Interesantes reflexiones sobre Bota, Botijo y Porrón

5 respuestas
    #1
    Josep_Gallego

    Interesantes reflexiones sobre Bota, Botijo y Porrón

    Igual no es un tema muy de vino pero me ha llamado la atención el artículo en el país sobre el tema que empieza a ser nostálgico. Hablar de como el Botijo con su mecanismo (calificado de simple) consigue bajar la temperatura del líquido que contiene, el sabor que tiene el vino en bota o porrón, tan diferentes... Parece que los tres elementos están destinados a desaparecer.  Siempre han tenido esa parte graciosa de cuando eres niño y acababas mojado e incluso manchado pero desde luego fueron mis primeros tragos de vino.

    ¿Cual ha sido vuestra experiencia con estos tres elementos tan tradicionales?

    #2
    Juansanroman
    en respuesta a Josep_Gallego

    Re: Interesantes reflexiones sobre Bota, Botijo y Porrón

    Ver mensaje de Josep_Gallego

    Nosotros llevábamos bota cuando íbamos de excursión por cerca del pueblo de mi madre, en Galicia. Pero debo reconocer que cualquier cosa que bebiese de la bota me sabía exactamente igual. Podría haber sido Coca-Cola en vez de vino que creo que me hubiese sabido a lo mismo: a bota de vino. Cuero, o lo que sea.

    Por eso creo que está llamado a desaparecer en cualquier cosa donde intervenga la calidad del contenido y no sea un tema de puro excursionismo.

    Eso sí, como dices lo más invariable es que acababas mojado y manchado. Mínimo, la cara; y con frecuencia la camisa e incluso el pantalón, para cabreo de mi madre. :))

    #5
    Abreunvinito

    Re: Interesantes reflexiones sobre Bota, Botijo y Porrón

    Lo de bota y porrón siempre me ha ido unido a mal vino, incluso el porrón a vino con gaseosa.

    Lo del botijo de pequeño, siempre me pareció un milagro notar como enfriaba el agua.

    Saludos

    #6
    Unnovato
    en respuesta a Josep_Gallego

    Re: Interesantes reflexiones sobre Bota, Botijo y Porrón

    Ver mensaje de Josep_Gallego

    Leí el artículo yo también. El tema social de estos envases me parece interesante. Pasarse el porrón en una mesa o la bota o el botijo en el campo tiene una componente de fraternidad muy bonita. Yo soy un nostálgico de estas cosas.

    En realidad en mi casa el porrón y la bota siguen vivos. Porrones tiene siempre mi padre dos en la nevera, uno con vino blanco y otro con vino tinto, ambos vinos muy muy sencillos. Es algo curioso, porque no los saca en las comidas, solo los usa para dar un trago de vez en cuando, y el vino se va oxidando y haciendo una especie de solera. Es rara la vez que no abro esa nevera y doy un traguito, y él supongo que igual. El porrón, usado bien (o sea, vaciado con cada uso) creo que no es un mal instrumento para beber vinos frescos, sencillos y sin pretensiones. Es obvio que con él te pierdes la fase olfativa, pero es que un porrón es para beber, no para catar.

    Bota tengo yo una que la uso para excursiones, desayunos de vendimia o poda, etc. La mía es de las de pez, y es verdad que deja siempre ese toque final a bota, pero las hay con recubrimiento interior de caucho que creo que no dan sabores.

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