Difícil de encontrar y bueno para degustar. Color amarillo dorado brillante. En nariz aromas elegantes a frutas maduras, cítricos, tostados y minerales. En boca es sabroso, muy agradable con notas frutales, equilibrado y con muy buena acidez. Buen y sorprendente vino

Color amarillo con toques dorados brillantes.
Aroma de buena intensidad a frutos blancos y amarillos maduros, flores, hierbas aromáticas, cítricos mielosos y toques de tostados y minerales. Bastante buena la complejidad en nariz y cierta elegancia en el despliegue aromático.
En boca es frutal, el paso de boca con mucho equilibrio y personalidad, recuerdos futales y florales, la acidez muy buena y el final bastante largo y con buena persistencia a cítricos mielosos.
Muy agradable sorpresa, regalo de un amigo.

Con el bagaje vinícola que tiene la DO Penedés, ya era hora que entrase nuevos aires. Dejamos la fructosidad, y nos adentramos en vinos más minerales y compensados. Con el Macizo; Benjamin Romeo ya nos dió un toque aportando más brisa mineral del Garraf, y menos alcohol. Dentro de su modestia, Plou y fa Sol, es un vino de gran recorrdio y complejidad...lleno de matices herbáceos a romero, cítricos y mucho terruño. Con los tintos, esta bodega aportó diferencacion segun sus parcelas y vinificación.
Es un vino de excelente RCP, a mi me costó creo que menos de 14 Euros... aunque lo puntuo alto, hay que aplaudir el trabajo bien hecho, bravo!!!

...no aporta muchas novedades. Y me explico: los comentarios de éxtasis leídos por ahí, más la dificultad infernal para encontrar alguna botella (secreto que me llevaré a la tumba) generan una expectativa que peligrosamente puede situarse por encima de lo que el vino quiere darnos. Es culpa nuestra. El viticultor no ha hecho más botellas porqué no puede. Esperando encontrar el elixir divino... va y me encuentro un vino, un vino más que notable, a unos 17€ la botella, con una etiqueta chulísima que nos recuerda que el vino también está para divertirse y no solo para alimentar los placeres casi fetichistas que proporcionan el tener una botella escasa. El vino huele fino, potente, elegante, frutoso, con recuerdos de crianza. Sabroso, ácido y largo. Supone uno de los mejores en la nueva ola de Blancos casi 100% Xarel·lo del Penedès. No se puede pedir más... o si: algunas botellas más!