Vuelvo a probar este gran vino de Cote De Beaune que va evolucionando fantásticamente y que incluso necesita unas cuantas horas para gozar de su frescura. Al final de la comida con unas chuletas de cordero había evolucionado muy bien. Se mantiene con unos aromas especiados, a bosque, muy vivos y copmplejos. En boca es extraordinariamente fresco y fluido pero muy profundo.

Un Gran vino de Borgoña, venido de una tradición centenaria que consiste en la subasta anual de los Hospices de Beaune, que se viene celebrando desde hace casi 150 años y mediante el cual el hospicio de la localidad, sustentando desde su fundación en el siglo XV por diferentes donaciones entre las que los viñedos han jugado un papel destacado, pone a la venta los vinos de la última cosecha. Todovino participó en esta subasta y junto con Juli Soler, socio de Ferrán Adrià, contactando con un negociant local, para su elaboración, Mounir Saouma, creador junto con su mujer Rotem de la pequeña y artesanal firma Lucien Le Moine. Este vino no es la versión más delicada de Borgoña, ni tampoco la más concentrada, pero es un término medio que supone una muy buena introducción a estos vinos dentro de un precio razonable. Vino sutil, aromático, pero profundo. Se encuentra todavía joven, pero se puede disfrutar con sus notas perfumadas y especiadas, fondo de cacao y fruta roja de gran viveza en el centro del paladar. Color granate rubí. En nariz después de dejarlo abrirse, tanto en la botella como en la copa, aparece muy aromático con aromas complejos, recuerdos de bosque, notas especiadas, fondo mineral y de cacao. En boca es un vino muy firme, con presencia de taninos, pero muy bien resueltos. Es fresco, fluido, ligero, pero profundo, con fruta roja y buena acidez que conduce a un largo final de fruta roja. Muy buen vino para catarlo y para compartirlo.