Peñalba López Blanco 2008
Peñalba López Blanco 2008
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Blanco
Graduación (vol):
13,50%
Varietales:
50% Sauvignon Blanc y 50% Tempranillo Blanco
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 10 a 19,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
8.71
/
94
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
8,8
Opiniones de Peñalba López Blanco
OPINIONES
13

Ambarino dorado. Nariz melosa, con notas de cítricos muy maduros y carne de membrillo. Flores blancas marchitas, nenúfares, mazapán, aroma calcáreo, de melón y pera en almíbar, hojarasca verde en descomposición de corteza de árbol con sabía. Mandarina y naranja con ciertos dejes amistelados. En boca es rico, muestra menos madurez frutal gracias a una buena acidez que le otorga largura y vertebra en todo el paso. Posgusto amielado y frutal maduro, con sabores amargosos que recuerdan al tabaco habano, al plátano maduro, ciruelas amarillas pochas aspectos que también se perciben por vía retronasal, con esa vegetalidad oxidada en sus extremos pero con una buena acidez que lo vertebra en un divertido juego sensorial. Un vino al que creo que le ha pasado ya su mejor momento, o no ? pero que con amplitud de cintura se puede degustar con total predisposición a disfrutar del él, como es el caso, y además cada vez está más rico.

Encontrado escondido en mi bodega, no recuerdo ni cuando lo compré, ni dónde (supongo que en una selección mensual del Club) ni a qué precio.
Amarillo dorado, limpio, nariz con flor blanca, toques de madera, vainilla y fruta blanca (pera). Paso untuoso y graso, de más que correcta acidez dada su edad (me sorprendió lo vivo que estaba) y muy agradable y fácil de beber sin perder peso y buen retronasal (acompañó perfectamente un poco de marisco hervido y pescado a la sal).
Cuando observé el coupage me asombré de nuevo: sauvignon blanc y tempranillo blanco.
Tendré que seguir buscándolo en el futuro

Dorado brillante. Nariz intensa, madura, con toques de miel ligera, algo de fruta con hueso, apuntes avainillados y algo de confitura de ciruela amarilla. En boca ataca con intensidad, resulta maduro, graso, bien de acidez, aparece voluminoso en el paso y con bastante persistencia.

Miuy interesante este blanco, sí señor. Botella tipo Borgoña, cápsula y corcho de mucha calidad, etiqueta clásica, elegante, sólo con letras, sin dibujo alguno, contraetiqueta con información completa, ¡Sólo en inglés!, fallo fallo y fallo.
Color oro viejo, lágrima abundante, nariz intensa: orejones, albaricoque, sándalo, al oxigenarlo vainilla y miel. En todo caso perfume de categoría.
Muy sabroso en boca, corpulento y dulzón, pleno y de correcto posgusto.
Un vino para disfrutar que se sale de lo habitual.

Botella borgoñona, etiqueta clásica.
Presenta color amarillo pajizo y algo turbio.
En nariz, intensa, hay melón maduro, herbáceos, cítricos, gran presencia mineral y también flores en esencia.
En boca aparecen los tonos florales y compotados, mineralidad, recuerdos leves a tostados y a vainilla, con un fondo herbáceo y ácido. Es intenso, persistente, envolvente y con posgusto largo.
Un vino bien curioso, algo ácido pero agradable y que se bebe con gran facilidad.

Amarillo limpio sin reflejos. Ligeramente graso en copa.
Nariz potente con frutas blancas en un primer orden sobre un fondo de tostados. Apoarecen luego citricos , pero manda la fruta.
Paso por boca untuoso, con buen cuerpo, llenado la boca. Muy buena acidez que le dota de una estructura alta. Sabor intenso , pleno y duradero

En nariz ha evolucionado maravillosamente.
Intenso aroma de melón, mermelada de frambuesa, yogurt de frutos rojos-fresa, mango, pera....
En boca, muy rico y con buen volumen.
La madera queda muy en segundo plano, dominada por la variada paleta olfativa de frutas diversas.
Muy interesante.

Amarillo dorado, limpio y brillante.

En nariz percibes un gran despliegue de aromas heterogéneos. En primer lugar me llega un penetrante olor a heno fermentado, que va dejando camino a un armario antiguo recién abierto. Algún atisbo de mineral, óxido. Una vez marchan éstos, entra con fuerza la dulzura: manzana madura, mandarina, mantequilla. Y cierran la serie los jazmines, la vainilla y los tostados.

Untuoso al tacto en boca, con buena acidez y estructura. Aquí también se aprecia la madera, aunque mucho más sutil y tamizada que en nariz. Tostados de nuevo... y de nuevo manzana y mandarina, pero en este caso frescas. Recorre la boca con elegancia y ambición, y se despide con pereza.

Un estupendo blanco, en el que me sorprendió lo desligada que estaban la nariz y la boca. Ambas sobresalientes pero, pese a la presencia de elementos comunes, tan diferentes... que no parecían pertenecer al mismo vino.

De un color pajizo oscuro y límpio con poca lágrima.
En nariz resulta muy frutal a melocotones frescos a huerta, citrico, lima, nariz bonita.
Con una acidez en boca agradable vuelve a percibirse la fruta fresca juntos con notas tostadas, buen final.
Muy buen blanco.

Color amarillo dorado con destellos del mismo color.
La nariz es de buena intensidad aunque algo tímida inicialmente, notas avainilladas, mantequillas, fruta blanca en almibar y algún recuerdo floral sobre ligeros tostados y notas de madera para mi gusto demasiado presentes todavía.
En boca tiene buena entrada, glicérico, buena acidez y muy buen paso que llena la boca para un final largo. En retrogusto vuelve la fruta en almibar, blanca sobre todo sobre notas tostadas y de la crianza. Un excelente vino pero para mí gusto la madera está demasiado presente. Segúro que me gustará más en unos años aunque insisto, esta rico ya.

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