cuestión ¿tiene calidad el producto? ¿Qué tal las salsas?

Hombre, el precio de la ración simple de calamares es casi de saldo y el de las papas bravas, más aún, con lo cual os podeis imaginar el resto ... Lo cual no obsta para que, de vez en cuando, para solvenra una cena rápida en casa, vuelvo a ir (al menos una vez al año) Y ojo, que para el precio cumplen su papel, estando mejor, a mi juicio, las papas bravas -muy ricas-, que los calamares.

Eso sí, si vais os tomais la ración, no el bocadillo, pues el pan suele ser -lo ha sido siempre- un tanto gomoso.

Las salsas son cosa aparte: son dos. 1) la mayonesa brava, con un punto muy subido de ajo que echaría para atrás al mismísimo Drácula y 2) la salsa picante -basanda en el pimentón-, del que apenas ponen en cada ración unos pocos y leves toques, porque el picor es algo salvaje.

Evidentemente, ya os he dicho que no lo frecuento con la reiteración de mi juventud, pero el local siempre esta lleno e, insisto, las papas estan muy bien hechas... Mejores que el calamar. Y el precio es, para los que nos movemos por aquí, de chiste.

Y hasta aquí la historia del lugar, del que, de verdad, me siento orgulloso. El no animaros a ir sería una contradicción contra mis propios actos, con las advertencias antes hechas y que os repito: 1) mejor las papas; 2) adelante con el calamar; 3) precindid del bocadillo -siempre la ración-, 4) ojo con las salsas si el estómago esta delicado ... Y lo dicho fríiiiiiiiiiiia calamar".

Una institución y un reconocimiento del que, en fin, no puedo dejar de sentirme orgulloso como maño. Qué nostalgia!

Y para sitios más finos en mi ciudad, ya sabeis que estoy a vuestra disposición.

Un saludo.