Hay vinos y hay botellas

Bueno, yo, como humano, ni siquiera me sabe igual el café todos los días por la mañana hecho en la misma cafetera. Y seguro que algo tiene que ver lo que cené ayer, si me cepillé bien los dientes antes de acostarme, etc. La medicación también influye.
El tema está en si una botella está mejor que otra o si, por el contrario, una está buena y la otra se ha caído. El vino de hoy en día tiene unos niveles de SO2 que influyen mucho en su linealidad. La búsqueda de la naturalidad en los vinos provoca la magia que ha abierto este debate. En el caso de vinos muy viejos, su estabilidad biológica es tan acentuada que el oxígeno apenas les afecta durante el paso de varios días. Pero algunos de ellos pagan con la muerte el exceso de crianza y de SO2 en apenas 5 minutos, si es que el corcho no ha muerto antes.
Los nuevos alquimistas del vino son aquéllos que no sólo buscan en la viña sino que se alían con lo desconocido para evitar el uso de SO2 o de minimizarlo. A partir de aquí, la acidez volátil entra en juego como un matiz nuevo que hay que dejar actuar sin condenarla con prejuicios. Y entraremos en una nueva era de botellas y no de vinos ...