De color dorado pálido y bastante brillante este blanco borgoñón presenta una nariz seductora, que comienza con una sutil reducción para dar paso a algo de mantequilla, ligeros matices avainillados, fruta blanca en sazón, algo de corteza de limón confitada, toques de frutos secos y una seductora mineralidad. En boca tiene buen ataque, sensación de materia, de nuevo ese atractivo deje mineral, paso algo cremoso, con sensaciones cítricas, largo y con notable profundidad. Sin duda está todavía en pleno proceso evolutivo pero ya da mucho placer...

Dorado limpio y brillante.
Nariz con buena intensidad y cierta complejidad, que nos muestra la elegancia y profunda mineralidad de un buen Puligny. Toques cítricos, minerales y herbáceos. Aparecen las frutas blancas maduras y los recuerdos de frutos secos, además de trazas ahumadas y balsámicas. Muy elegante.
En boca es deliciosamente armónico, tiene una excelente acidez y un mejor balance, mostrando frescura y peso, dejando una profunda huella frutal, cítrica y mineral con el cierto deje ahumado final de una madera perfectamente integrada pero que todavía denota la juventud del vino. Buena persistencia.
Nos encontramos ante un excelente Puligny “Villages” que nos muestra el gran nivel de este joven productor, lo buena añada que es la 2010 en la zona y lo que debe ser un vino de esta AOC, quizá el tipo estilístico ideal de los blancos borgoñones. Altamente recomendable por unos 35 euros.

Amarillo palido, sin reflejos.Limpio y brillante.
Nariz alta con tostados, mantequilla, frutas blancas maduras, flores , brioche y un suave fondo mineral
Paso por boca cremoso , buena acidez, sabor potente con excelente fijación en las papilas. Entra directo , al fondo y se fija para luego expandirse en lateral.
Postgusto largo. Vino para disfrutar