Ni una arruga respecto a mi valoración anterior. Parece un vino estanco. Porque la nariz así la tiene. Es potente y corto, con excesivos tostados, muy mineral, el mismo regaliz y con ese mismo toque de cola y laurel. Voluminoso, concentrado, fruta negra a mansalva y café final, tanino arenoso, maduro. Más que para comer, se te come. Vino para cata.

Vino tinto de Bodegas Cueva Jiménez de la Denominación de Origen de Ribera del Duero, elaborado 100% Tempranillo, con un envejecimiento de quince meses en barrica nuevas francés y americano, con 14 vol., visualmente un vino del color cereza intenso, de capa alta, con lagrima densa, en nariz abundante fruta roja y negra, como a cereza y regaliz, con cierta mineralizad,y con toques a chocolate y cuero, en boca potente, sabroso y con personalidad, marcando taninos, con una buen acidez, bastante mineral, un postgusto largo a fruta y con cierta astringencia, en definitiva un vino con ENTIDAD

Perfecto el color de la sigla, tanto por el color, como por el concepto del vino.

Color picota de borde estrecho, granate con tono ferroso, lágrima fina que queda suspendida.

De aroma no anda muy intenso, su aireación es fundamental. Pero aún así, es como si te lo diera todo en un palmo de terreno. El balsámico necesita salir, porque le precede una mora negra en licor, puromoro (regaliz negro), y notas de pizarra. Siempre, con una envoltura como de bebida de cola que junto al balsámico, le ayuda a no caer en la "oscuridad".

En boca se comporta parecido, es concentrado, tiene cuerpo, cremoso, con apuntes de crema irlandesa, su tanino es maduro, pero aún así, acaba dejando cierta sequedad final.

Hay veces que con estos vinos me acaba faltando el aire. Han sido dos botellas practicamente siguidas, y en esta segunda que le he dado aireación (más de una hora sin decantar), ha ido mejor la cosa. Algo corto en nariz. Habrá seguimiento.

Vino color picota madura con ribete rojo, capa media alta, limpio, brillante y lágrima densa y tintada.
En nariz con buena intensidad, fruta sobremadurada, con toque licoroso y ciruelas, con evolución hacia un suave monte bajo muy elegante, fruta negra en sazón y caramelo de café.
El paso por boca, suave, calido, untuoso, glicerido, a la vez que afrutado, potente, amplio, expresivo, bien defindio, buena acidez equilibrado y un tanino maduro y a terciopelado.
Retronasal, afrutda, fruta negra.
Posgusto, muy largo y bueno.

Color cereza oscuro.
Aroma de mediana intensidad a frutos rojos y negros muy maduros, flores, especias dulces, balsámicos, toques licorosos y lácteos.
En boca es potente, el paso de boca tiene aún poco equilibrio, hay cierta complejidad y estructura, los taninos rasposos, el retronasal con especias, balsámicos y frutos, el final no es largo, pero tiene persistencia.
Durante el paso de boca, la lengua queda muy mal parada, como si le hubiese pasado un estropajo, o sea señal de sequedad rasposa.
La nariz muy notable, no se si este "defecto" en la boca, se le corregirá con el tiempo en botella, pero lo dudo, ya que el vino tiene 6 años. También puede ser que sea problema de esta botella.

Poesía que se beba, así define sus creaciones la bodega Cuevas Jimenez – Ferratus, donde Maria Luisa nos contagió su entusiasmo por hacer vinos que expresen su filosofía, vinos que cada añada muestran mayor capacidad de guarda.

En el stand dispusimos cuatro copas con las dos añadas de Ferratus 2006 y 2007 y Ferratus Sensaciones 2006 y 2007, mostrando la añada 2006 un vino con mayor madurez de fruta, más contundente en contraposición de mostrar más finura su añada 2007 que hará mucho ruido.

Cata realizada en el Salón de los mejores vinos de España Guía Peñín 2012. Artículo con la cata de todos los vinos en http://www.taninotanino.es/posts/partitura-iii-del-salon-de-los-mejores-vinos-de-espana-guia-penin-2012