Los siete pecados de los restaurantes en el tratamiento del vino

Eso, los restaurantes tendrían que dar nota también al consumidor. Seguro que más de uno suspendía.

Un cliente, por su propio rol, siempre dentro de los parámetros de educación, corrección y buenas maneras, puede preguntar, puede pedir, dudar, equivocarse, pero no tiene que examinarse de nada: su único "examen" es comportarse adecuadamente en el local y, sobre todo, económico -> llevar dinero suficiente para pagar al final del condumio al hostelero por su trabajo.

En estos temas, por mucha rabia que pueda dar a veces ver a ciertos clientes dándoselas de saber mucho de vinos sin tener realmente NPI y yendo de snob y "eruditos" ante sus amigos/parejas (a mí me ha pasado como cliente en otra mesa ver a alguien pavonearse de "sus grandes conocimientos sobre vinos" delante de sus acompañantes y darme vergüenza ajena ver el "nivelón" del tipo), ... por parte del camarero/hostelero hay que ser muy cuidadoso y dejarse de frivolidades pues hablamos de servicio al cliente: el consumidor es el que siempre tiene la sartén por el mango porque es el que paga; hay una máxima en hostelería más vieja que la tos que es "El cliente siempre tiene la razón". A un cliente, no sólo se le puede perdonar ignorancia en vinos y en servicio de vino, sino que se puede permitir la licencia de no tener NPI pues, al fin y al cabo, "el que paga, manda". Es el hostelero el que debe aprender de vinos si pretende dar un buen servicio del vino, no el cliente. Para el cliente es facultativo aprender sobre vinos y servicio de vino si es aficionado al tema, pero nunca preceptivo ni vinculante pues, se entiende, él no vive de eso (aunque se pavonee de sus conocimientos).

En todo caso, el hostelero, con mucha calma y educación, si estima que algo que el cliente dice no es del todo correcto, puede rebatir, pero, como digo, con muchísimo tino y tacto en las formas porque, como haya el más mínimo malentendido o sentimiento por parte del cliente de que le estás dejando en mal lugar ante el resto de comensales, como no sea alguien humilde que acepte las correcciones de buen grado (que no suelen ser este tipo de "pavos reales" que comentaba), te estás jugando un cliente (y más de un cliente por el efecto "cadena" que puede causar el tener un encontronazo con un cliente de esta guisa).

Por supuesto, lo que comento es muy general. En muchos casos, el nivel de relación entre hostelero y cliente va a influir decisivamente en todo esto: si hablamos de cliente habitual o muy habitual y, hasta con cierto grado de amistad con el hostelero la cosa se relaja bastante más y entonces lo de los "exámenes" al cliente, aunque fuera una pantomima/broma, sí sería bastante más factible por parte del hostelero. Sin embargo, en estos casos, justamente es cuando menos problemas suele haber pues el restaurador, se entiende, ya conoce los gustos, preferencias y manías de ese cliente en concreto (qué tipo de vino le gusta al cliente, DOs, cómo le gusta que se lo sirvan, a qué temperatura, añadas preferidas, etc).

La carta on-line, de actualización en tiempo real y presentada en un pad es una solución, pero hasta el momento solo la he visto en dos sitios, Coque y Monvinic. El resto siguen con el clásico papel y ahí ya todo depende de un trabajo de actualización diaria que no siempre se hace. De todas formas yo creo que en tema servicio de vinos en restaurante se ha ido mejorando mucho y cada vez las cosas están mejor, bien cierto es que prácticamente solo acudo a restaurantes que sé de antemano que cuidan este aspecto, pero creo que se ha mejorado mucho.

Que le encomienden a la persona menos adecuada que me lo sirva.
Es verdad que coincido con algunos de los pecados citados, sobre todo con lo de las cartas sin actualizar, la temperatura inadecuada y las añadas cambiadas, y también que soy un poco quisquilloso en este asunto, pero una experiencia de este mismo viernes 14 me dejó ojiplático:
En un conocido y afamado (realmente bueno) restaurante de Alicante ciudad, al terminar pedí unas copas de algún vino dulce en lugar de postre. Conociendo los gustos de mi acompañante (y los míos), pregunté si tenían el que nos apetecía y ante la negativa y tras rechazar las dos propuestas iniciales que nos hicieron (Px y La Diva) nos decantamos por un Moscatel de Mendoza, con la mala suerte de que le encargaran al camarero mas cercano (a la sazón el bartender que se encargaba de los cócteles) que nos los sirviese. Realmente (supongo que sin conocer mas del asunto e intentando agradarnos) se lió a enfriarnos los catavinos con mini-hielos (la botella nueva venía a temperatura adecuada del conservador), después de abrir la botella nos lo pasó al medidor de acero de coctelería y después a la copa y, al comprobar que aquello quedaba ridículo en cantidad, las volvió a rellenar (esta vez directamente de la botella).
Pagué sin hacer comentarios (por eso de no quedar pretencioso) y me marché bastante estupefacto.
Una experiencia para vivirla y eso que la cena (y lo que bebimos) estuvo a muy buen nivel.

Vamos por parte a-na-lizando como nos gusta.

No proponer llevarse el sobrante.
Esto digamos que es quizás el pecado que más se cumple, a mi al menos nunca me lo han propuesto, si bien también es verdad que es raro-raro que me sobre. No es por beber es por respeto al elaborador.

Sugerencias sin ton
Norma habitual

Llenar las copas en exceso
raro, más bien en defecto se quedan cortos.

No preguntar quién lo cata
Norma habitual al que lo pide...

Abrir antes de mostrar
50%

Añada incorrecta
Como por norma siempre pregunto la añada -si no aparece reflejada en carta- y si aparece insisto en que sea esta o si disponen de otra, así voy sobre seguro. Pero algunos sueltan "será igual".

Una carta impresentable
Muchas y esta es la entrada para saber que van a pecar en el resto.

Me sigo quedando con los pecados de la imagen.
Salu2

7 pecados del vino

Pues a mí que suelo beber cava, lo que más me repatea es tener que pelearme con los camareros para que dejen la botella a mi alcance y no me la toquen.

Creo que todos en mayor o menor medida hemos tenido alguna experiencia de este tipo.

Personalmente lo que peor llevo, con diferencia, son esos minutos tras pedirlo y que vuelvan con las manos vacías diciendo que "de ese" no les queda, haces una segunda elección y te hacen una mueca con la cara previa al comentario tipo "voy a ver si de ese queda alguna...". Soy incapaz de entender esa situación.

Tengo un amigo que a veces se toma su tiempo para la elección, cuando lo hace, no puedo evitar preguntarle por qué tarda tanto y siempre me contesta: "...es que quiero tener preparada una segunda y una tercera opción porque la primera no va a ser posible...", y no falla el tío.