Hola, no sé si te refieres sólo a rosados o si también incluyes claretes. En mi

Hola, no sé si te refieres sólo a rosados o si también incluyes claretes. En mi caso, bebo habitualmente ambos aunque prefiero los segundos. Muchas veces, para tapear, la opción de tintos y blancos por copa me parece aburrida y escojo esta tercera vía cuando no quiero emborracharme ni saciarme demasiado pronto con las cervezas del principio. Los que merecen la pena son vinos frescos, vivos, fragantes, con cierta complejidad y cuerpo y que sobre todo nos dejan listos para cerrar con éxito la primera parte de cualquier momento gastronómico. En muchos bares rurales de toda España he bebido cosas locales, imperfectas en el buen sentido de la palabra, con poso y de trago largo. ¿Preferencias? Muchas. Muga, Fariña, Chivite, Burro Loco, Honorio Rubio, Redoma de Niepoort, Terre Nere, Miraval, Chidaine, el delicioso Rosenda de la Sombra de Stony Hill o el desaparecido Tondonia. 

Un producto bien hecho y de calidad encuentra su público. Yo apuesto porque este tipo de elaboraciones irá a más.