Mauro 2008
Mauro 2008
FICHA TÉCNICA
Bodega
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Graduación (vol):
14,00%
Varietales:
Tempranillo 86% Syrah 14%
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 20 a 29,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
7.99
/
90
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
5,0
ELABORACIÓN
16 meses de crianza en roble francés y americano de distintas edades. Embotellado en junio de 2010
OTROS VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA
VER MÁS
Opiniones de Mauro
OPINIONES
18

Tan exuberante como para acercarse a lo insípido y dejarte indiferente. Picotas y arandanos y vegetales frescos con mucho toque tánico, pesado y desencantador.

...Y es que era mi primer Mauro.
El Sábado pasado un servidor, después de tanto tiempo de cavilar en cuanto a la idea de qué Mauro de Mariano García elegir, acabé en una de las vinotecas de mi ciudad y compré este 2008. No sé bien porqué razón (difícil el encontrar el alabado 2005 a estas alturas ya), que me decanté por este 2008. Y lo mejor es que, sin quererlo, hubiera podido comprar una "minivertical" a base de este 2008 y unas botellas de 2006 y 2007 que quedaban por allí.
La cuestión es que tantas ilusiones hacen que uno corra el riesgo de acabar descolocado a veces o, incluso, no colmar las expectativas creadas entorno a este tinto.
Decantado, casi sin quererlo, una media hora antes de su consumo, sirvió de acompañamiento en una cena de amiguetes, junto a otros vinos.
Picota de capa media-alta y ribete morado.
La marca se presenta abundante y marcada en la copa.
La nariz se presume delicada; mucho. Y no sé si esto fue una percepción buena o una tara quizás.
Excesivas sensaciones húmedas al principio. Tierra húmeda; hojarasca. Suscribo lo que comentan los Ibor. Necesita bastante tiempo para "limpiar" esa nariz tan ensuciada.
No obstante, en mi opinión ( vuelvo a decir otra vez que es mi primer Mauro y no puedo por ello compararlo con otros Mauro), parece este vino (incluso lo notaré en boca) muy evolucionado para ser de esta añada.
Después de estas primeras sensaciones digamos, no muy placenteras, asoman la fruta muy madura, algunas especias y detalles de la madera, de nuevo algo humedecida.
Al final, la boca: ésta se muestra dócil, frutal; con un tanino moderado, domado y con un recorrido y una acidez que tampoco son para tirar cohetes.
Por supuesto, que no será mi último Mauro. No quiero quedarme así. Y como siempre se dice, valorar la añada de un vino con una botella de tan sólo 70cl. (si acaso hubiera salido nok), no sería de justicia.
Aún así, que me perdonen, pero creo no me va a llenar este vino como lo hacen en su momento un buen Aalto o un San Román; quizás más regulares en cuanto añadas.
Pero volveré...

Rojo violaceo con ribete cardenal, capa media/alta y lagrima casi transparente.

Nariz a fruta muy madura y especiada (clavo).

En boca entra suave y el paso va llenándose de sabor a cítricos, chocolate negro, madera presente en grado justo, taninos muy suaves, leve puntito carbónico (es lo que le sobra) y posgusto larguísimo y con recuerdos a regaliz.

VISUAL: Capa alta, de color picota con borde violaceo. Con presencia de lágrima.
OLFATIVA: Intensidad inicial media. Inicialmente sorprende porque se muestra muy cerrado, aromas incluso desagradables. Debemos darle un tiempo para que se vaya expresando, y así es, lo hace, muestra una fruta madura con un fondo de maderas nobles y elegantes, toques especiados. La carga de fruta es muy interesante en todo momento, evoluciona bien, con complejidad aromática, notas vegetales, tostados, cacao, vainilla, café, chocolate, nariz amplia y compleja. Tras un buen rato en la copa encontramos frescura de la fruta en gran cantidad además de recuerdos balsámicos y una nariz muy compleja y agradable.
GUSTATIVA: Ataque potente, con buen peso, goloso, redondo y muy elegante. Tiene un buen recorrido, de taninos redondos, y con final dulce y goloso.

