Muy al hilo de esto hay una anécdota que me contaron en una empresa de vinos en

Muy al hilo de esto hay una anécdota que me contaron en una empresa de vinos en la que yo trabajaba. Era un grupo que tenía varias bodegas, con perfiles de vinos diferentes desde tetrabrick hasta vinos de calidad con puntajes elevados.

Un día hubo un problema en la producción de un lote de vinos de calidad tipo crianza, no fue un problema con el vino sino con el packaging, y se dio en la parte de embotellado en un momento en el que no se podía dar marcha atrás, así que para no perderla se optó por sacarlo y meter ese vino en lugar del de tetrabrick, siendo el valor del crianza 5-6 veces superior. Suponían que al dar un vino mucho mejor al mismo precio, alguien notaría el cambio pero nadie se quejaría. Gran error. Dicen que la semana que se comercializó ese lote tuvieron una saturación en los teléfonos de atención al cliente descomunal, con llamadas de gente protestando porque habían cambiado el sabor de su vino que ahora era mucho peor...

Así que lo de los gustos y las catas poco tiene que ver con el precio y mucho con la sensación del consumidor, entorno, marketing... lo importante es saber disfrutar del producto.