Es un eterno debate. Por un lado, clasificar y mejorar la trazabilidad ayuda a

Es un eterno debate. Por un lado, clasificar y mejorar la trazabilidad ayuda a poner en valor el vino de calidad, sobre todo porque dificulta la labor a los "pillos" que busvan solo cantidad y aprovecharse del tirón que da un nombre (póngase aquí Rioja, Cava, o el de cualquier DO). Por el otro, la delimitación muy estricta hace que algunos vinos de gran calidad queden fuera de las catergorías en teoría más altas por no cumplir algún requisito que puede ser banal. 

Yo creo que el vino es un producto también de bodega, y una de las herramientas con las que se cuenta en bodega, diría que muy utilizada tradicionalmente en Rioja, es el cupage. Contar con vinos diversos que se puedan complementar es un recurso interesante, y las categorizaciones a muy pequeña escala no permiten aprovecharlo. Se puede dar el caso, y estoy seguro de que se dará, de que un elaborador renuncie a hacer un vino mejor con un cupage solo para conseguir la etiqueta de vino de parcela/pueblo/ paraje.

En todo caso, doctores tiene la iglesia. Si los que entienden creen que les benficiará, adelante.