Amarillo anaranjado con ribete dorado y lágrima densa. Limpio y brillante.
Nariz golosa y cambiante con flores (azahar y jazmín), manzana verde, pomelo rosa, menta y miel.
En boca tiene su fuerte. Cálido en la entrada, muestra un magnífico equilibrio entre dulzor y acidez, dejando en boca y en retronasal un recuerdo muy largo a las mismas cosas que se presentaban en nariz. Muy buen vino.

Eso es lo que le he notado a esta añada respecto a otras como por ejemplo la maravillosa 2003, una buena dosis de acidez extra que te haga active las glandulas salivares sin parar.

El color permanece constante, poco o nada ha variado, la nariz pues presenta notas amieladas, piel de naranja, flores blancas, piña dulce, melocotón en almíbar y orejones de albaricoques, marcado toque de la podredumbre.

En boca el vino es amplio y voluminoso, con una persistencia excelente y longitud elevada, el ataque es fuerte pero te seduce lo amable del vino por la dosis de azúcares y glicerina que posee, le echo en falta más acidez para ser maravilloso.

Pensaba que no iba a evolucionar a mejor pero me ha sorprendido gratamente.

Lo pagué a 26 Euros.

Una delicia, uno de los mejores dulces españoles. Es de color amarillo dorado, en nariz hay que darle un poco de aire, en principio esta un poco cerrado, pero luego es impresionante, en primer lugar salen notas de madera fina,luego amielados, frutos secos,fruta de hueso( melocoton), tambien salen citricos.
En boca es intenso, como llena la boca, fresco, con la acidez algo justa, da notas herbaceas y de frutas blancas, el final es largo con notas amieladas,para nada empalagoso.

Es evidente que para mi gusto es junto con los dos de gama alta de Ordoñez el mejor blanco proviniente de "podredumbre noble", pero aún nos queda mucho para llegar a ser del nivel de los Sauternes, Riesling y Tokaji.

En vista se nos presenta de color amarillo dorado, lágrima densa y sostenida, limpio y muy brillante.

En nariz es potente, se presentan aromas a miel, algo tostado que no había apreciado en otras añadas, notas cítricas, flores blancas y un marcado acento a botrytis, ya en nariz aparece bastante goloso que nos lo confirmó en boca.

En boca entra con potencia, es untuoso, acidez justa para mi gusto, lo que lo hace marcadamente goloso, buena persistencia y no menos buena su longitud.

Vino rico y fácil con el que se puede disfrutar, pero he echado de menos la acidez de otras añadas.