No debería haberlo abierto tan pronto, pero tenía muchas ganas de ver como estaba este 2008 y compararlo con todos sus antecesores.

Decantado durante 1 hora.

Color picota con ribete rubí, capa media y lágrima de caída lenta.
De intesidad media, aparece básicamente fruta roja no muy madura y algunos recuerdos herbáceos.
En boca se muestra duro, algo de esperar dada su juventud, se confirma la fruta roja de la nariz y poca cosa más. Alcohol muy marcado, sin astringencia, postgusto más bien corto.

Aun siendo un vino bastante joven y que tiene que evolucionar, es el peor de todos los Mauro que he probado.

Intenso color picota oscuro, con capa media-alta y ribete violáceo. Limpio y brillante.
Nariz de intensidad media, especialmente frutal. Por detrás de las frutas del bosque aparecen algunas notas lácteas (yogurt) y balsámicas (regaliz).
Al igual que en nariz, en boca necesita más tiempo para mostrar complejidad. Tiene buena estructura, pero no está hecho todavía. Inicio frutal, paso equilibrado y final carnoso.
Hay que esperar a que crezca en botella, así que no le doy puntuación.

Desde que abres la botella hasta que la acabas, tienes la sensación de estar en otro mundo, en un mundo que reina una perfecta sinfonía de aromas y sabores, donde se mezcla cerebro y corazón, razón y sentimientos…

Presenta un brillante rojo picota de intensidad media-alta. Muy glicérico, con una fina lágrima que se desliza lentamente, tiñendo sutilmente la copa.

En nariz es un vino fragante y estructurado, presenta un intenso aroma a frutos del bosque: frambuesas, grosellas, moras; acompañado de toques balsámicos y unas notas de cacao, que te invita constantemente a que metas la nariz en la copa, una vez y otra vez, y otra vez más…

Cuando entra en boca, te envuelve, como si fuera terciopelo, invade todo el paladar, acariciándolo. Presenta una frescura elocuente, y es sabroso y carnoso a la vez. Posee un gran cuerpo, que te abruma, pero a la vez resulta amable. Sigue la deliciosa fruta presente en boca con unos taninos perfectamente integrados, un fino tostado y un punto a especias. De final largo y persistente. No te cansas de beberlo, es más, necesitas seguir deleitándote con su elegancia y equilibrio. Tiene la finura del roble francés y la vigorosidad del roble americano, resultando intenso, fluido, elegante y sedoso.

Desde la primera gota hasta la última, este caldo resultó un “regalo” para los sentidos…

Gracias con el corazón, desde mi cerebro….

No pensaba tomarlo tan pronto, ya que supuse estaría muy joven.
Color rojo picota de intensidad media.
En nariz no se nota apenas la madera, algo que me gusta, pero se deja ver un olor a fruta, macerada, no bien madura, más bien a confitura. La intensidad es media, una vez abierto, se descubren ciertas notas a cacao. Me surge un aroma a líquido de aceitunas. Guindas en aguardiente.
En boca lo encuentro falto de estructura, goloso y con buena acidez, pero sin nervio ni particular personalidad.
A pesar de la acidez, le falta frescura. No tiene especial astringencia, ni marcados verdores. En la mitad de la boca queda desvanecido, en el post-gusto se marcan alcohol y acidez. Por cierto, no creo que tenga tan alcohol como añada anteriores.
Siempre he sido un seguidor de la marca; el equilibrio ha sido una patente en la compañía. En este caso, creo que el desequilibrio es la fundamental característica.
Quizás sea temprana la cata. Sin duda le voy a dar otra oportunidad, pero esto no tiene pinta de mejorar.
Quizás la añada no ayudara nada en la zona. Quizás el exceso de humedad al que no están acostubrados, emborronara la calidad del terreno.
Una pequeña decepción. Lo siento.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar