Estoy contigo en que son un tipo de vino que maridan con muchos platos, sin

Estoy contigo en que son un tipo de vino que maridan con muchos platos, sin embargo apenas se beben. Ahora hay un repunte en su consumo y si los sabes presentar, al final a la gente les gusta. Pero tienen una mochila muy pesada y no encuentran hueco.

Hace dos semanas hice una cata de rosados, empezamos por Artazuri, un rosado navarro fresco y vivo, con longitud, perfecto con un arroz caldoso con pollo y rebollones. Seguimos con Arzuaga Rosae se mostro delicado, fresco, algo fragante, es perfecto como copa de bienvenida, con sushi, verduras a la plancha. En la misma línea fue el Flor de Muga se insinúa, hay contenido pero vas al encuentro, con unos raviolis con nata se complementan divinamente. Ahora le toca a Tombú, claro y directo, peso frutal, con contenido, goloso, bien definido, con carácter. Se mueve en más espacios, pasta y arroces, con embutido fresco y longanizas a la barbacoa. Pago del Vicario, en su línea de alma tinta, muy agradable, valiente, con unas chuletitas de cordero al sarmiento, espectacular. Su acidez da frescura y limpia la grasa sin pesadez y el puntito tánico, lo eleva. El final fue para Alma de Tobia, es otro concepto y si bien la crianza en madera es muy respetuosa se nota y dota al vino de una complejidad muy singular, se agarra en la boca, lo paladeas, con una tosta de crema de anchoas y champiñones es un sueño que no quieres que se acabe. En fin lo dicho, que va con todo, con la cocina asiática, picantes, ahora solo falta que la gente se anime, un saludo.