Cambio climático y portainjertos

Buenas,

Este año, los que tenemos contacto directo con el campo nos estamos viniendo en carne propia los efectos del cambio climático. La adaptación de la viticultura a ese cambio es un tema muy recurrente en los estudios académicos en los últimos años, y se ha puesto mucho énfasis en las variedades y en los clones: seleccionar clones que tiendan a dar menos grado o que maduren más tarde, recuperar variedades con esas características, etc.

Pero leía (o escuchaba) hace un tiempo a un experto que explicaba que veía en los portainjertos una herramienta potencial muy buena para adaptarse al aumento de las temperaturas y las sequías. Sus argumentos (que recuerde) eran 3:

Primero, que la investigación en portainjertos estaba prácticamente parada, y que la época en la que se desarrollaron los principales portainjertos actuales lo que primaba era la capacidad de producción, cuando hoy en día se tiende más a la calidad. Además, la mayoría de los investigadores pretéritos en el campo de los portainjertos eran de países en los que la sequía y el calor nunca había sido un problema, y por lo tanto se había evaluado poco la adaptación a esos problemas

Segundo, que las herramientas de análisis genéticos actuales permiten identificar mucho más fácilmente las plantas según la característica buscada.

Y tercero, y ese fue el que más me sorprendió, es que cuando en el siglo XIX se empezó a buscar desesperadamente portainjertos que resistieran la filoxera, todas las investigaciones se basaron en el cruce e hibridación de un número muy reducido de plantas de las distintas especies de vitis traídas de América, con lo que se había descartado a priori toda la diversidad genética que existe en la naturaleza dentro de esa misma especie. Decía, además, que la investigación había nacido sesgada, porque los investigadores recolectaron plantas de las zonas más fácilmente accesibles, sobre todo de los valles, y habían descartado plantas de las zonas más escarpadas y áridas, que serían las que tendrían más capacidad de adaptación a la sequía.

Bueno, pues parece que algo se está moviendo en el campo de los portainjertos. Ayer leía esta noticia: https://winenews.it/en/m-rootstocks-are-the-answer-to-water-stress-and-this-summers-extreme-temperatures_474803/

Parece que la Universidad de Milan lleva años investigando con una familia de nuevos portainjertos, y 2 de ellos están respondiendo muy bien este año. Se busca básicamente que las plantas sean capaces no solo de no colapsar, sino de mantener la capacidad fotosintética en condiciones de estrés hídrico y térmico. La noticia dice que han demostrado que mantienen una actividad entre un 20 y un 35% mayor que los portainjertos “tradicionales”. Habría que ver con cuáles se han comparado, porque en Italia hay mucho viñedo en zonas frescas y en fondos de valles, y los portainjertos más habituales creo que no son los típicos con Vitis Rupestris como en España.

En todo caso, es un campo al que creo que hay que estar atento. Seguramente no será la panacea, pero creo que puede ser un elemento clave en la adaptación, que combinado con los ya “clásicos” cambios de variedades, etc puede dar la solución.

¿Qué pensáis del tema?