Ambarino claro, destellos anaranjados, limpio y brillante.
En nariz es un vino espectacular, lleno de potencia y complejidad, que nos muestra múltiples capas aromáticas. Notas de frutas de hueso, orejones, piel de naranja, frutas escarchadas, ahumados, recuerdos herbáceos, incluso de higos y ciruelas, al estilo de los PX más viejos. Con más aire aparecen los recuerdos minerales y especiados, siendo un vino cada vez más misterioso.
En boca te rompe todos los esquemas, casi puede masticarse, es denso, oleoso, pero una excelente acidez le hace totalmente razonable y perfectamente disfrutable. Final largo y profundo que nos deja múltiples sabores de frutas maduras, especias y tonos minerales, dejando sensaciones amargosas perfectamente balanceadas con su dulzor, presente pero fantásticamente integrado. Gran persistencia. ¡Una golosina!
Un vino único en la Alsacia pues sus números (15 g/l de acidez, 475 g/l de azúcar residual y 4,5 g/l de alcohol) le emparentan más con las esencias de Tokai y los TBA Alemanes que con los SGN alsacianos. Y es un vino fantástico con un equilibrio apabullante. Hay muy pocas botellas y son caras (unos 140 euros), pero es uno de esos vinos que hay que probar. Una maravilla. Gracias Joan por el gran detalle.
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