La nostalgia, que a veces todo lo invade...incluso, querida Mara, nostalgia

La nostalgia, que a veces todo lo invade...incluso, querida Mara, nostalgia para volver a escribir y debatir en hilos tan interesantes, sinceramente, como éste.
Me gusta, porque intentamos tod@s hacer una regresión al pasado.
Si tuviera que hacer ejercicio de recuerdos enológicos, creo que llegaría cuando con 12-13 años, veía a mi padre guardar botellas de vino en una de las habitaciones interiores más frescas de la casa en la que ahora vivimos. Colocadas tumbadas, en botelleros de aquellos que se van montando de plástico; eso sí, con el acierto, repito, de elegir una sala fresca (no muy grande), sin luz directa y con pocos altibajos de temperatura durante todo el año.
Eso sería mis primeros recuerdos relacionados con el vino. Recuerdo que, espumosos de mi tierra aparte, a mi padre gustaba del clasicismo (y por qué no decirlo, del tipismo) de La Rioja: mayormente toda la "saga" de Faustinos que inundaba la estancia; algún Marqués de Cáceres y algún Riscal también. En blancos, pues lo típico de esa época por esos lares: Blanc Pescador, cosas de la casa Torres...y algunas cosas que se me presentan difusas en la memoria.

En lo personal, creo que mis primeras botellas de adquisición propia (y a veces para guarda!!!) fueron del Coto y/o Coto de Imaz, amén de más Riojas que muchos ya reconoceríamos. Luego, fue abriendo el espectro, y tocaba ya Riberas, Penedés y alguna D.O. más que no definiría.
Creo que todos hemos pasado en muchos momentos por el "tintocentrismo", la "Riojitis" y los blancos "amables y frescos" casi sin alma.

Verdaderamente, mis primeros amores enológicos llegarían cuando en mis múltiples viajes veraniegos por Tarragona, dí con mis huesos en el Priorat. Qué tierra...y qué vinos!!
Comencé a lo grande. El primer Priorat que bebí fué un CLOS MARTINET del 98.
...Y ya nada volvería a ser igual. El mundo del vino estaba dentro de mí...
Gracias entre otros grandes de este mundo, como el señor Pérez (no Raúl, porque a éste aún le quedan muchos kms para llegar, si no José Luis Pérez), al que ya en la región le llamaban El Mago.

Las emociones continuarían cuando me compré mi primer Clos Mogador (aún recuerdo el respeto, la ilusión de niño y los nervios de tener la botella en mis manos). Por cierto, la mejor puntuación (si no pierdo la memoria) que he dado a un vino en "mi" Verema. Aunque esto sólo sea para mayor gusto y placer mío...
Luego vendrían, años más tarde, la oprtunidad de conocer y dialogar con René Barbier. Todavía sonrío al recordar cuando lo tuve delante, la sensación exactamente igual de la que hubiera tenido al conocer y hablar con, pongamos, Manolo García, Dave Gahan (Depeche Mode) o Lenny Kravitz.

En fín, debo decir que este hilo por momentos, "casi" me devuelve a la inocencia del que abre por primera vez una nota de cata, comenta un vino delante de gente que le escucha con interés o, sencillamente es capaz de emocionarse cuando por su paladar pasa algo como el Placer en forma de líquido.

Me puse ciertamente nostálgico, querida Mara.
Me repito: qué bonito hilo éste...